Emilia Clarke sabe que es mejor dejar atrás su mayor fracaso en Hollywood
Emilia Clarke lleva cuatro años sin aparecer en nuestras pantallas. Un período considerablemente largo para tratarse de una actriz joven que, en 2019, estaba en la cima de la industria y con la agenda libre tras el final de Juego de Tronos. Y, además, cuando se sentía “al 100%” después de sobrevivir dos aneurismas en los primeros años de la serie, como reveló ella misma a The New Yorker. Sin embargo, Last Christmas: otra oportunidad para amar (2019) -una comedia romántica navideña previsible que muchos olvidamos al salir del cine- fue su último trabajo en cartelera. Hasta ahora. Porque en 2023 vuelve por partida doble, con una película independiente y una serie de Marvel. Eso sí, habiendo aprendido una importante lección en el camino.
La actriz británica fue un rostro emblemático durante el boom del streaming en la década pasada. Su papel de Daenerys Targaryen no solo dejó huella en la historia de la televisión, sino que catapultó su carrera hacia el estrellato inmediato cuando era una desconocida a nivel internacional. Y entre los años que duró Juego de Tronos -2011 y 2019- hizo de todo un poco. Desde proyectos independientes a trabajos de voz en la industria animada, dejándose tentar también por el universo blockbuster. Normal. Tenía las puertas de la industria abiertas de par en par y era el momento ideal para probar suerte en el cine más comercial.
Con la legión de fans que la seguía a través de sus aventuras en los Siete Reinos, su aterrizaje en la cartelera internacional era el siguiente paso para la consolidación definitiva. Sin embargo, las dos superproducciones que hizo no estuvieron a la altura de su ascenso profesional. Hablo de Terminator: Génesis (2015), la precuela más absurda de la saga creada por James Cameron donde interpretaba a Sarah Connor que, según Bloomberg (vía Gamespot) necesitaba recaudar $450 millones y se quedó cerca en $440 millones. Y el spin-off galáctico Han Solo: una historia de Star Wars (2018), que terminó generando pérdidas para Disney y Lucasfilm al recaudar $393.2 millones cuando, según las estimaciones, necesitaba unos $500 millones para cubrir todos los gastos (Screen Rant).
No obstante, si tenemos en cuenta que Disney lleva varios años explorando diferentes formas de mantener el universo de Star Wars a flote, no sería descabellado imaginar que Emilia Clarke volviera algún día al personaje de Qi’ra. Después de todo ya vimos a Ewan McGregor y Hayden Christensen regresar a los papeles de Obi-Wan y Darth Vader en Star Wars: Obi-Wan Kenobi, y a 17 años de la trilogía que protagonizaron. Así como el spin-off de El libro de Boba Fett o Andor, la infravalorada serie con Diego Luna en el papel que interpretó en Rogue One (en mi opinión, la mejor de todas las series del universo). Es decir, con el cariño que los espectadores le tienen a Emilia Clarke y la tendencia hacia los spin-off's que estaban siguiendo los responsables de la saga, no resultaría nada extraño que Disney exprimiera al personaje de Qi’ra, la exnovia de Han Solo.
Pero Emilia lo tiene clarísimo. No quiere saber nada. Durante la promoción de su nueva película, un drama distópico titulado The Pod Generation, dijo a Indiewire en el Festival de Sundance que, prácticamente, ni se la pasa por la cabeza transitar la galaxia más lejana de nuevo. No solo reconoce el fracaso de la película entre el público, sino que desvía cualquier conversación en torno a Star Wars de manera elegante.
Cuando el periodista del medio citado le dijo que Han Solo: una historia de Star Wars era una “joya infravalorada”, ella le agradeció el halago sugiriéndole entre risas que solo él y su propio hermano pensaban de esa manera. Pero, al preguntarle si pensaba volver a su personaje algún día, fue rotunda. “No…”, respondió otra vez riendo. “Sería muy bonito, muy lindo. Pero estoy pasándomelo genial con Marvel, son absolutamente brillantes”, respondió. Alto y claro. No solo cierra cualquier idea imaginaria de verla de nuevo en el terreno galáctico, sino que desvía cualquier tipo de conversación al respecto nombrando a la “otra” saga que tiene en ciernes. Y es que Emilia debutará en Marvel este mismo año en la miniserie Secret Invasion.
Su respuesta no me extraña. Han Solo: una historia de Star Wars fue un experimento curioso. Fue el primer spin-off que Lucasfilm hacía basándose en un personaje clásico del universo creado por George Lucas. Era arriesgado. Después de todo estamos hablando de un personaje intrínsecamente ligado a la presencia de Harrison Ford, con un potencial enorme para expandir la narrativa independiente en torno a su historia. Pero la idea no convenció del todo. Entre las críticas tibias -las había que aplaudían el trabajo visual de Ron Howard y las que abucheaban el tono de la narrativa- y la conocida exigencia de los fans de Star Wars, la película terminó generando pérdidas a pesar de ser de las más costosas de la historia (se estima que tuvo un presupuesto de $275 millones).
Por aquel entonces, en 2015, el fracaso no hizo mucho daño a la carrera de Emilia Clarke. Se encontraba en el ecuador de su historia en Juego de Tronos con un personaje adorado por el público y el fracaso de Han Solo no le salpicó. Sin embargo, si tenemos en cuenta la influencia que tienen los fans de Star Wars a la hora de marcar tendencias con sus críticas, rechazo y campañas de odio (que hasta llevaron a Disney a tomar cartas en el asunto), que Emilia Clarke cierre la puerta a cualquier retorno a resulta acertado.
La idea de los spin-off’s no están dando el resultado que hace tiempo hubiéramos esperado de una marca tan conocida como Star Wars. Las últimas series no convencieron lo suficiente, y desde el fracaso de Han Solo no se atrevieron a producir otro intento similar. La saga galáctica se encuentra en proceso de reseteo, con nuevos directores a bordo e historias aparentemente nuevas en desarrollo, lejos de la repetición de la narrativa Skywalker.
Que Emilia Clarke pensara en volver a una historia que solo serviría para repetirse en lo mismo, sin aportar nada nuevo en un momento de cansancio galáctico, sería como un recordatorio del fracaso previo. Sería como dar un paso atrás innecesario. Y parece que ella lo tiene claro.
Es más, en la misma entrevista celebra que “lo que más quiere” para el resto de su carrera es “trabajar con muchos autores y cineastas en el espacio del cine independiente y sentirme lo más creativamente llena que pueda”. Y evidentemente Star Wars, desde el plano que ocupó ella hace unos años, no encaja con ese deseo vital.
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