Jacob Elordi desprecia el éxito de Netflix que lo puso en el mapa de Hollywood

El actor tacha de "ridícula" a la trilogía de 'El stand de los besos' cuando sirvió para que el público lo descubriera

Jacob Elordi revela que no quería hacer las películas de 'El stand de los besos'. (Foto de Nathan Congleton/NBC via Getty Images)
Jacob Elordi revela que no quería hacer las películas de 'El stand de los besos'. (Foto de Nathan Congleton/NBC via Getty Images)

Alcanzar la fama en Hollywood tiene sus ventajas. Sino que se lo pregunten a Jacob Elordi. El actor australiano, que empezó como extra en Piratas del Caribe: La venganza de Salazar a los 20 años, está viviendo una etapa dulce siendo parte de la industria. No solo es dueño de uno de los personajes más conflictivos e interesantes de la aclamada serie de HBO, Euphoria, sino que está a punto de estrenar su versión de un ícono como Elvis Presley en Priscilla y el thriller psicológico Saltburn. En ambas ocasiones, poniéndose en manos de directoras aclamadas como Sofia Coppola (Lost in translation) y Emerald Fennell (Hermosa venganza). Hasta DC le ofreció un hueco en el casting para el nuevo Superman, pero lo rechazó al no estar interesado en el cine de superhéroes. Es decir, un ascenso meteórico en apenas cinco años. Sin embargo, parece que Jacob Elordi se olvida que todo empezó de la mano de Netflix.

Y digo ‘se olvida’ porque es la sensación que contagia a través de su reciente reacción contra las películas que lo pusieron en el mapa. No solo de Hollywood, sino del horizonte del público.

Jacob Elordi tiene 26 años y está surfeando la cresta de la ola. Directores aclamados lo convocan a sus proyectos (además de sus estrenos inminentes también está rodando una película con Paul Schrader, el guionista de Taxi Driver y Toro salvaje) y se puede dar el lujo de rechazar oportunidades en blockbusteres masivos como sería el reboot del héroe de Krypton. En otras palabras, está disfrutando de la libertad que llega con el éxito, eligiendo los proyectos que más lo motivan artísticamente. Como dijo en una reciente entrevista para GQ, “me gusta hacer lo que vería”.

Sin embargo, todos los proyectos que tiene entre manos son muy diferentes a El stand de los besos, la trilogía de Netflix que arrasó en la plataforma entre 2018 y 2021. Comedias románticas plagadas de clichés que convirtieron a Elordi y su compañera Joey King (por entonces, también su novia), en estrellas de las redes sociales. Sin embargo, el actor no parece estar muy agradecido con la plataforma simbólica que fueron en su carrera.

'El stand de los besos' colocó a Jacob Elordi y Joey King en el horizonte del público (Marcos Cruz, cortesía de Netflix)
'El stand de los besos' colocó a Jacob Elordi y Joey King en el horizonte del público (Marcos Cruz, cortesía de Netflix)

“No quería hacer esas películas antes de hacerlas", dijo Elordi a GQ. “Esas películas son ridículas. No son universales. Son un escape”.

A continuación la revista le presentó la teoría de que, en Hollywood, a veces se trata de hacer “una para ellos, una para mí”, dando a entender que los actores con frecuencia deben ceder a rodar propuestas comerciales, ligeras o menos interesantes para luego poder hacer el tipo de historia que prefieren. “Eso es una trampa”, respondió el actor. “Porque pueden llegar a ser 15 para ellos, ninguna para ti. No tienes ideas originales y estás muerto por dentro […] Mi 'una para ellos', la he hecho”.

No obstante, a pesar del aparente desprecio que desprenden las palabras de Jacob Elordi, El stand de los besos y sus secuelas dominaron las estadísticas de Netflix durante sus estrenos. Fueron destrozadas por la crítica al tratarse de historias previsibles que no hacían el mínimo esfuerzo por innovar dentro de un género trillado desde hace décadas, pero el público las devoró. Basada en una novela homónima escrita por Beth Reekles, la primera película contaba la historia de amor entre Elle (Joey King) y el hermano de su mejor amigo. Ella es la adolescente de madurez tardía, con una relación tan estrecha con Lee (Joel Courtney) que comparten una lista de reglas para mantener la amistad intacta. Y una de ellas es que Elle nunca podrá prestarle atención romántica al hermano de este, el atlético, engreído y conflictivo Noah (Jacob Elordi). Conociendo los clichés típicos del género, no hace falta que les cuente lo que pasa, ¿verdad?

