La exitosa estrella infantil que no quiere que su hijo siga sus pasos en Hollywood

Frankie Muniz estaba en la cima de Hollywood hace 20 años. Era de los adolescentes más exitosos de la industria, ganando millones de dólares por película mientras se codeaba con la crème de la crème en los Globos de Oro y los premios Emmy donde también era uno de los nominados. El éxito de Malcolm el de en medio (2000-2006) lo convirtió en una de las estrellas más solicitadas, amasando una fortuna que lo llevó a invertir en bienes raíces y abrirse a otras pasiones cómodamente, como la música y las carreras automovilísticas. Fue en 2008, y con apenas 23 años, que decidió dejar su carrera como actor en un plano inferior y apostar de lleno por el mundo de las carreras de manera profesional. Una pasión que curiosamente también persiguen otras estrellas de Hollywood como Michael Fassbender y Patrick Dempsey.

Sin embargo, mientras el éxito hollywoodense le permitió descubrir su pasión y amasar una fortuna que le abrió el camino a otras aventuras, ahora afirma convencido que “nunca” dejaría que su hijo siguiera sus pasos.

Así lo contó en una entrevista para Pedestrian TV compartida en TikTok donde revela que no dejaría que su hijo de 3 años, Mauz, trabajara como actor siendo pequeño porque “es un mundo feo en general”.

“Nunca dejaría que mi hijo entrara en el negocio”, dijo. “Y no es que haya tenido una experiencia negativa, porque para ser honesto, mi experiencia fue 100 por ciento positiva. Pero conozco a mucha gente, amigos cercanos a mí, que tuvieron experiencias increíblemente negativas”.

Aparentemente, su temor principal parte del miedo de que su hijo experimente el rechazo, un factor que forma parte de esta industria donde el futuro de muchos aspirantes se decide en procesos de castings. "Simplemente creo que es un mundo feo en general", añadió. "Nunca me importó el rechazo, pero hay muchísimo rechazo".

Frankie reconoce que tuvo suerte. Que, en su experiencia, convertirse en actor exitoso es “como ganarse la lotería”, mientras la gran mayoría de actores viven el rechazo o nunca logran la oportunidad que tanto anhelan. “Hay un millón de personas en Hollywood que lo intentan y ni siquiera lo consiguen; tal vez sean actores increíbles. Podrían ser los mejores actores del planeta, pero ni siquiera tienen la oportunidad. Así que no es como entrar en una industria diferente donde puedes trabajar muy duro, entrar en ella, ya sabes, seguir adelante y ascender en la escalera. Realmente la suerte influye mucho”, dijo.

Evidentemente, la conciencia que tiene de su suerte y el negocio que le rodeó desde su infancia, lo llevó a decidir que su hijo no sea uno de esos niños que experimentan el rechazo o el desasosiego de los sueños rotos mientras sea pequeño. Y es que Frankie Muniz siempre fue un actor con los pies en la tierra, que no se dejó tentar por el egocentrismo que puede provocar el éxito, los aplausos y el reconocimiento económico, a pesar de la fama que alcanzó desde muy joven.

Una estrella con los pies en la tierra

Nacido el 5 de diciembre de 1985 en Nueva Jersey, Frankie Muniz llegó a la industria sin estar seguro de querer ser actor. Comenzó apareciendo en comerciales hasta que hizo su debut cinematográfico con 12 años en To dance with Olivia (1997). Un proyecto lo llevó al siguiente hasta que fue seleccionado para interpretar al inteligente hijo del medio de la disfuncional familia de Malcolm el de en medio. En la serie, Frankie era el encargado de romper la cuarta pared y conectaba con el espectador. Se mantuvo en antena durante siete temporadas, ganando siete premios Emmy y un Globo de Oro durante su emisión.

Frankie se convirtió en un adolescente tan solicitado que hizo cameos de todo tipo mientras protagonizaba películas como Gordo mentiroso (2002) con otra estrella de la época como Amanda Bynes, además de su versión juvenil de James Bond con Agente Cody Banks: Súper espía (2003) y la secuela (2004). Un ejemplo de su éxito lo encontramos en los salarios que cobró por entonces, percibiendo $2 millones por la primera entrega y $5 millones por la segunda (CBS).

