Kate Winslet brilla en ‘El régimen’ destruyendo uno de sus talentos a propósito

Kate Winslet nunca defrauda como actriz. Con un Oscar adornando las paredes de su baño (lo expone en esta habitación para que todos sus invitados no se pierdan la oportunidad de apreciarlo) y otras seis nominaciones a sus espaldas, siempre nos dejó claro que tiene talento de sobra. Ya sea como heroína romántica, estrella de dramas arrolladores, ídolo navideño, villana de Divergente, protagonista anti glamur de thrillers policiales y, ahora, con su debut en la parodia junto a El régimen, la nueva miniserie de HBO donde nos deja boquiabiertos con su papel de líder política caprichosa, autócrata y paranoica.

Sin embargo, en esta ocasión, la actriz de 48 años hace algo que no la vimos hacer nunca: destruir uno de sus talentos a propósito.

Creada por Will Tracy (Succession), El régimen es una deliciosa parodia de seis episodios que combina una escandalosa sátira política con un romance tóxico entre Elena, la canciller de un país europeo ficticio, y Herbert Zubak (Matthias Schoenaerts), un soldado brutal que se convierte en su nuevo guardaespaldas. Kate Winslet se lanza de lleno al desafío y triunfa en su debut cómico provocando jocosidad y gracia a través de una sátira donde habla torciendo la boca, cambia su acento para sonar ridículamente sofisticada mientras nos introduce en el universo surrealista del país que regenta su personaje.

Y si bien la serie podría haber transitado cómodamente por el camino del drama político con sus críticas hacia la autocracia (que sugieren estar inspiradas en Vladimir Putin), el egocentrismo del poder y las políticas de las grandes potencias a la hora de exprimir a los países pequeños (con dardos directos hacia Estados Unidos), en realidad sentencia rápidamente que estamos ante una parodia en toda regla. Y lo deja claro con una secuencia clave del primer episodio: cuando Kate Winslet se pone a cantar.

El karaoke que hace doler los oídos

Los que seguimos la carrera de la actriz sabemos que puede cantar. Lo hizo en Criaturas celestiales, Sensatez y sentimientos, Hamlet, Jude y Titanic. Hasta tuvo una breve carrera musical en 2001 cuando lanzó una canción titulada What If que acompañaba el estreno de la cinta animada Cuentos de Navidad de Charles Dickens (con videpclip y todo). No obstante, en esta ocasión, Kate sorprende desafinando y cantando ridículamente sobre el escenario. Una labor que no debe ser nada fácil de conseguir al tener que arruinar adrede una faceta de su talento que le sale perfecto de manera natural.

En su compromiso por ridiculizar a su personaje y dejar clara la adulación absurda que le rodea entre súbditos que le siguen el juego por miedo (incluso pretenden no tener frío cuando Elena padece sofocos de la menopausia), Kate Winslet se sube al escenario durante una cena para recaudación de fondos entre poderosos y mandatarios para cantar If you leave me now de Chicago como si fuera una estrella musical. Lo hace horrible, desafinando y añadiendo frases que pretenden complacer a ese público que la idolatra, sonríen y asienten por miedo.

La secuencia es ridícula pero maravillosa porque sirve para definir el tipo de historia que veremos a lo largo de seis episodios: una parodia donde Kate Winslet no tiene miedo de hacer el ridículo para conseguir un personaje brillante. Sin embargo, con su experiencia en el canto, jamás se imaginó que iba a tener que lanzar todo lo aprendido por la borda.

Con su facilidad natural para sonar bien musicalmente, la actriz de Titanic ensayó la canción durante un tiempo y se presentó en los famosos estudios de Abbey Road confiada. Pero al director no le gustó que cantara tan bien.

“[La canción] es muy complicada”, explicó en una conferencia de prensa, según TV Line. “Había practicado y mis niños se estaban cansando de que practicara, y pensé: 'Está bien, puedo cantarla bastante bien y con cierto grado de confianza... Lo intentaré'”. Fue al estudio y después de algunas tomas, el director Stephen Frears la detuvo: “Dijo: 'Simplemente no lo entiendo'. No tiene ningún sentido para mí. ¿Por qué la canta bien?’”

Frears, que ya tiene experiencia en esto de hacer cantar mal a sus actrices tras dirigir a Meryl Streep en el biopic sobre la ‘peor cantante del mundo’, Florence Foster Jenkins, le sugirió que “lo hiciera mal” a propósito. Y en ese momento la actriz se dio cuenta de que era una idea “brillante”. “Porque en ese momento, como audiencia, sabes que tienes permitido reírte. Y marca el tono de toda la serie”.

Y no se equivoca. Cuando de repente vemos a Kate Winslet desafinando y haciendo el ridículo como si fuera una estrella ‘a lo Miley Cyrus’ añadiendo frases a las letras durante su actuación y adulando a su público como si se tratara de Adele, sabemos que no podemos tomarla en serio. Que lo que estamos a punto de disfrutar durante seis episodios será surrealista, cómico y paródico al extremo, con una actriz dispuesta a todo para conseguirlo.

Al verla en acción en esta secuencia enseguida nos vienen a la memoria sus escenas cantando como soprano en Sensatez y sentimientos o en la iglesia de Titanic. Personalmente, no pude evitar reflexionar sobre la difícil tarea que tuvo por delante al tener que hacer mal algo que naturalmente ya sabe cómo hacer bien.

Meryl Streep tuvo que hacerlo en la mencionada Florence Foster Jenkins, imitando la pasión por la música que tenía la aristócrata neoyorkina que soñaba con una carrera musical aunque desafinaba peor que nadie. Sin embargo, con toda su experiencia musical habiendo protagonizado Mamma Mia! e Into the Woods, terminó perdiendo la voz de tanto ensayar los desafines de su personaje durante los ensayos (The Wrap).

En ambas ocasiones, las dos actrices dejaron a un lado sus dotes para el canto para destruirlo y transformarlo en una herramienta que elevara sus trabajos. Y Kate Winslet brilla en esto de desafinar a propósito, haciendo que compremos su debut en la parodia desde el primer capítulo.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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