"Esas películas son ridículas", dijo Jacob Elordi sobre su trilogía de Netflix, 'El stand de los besos'. (Cr: Marcos Cruz/Netflix)
"Esas películas son ridículas", dijo Jacob Elordi sobre su trilogía de Netflix, 'El stand de los besos'. (Cr: Marcos Cruz/Netflix)

Sin embargo, antes de El stand de los besos prácticamente nadie conocía a Jacob Elordi. Su currículo estaba prácticamente vacío. Incluso cuando apareció en la primera temporada de Euphoria en 2019 muchos lo reconocimos precisamente por ser ‘el chico de El stand de los besos’. Sin embargo, parece que el estrellato ha llevado a Jacob Elordi a lamentar sus inicios por el simple hecho de no gustarle.

Más adelante en la entrevista mencionada, el actor se defiende explicando que no se trata de ser pretencioso, sino de estar más interesado en hacer historias de calidad que valoren el tiempo del público. “¿Cómo es preocuparse por tu producción pretencioso?”, se preguntaba mientras aparentemente sugería que El stand de los besos era una m*erda. “Que no te importe y alimentar mierda a la gente a sabiendas, sabiendo que estás ganando dinero con el tiempo de las personas, que es literalmente lo más valioso que tienen. ¿Cómo es eso lo bueno?”

Pero Jacob Elordi parece estar olvidando dos puntos importantes. Por un lado, que el público es dueño de su elección y de su propio tiempo. Si le gustan las comedias románticas ligeras, sin profundidad narrativa y plagadas de clichés -como El stand de los besos- que los evaden de la realidad, bienvenido sea. Es la elección del público, no de Jacob Elordi. Él, en cambio, tiene la elección de participar en ellas o no.

Lo que me lleva al segundo punto. Y es que si él participó en estas producciones en su momento será por algo. Si analizamos sus palabras, se entiende que las hizo como parte de esa relación basada en el intercambio de intereses a cambio de conseguir el tipo de proyectos que un actor sueña hacer. Es decir, que las hizo porque algo conseguía a cambio. Por ejemplo, darse a conocer. Entrar en el mapa de la industria de algún modo. Y funcionó. Porque El stand de los besos lo convirtió en novio de las redes en 2018 cuando nadie lo conocía.

Tiene razón. El stand de los besos no son buenas películas. Como dice Elordi, son ridículas en cuanto a que no son realistas. Pero, entonces, ¿cuántas comedias románticas lo son? A su vez, no voy a negar que Jacob es quien sale peor parado al interpretar a un personaje que simplemente posa como ‘bad boy’ ante la cámara, muestra pectorales y transita con rabia contra el mundo sin venir a cuento. Pero algo funcionó. Es más, calaron tanto entre el público que, según Netflix, uno de cada tres visionados de la primera película eran usuarios que la estaban viendo de nuevo (THR). Y más tarde, cuando en 2020 se estrenó la segunda parte, la primera volvió a posicionarse como una de las más vistas de ese fin de semana (Indiewire).

La protagonista femenina, Joey King, ha sido más agradecida con las consecuencias positivas que le trajo la trilogía. “No podría estar más orgullosa de esas películas”, dijo el año pasado a The Independent. “Las adoro e interpretar ese personaje me hizo feliz. Jamás lamentaré esas películas, y las amo muchísimo sin importar lo que nadie diga”.

En resumen, más allá de la cara más mediática del negocio, los tabloides, paparazzi, rumores o la presión del éxito, existe un lado agradable para aquellos actores que consiguen abrirse camino como figuras de moda. Por ejemplo, tener la libertad de explorar su talento con el tipo de películas que les dé la gana. Una vez que entran en el privilegiado círculo de la fama, con frecuencia, ya no necesitan aceptar lo que venga con tal de trabajar, sino que pueden explorar o apostar por las historias que más les apetezca sin preocuparse por la necesidad. Eso podría ser lo que está viviendo Jacob Elordi aunque parece que se olvida que si llegó a ese punto fue gracias a ese primer peldaño que construyó la trilogía de El stand de los besos.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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