El contratiempo que no pudieron corregir en 'Gladiador' y no nos dimos cuenta hasta ahora
Por Teresa Aranguez.- "Mi nombre es Máximo Décimo Meridio, comandante del ejército del Norte, general de las legiones Fénix, leal servidor del real emperador Marco Aurelio, padre de un hijo asesinado, esposo de una mujer asesinada, y tendré mi venganza, en esta vida o en la próxima". No hace falta mucho más para identificar la película a la que pertenecen estas líneas. Mientras Russell Crowe nos erizaba la piel en Gladiador con esta afirmación en pleno Coliseo romano antes de la gran batalla, detrás de cámaras vivían otra lucha. Una menos sangrienta pero que estuvo a punto de cambiar el curso de una de las partes más emblemáticas de esta historia.
Fue tan difícil el episodio, al menos en términos cinematográficos, que ni siquiera los efectos de cámaras y esfuerzos en la edición, pudieron evitar disimularlo. El tema en cuestión quedó plasmado en la película. Apenas dura un segundo, pero ahí está danzando a sus anchas, y el público, inocentes de nosotros, sin darnos cuenta de ello. Era imposible hacerlo, a menos que te lo dijeran. Dos décadas después, el propio Crowe rompía el silencio y revelaba de forma anecdótica el huracán vivido en el set .
Porque mientras Máximo, el gladiador esclavo al que habían dejado huérfano de familia se preparaba para la gran venganza, camarógrafos, estilistas y equipo técnico se rompían la cabeza, nunca mejor dicho, para salir de este mini drama.
Todo arranca segundos antes de que Máximo se dé la vuelta y enfrente a su archienemigo, el emperador Cómodo, magistralmente interpretado por Joaquin Phoenix. "¡Quítate el casco y dime tu nombre!", le espetaba el tirano corrupto, causante de todas sus tragedias y las del pueblo. Quería conocer la cara del hombre que había ganado todas las batallas y tenía a las masas revolucionadas. El héroe de esta historia tenía que descubrirse, y al hacerlo ocurría lo inesperado. Y no, no me refiero al enfado del malo de la cinta, sino a otro pequeño gran detalle más allá de la ficción.
"Ese casco estaba lleno de electricidad estática y cada vez que me lo quitaba mi pelo se quedaba de punta... Intenté hacerlo despacio, intenté hacerlo deprisa, pero todas las veces se me quedaban dos pelos levantados como si fuera un maldito Teletubby", contó con gran sentido del humor a la revista Empire Magazine (vía Digital Spy). Una anécdota graciosa que, por aquel entonces, no lo era tanto porque retrasó el rodaje de la escena hasta tratar de encontrar una solución. Lo peor de todo, es que no dieron con ella. O se deshacían del casco o se aguantaban con la cresta espontánea.
Después de varios intentos fracasados, el director Ridley Scott tomó una decisión. No podían perder más tiempo ni energía en un puñado de pelos encrestados. "Lo resolvió al hacer un súper primer plano, cuando me giro para enfrentarme a Cómodo, solo se ve desde la frente a la barbilla y fuera del enfoque no se puede ver mi pelo Teletubby moviéndose en el viento", explicó. En realidad, sí se ve. Hicieron todo lo posible por bajar el plano lo más rápido posible, pero igual se pueden apreciar claramente esos cabellos electrizados que luchan por salir a la superficie. Fíjense en el vídeo... lo notas enseguida una vez conoces la historia.
El momento que le sigue es un punto de inflexión tal en la película que, ¿quién se iba a fijar en esos cuatro pelos de punta? Lo que queríamos ver era la cara de póker de Cómodo y, sobre todo, cómo el protagonista acababa con él. Todos éramos Máximo en ese momento, así que el acercamiento inesperado de cámara a su mirada con sed de venganza para evitar mostrar el error funcionó, no nos percatamos de nada. Yo creo que si llega a pasar una avestruz por delante, tampoco nos hubiéramos dado cuenta.
El australiano, quien acaba de pedir por favor que dejen de preguntarle sobre Gladiator 2, pues no estará en ella porque su personaje está "muerto. A dos metros bajo tierra", ha reconocido que el rodaje de la original tuvo retos de principio a fin. Fue una filmación de constantes pruebas y obstáculos en el camino que fueron resolviendo en el momento. "Cada momento de esa película era así, resolviendo problemas, constantemente haciendo preguntas y encontrando respuesta", prosiguió Crowe en dicha entrevista.
Si hacemos un poco de memoria, descubriremos que la cinta ganadora de cinco premios Oscar, incluido el de Mejor Actor, estuvo bastante accidentada desde el comienzo. "Quizá no lo parezca pero hacer esta película fue como escalar 16 montañas", expresó Scott a la publicación Entertainment Weekly. Para empezar, Crowe estuvo a punto de ser atacado por uno de los tigres invitados. El también director de Thelma y Louse contó el gran susto que vivieron y que pudo costarle la vida al actor. "De repente tienes a dos hombres encadenados con un aro al lado para controlar la situación. 'OK, ¡suéltenlos!'. Cuando Russell se iba a retirar, el tigre salió del agujero y Russell tuvo que lanzarse y quitarse del medio. Dijo: '¡Maldita sea, eso estuvo cerca!", recordó para Variety el cineasta.
Independientemente de las lesiones fruto de las fuertes escenas físicas, los accidentes del rodaje e inconvenientes espontáneos, la cosa no pudo tener un mejor resultado final. Así lo dicta el alcance de la cinta, la mejor evidencia de todas. Fue tal la conexión, y por qué no decirlo, también la tensión vivida entre Crowe y Scott que, a partir de ahí han vuelto a trabajar en proyectos tan remarcables como American Ganster, Robin Hood, Red de mentiras y La buena vida.
De hecho, el australiano reconoció al show radiofónico de Howard Stern, que al inicio del rodaje de la cinta, tan solo tenían un guion de 26 páginas. La improvisación jugó un papel clave. "Cuando Ridley y yo nos sentamos y fuimos página a página, marcamos todo lo que no tenía sentido... Fue aterrador, recuerdo ir al aeropuerto y pensar, 'Dios mío, ¿qué vamos a hacer?'. Porque había tantas expectativas y responsabilidad, no tenía ni idea de a dónde íbamos a parar. Yo sé lo que tengo que hacer, sé cómo aprenderme el diálogo, pero, si no existe, ¿qué se hace?", dijo entre risas. El resto es historia viva del cine.
Durante la celebración del 20 aniversario de la cinta, Crowe sacó su lado más romántico, ese que cuesta ver a menudo, y admitió para Variety el gran impacto de Gladiador en la historia del cine internacional. "Puedo decir con absoluta certeza que, en algún lugar del mundo, hoy, esta noche, esa película estará siendo vista en primetime. Y han pasado 20 años. No todas las películas consiguen eso", concluyó. No podríamos estar más de acuerdo contigo, Russell. Así que queda perdonado lo del casco.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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