No obstante, en toda esa etapa dorada siempre mantuvo los pies en la tierra, cuidando su fortuna y siendo consciente de la cualidad efímera del éxito. Por ejemplo, en una entrevista con Front Office Sports en 2023 dijo que “nunca sintió que pertenecía” en las ceremonias de premios. Mientras que veinte años antes aseguraba a CBS que no le gustaban las fiestas, que le parecía que los “adolescentes eran estúpidos” por dejarse llevar por la presión de fumar, beber alcohol o consumir drogas, asegurando que él nunca lo había hecho. A su vez, afirmaba que era “bueno” manejando su fortuna, dándose algunos caprichos como comprar autos de lujo mientras invertía en bienes raíces. Según Los Angeles Times, con solo 22 años ya había comprado y vendido varias propiedades. Algo similar a lo que hizo Arnold Schwarzenegger con sus primeros millones al llegar a Hollywood.

En cierto modo, protegió su legado a través de la inversión, a sabiendas de que las oportunidades en la industria no son eternas. Y menos cuando se trata de un actor infantil que debe demostrar su valía en la transición hacia los roles adultos.

La pasión que lo alejó del cine

Frankie Muniz no estaba seguro si quería ser actor toda la vida cuando era pequeño, como dijo a CBS en 2003, pero sí sabía que le apasionaban las carreras de autos, levantándose temprano por la mañana con 4 o 5 años para seguir la Fórmula 1, las carreras Indy o NASCAR. Le apasionaban tanto los autos que con la fortuna generada en Hollywood se compró un Jetta de la película Rápido y furioso valorado en $100.000 y un Porsche de colección de $250.000 (CBS). Sin embargo, no supo que había nacido para ser corredor de carreras hasta que lo invitaron a participar en el Toyota Pro/Celebrity Race en 2004, una competición entre celebrities que se celebra en Long Beach, California.

“Te entrenan durante unas semanas y corres en una carrera real delante de cientos de miles de personas. La gané y ese sentimiento de cruzar la meta primero fue lo más grandioso que sentí en mi vida. Y una vez que lo tienes, quieres ese sentimiento de nuevo”, decía a USA Today en 2023. Y desde entonces no miró atrás. Diferentes equipos le pidieron que hiciera pruebas para ellos “por diversión” y terminó siendo tan rápido que pronto comenzó a competir profesionalmente.

Lamentablemente se tuvo que tomar un descanso de varios años tras sufrir una lesión de muñeca que necesitó cirugía. Y tiempo después, en 2012, sufrió lo que se diagnosticó como ataque isquémico transitorio. Y otra vez al año siguiente.

Cinco años más tarde, mientras participaba en Dancing with the stars, circuló el rumor de que sufría amnesia a consecuencia de los ataques supuestamente cerebrales y no recordaba su pasado en Malcolm en el medio. Pero no era verdad y él mismo lo desmintió en 2021 en el podcast Steve-O’s Wild Ridel, explicando además que había sido mal diagnosticado y, en cambio, sufría de migrañas.

A pesar de sus baches de salud, siguió participando en diferentes carreras y en febrero de 2024 se anunció que haría su debut en la serie de NASCAR Xfinity.

De esta manera, si bien continúa apareciendo en cine y televisión de vez en cuando, su carrera en Hollywood pasó a un plano secundario, sin proyectos de alto calibre. Y esto es porque su pasión está enfocada en su familia con su esposa Paige Price, su hijo y las carreras.

En resumen, descubrió su verdadera pasión después de alcanzar el éxito en Hollywood. Y en su experiencia, el mundo automovilístico le apasiona porque le aporta resultados tangibles, a diferencia de la actuación. “Puedo hacer mi trabajo más difícil como actor, dedicarme por completo al personaje y dar lo que para mí, es mi mejor actuación. Y luego tu ves la serie o película y te parece que no fue buena. Pero correr no es subjetivo. Si eres rápido estás arriba, si eres lento estás abajo. Me encanta que sea así de blanco y negro”, dijo a USA Today.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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