Keanu Reeves y ‘Punto de quiebre‘: la visión de la mujer que lo convirtió en un héroe de acción
Keanu Reeves habrá protagonizado todo tipo de películas a lo largo de su carrera, sin embargo, hace décadas que asociamos su éxito internacional con el cine de acción. Desde Máxima velocidad (1994) a la trilogía original de Matrix (1999), pasando por Constantine (2005) y las cuatro películas de John Wick. Su habilidad para las artes marciales, las coreografías de acción y su presencia impecable llevan décadas convirtiéndolo en uno de los héroes de acción favoritos del público. Si a eso le sumamos el carisma y la imagen de estrella ‘zen’ alejada de la vorágine de Hollywood que transmite, tenemos como resultado un actor adorado por las masas.
No obstante, existe una anécdota que probablemente muchos desconozcan y que define cómo Keanu Reeves es la estrella de acción que hoy conocemos gracias a la visión de una mujer. Les hablo de una historia que se esconde tras la producción de un clásico de culto tan inolvidable como Punto de quiebre (1991).
Cómo olvidarla… ¿verdad? Punto de quiebre (también conocida como Punto límite) fue una película que definió a una generación de cinéfilos. No solo nos introdujo a otra faceta de Keanu Reeves por aquel entonces cuando su carrera destacaba en la comedia, o nos demostró que Patrick Swayze se había adelantado a Tom Cruise como estrella amante del riesgo, sino que nos introdujo a un cine de acción superior gracias a la mirada femenina que aportaba su directora, Kathryn Bigelow.
La cineasta supo elevar la trama a un plano íntimo y dramático, en donde la amistad y la traición jugaban al mismo nivel a través de la relación entre un agente del FBI (Reeves) y un ladrón impredecible (Swayze), haciendo que Punto de quiebre fuera mucho más que una historia de policías y ladrones surfistas. Un clásico en toda regla.
Fíjense si es un clásico de culto que hasta la utilizaron como referencia cultural en el Universo Cinematográfico de Marvel. En la versión en inglés de Los Vengadores (2012), Tony Stark (Robert Downey Jr.) llama a Thor (Chris Hemsworth) con el sobrenombre ‘Point Break’ (el título en inglés de Punto de quiebre) como broma irónica, supuestamente haciendo referencia al cabello rubio y largo que recuerda a Patrick Swayze. Más tarde, en Thor: Ragnarok (2017), Thor curiosamente acertaba la contraseña para activar un aparato configurado por Stark, adivinando que se trataba del mismo apodo.
Sin embargo, este legado pudo haber sido muy distinto porque Keanu Reeves no entraba en los planes de 20th Century Fox para el proyecto. Ni siquiera James Cameron (esposo de Bigelow por aquel entonces y productor ejecutivo de la película) lo veía creíble en el papel del agente del FBI, Johnny Utah. Básicamente porque el actor no tenía experiencia liderando una producción de estas características, ni había demostrado tener alas para el cine de acción. Recién estaba empezando a conocer el éxito desde roles secundarios en películas como Relaciones peligrosas (1988) y Todo en la familia (1989), o como figura cómica en La magnífica aventura de Bill y Ted (1989).
El estudio prefería a una estrella de la época como Matthew Broderick, Willem Dafoe, Val Kilmer o Charlie Sheen (Fuente: E! Online). Pero Kathryn Bigelow tenía una visión clara: solo veía a Keanu Reeves comandando la historia y luchó por él hasta salirse con la suya.
Así lo recordó James Cameron a la revista Premiere (a través de BirthMoviesDeath). “[Kathryn Bigelow] dio la cara por Keanu Reeves. Tuvimos una reunión en la que los ejecutivos de Fox decían: '¿Keanu Reeves en una película de acción? ¿Basado en qué? ¿Bill y Ted?’ Estaban siendo muy insultantes. Pero ella insistió en que podía ser una estrella de acción”.
"Esto fue mucho antes de Máxima velocidad o Matrix”, añadía. “Yo tampoco lo vi, francamente. La apoyé en la reunión, pero cuando salimos, le dije: '¿En base a qué?' Sin embargo, ella trabajó en el vestuario [de Keanu], le mostró cómo caminar, lo hizo hacer ejercicio. Era su entrenadora olímpica. [Keanu] Debería enviarle una botella de champán cada año para agradecerle".
Es decir, Kathryn Bigelow tenía una visión y sabía que podía sacar a un héroe rebelde pero correcto, leal pero justiciero, de Keanu Reeves colocándolo en una trama en donde el surf, el paracaidismo y los deportes de riesgo marcaban un ritmo dramáticamente trepidante. Cómo lo supo es todo un misterio porque, como contaba James Cameron, no había forma de saber a ciencia cierta que Keanu Reeves podía interpretar a los héroes de acción que terminaron definiendo sus mayores éxitos.
En aquel momento, había probado suerte entre el drama adolescente, personajes románticos y comedia, sin haber puesto a prueba la pasión que desarrollaría por las artes marciales ni la imagen de héroe letal que conocemos ahora. Sin embargo, Kathryn Bigelow se habría encargado de enseñarle lo necesario para abrirle el camino haciendo que Punto de quiebre fuera la película que lo lanzó hacia este mundo que lo mantiene en la cima.
Porque si bien 1991 fue un año importante para Keanu Reeves con Punto de quiebre, la secuela de Bill y Ted, su primer drama adulto con Idaho: El camino de mis sueños junto a River Phoenix y el rodaje de Drácula, de Bram Stoker, la verdad es que no volvió a disfrutar de otro éxito de taquilla como gran protagonista hasta que repitió en el género de acción en 1994. Y todo gracias a Punto de quiebre.
Así lo dejó caer Jan de Bont, quien debutó en el largometraje dirigiendo Máxima velocidad (1994), donde Keanu Reeves interpretaba a un policía que debía desactivar una bomba mientras Sandra Bullock conducía un autobús cargado de pasajeros. El director holandés sabía que el público “estaba listo para un héroe de acción más joven” después de haber sido el director de fotografía de Duro de matar (1988), La caza al Octubre Rojo (1990) y Arma mortal 3 (1992). “Siempre sentí que Keanu sería perfecto después de ver Punto de quiebre”, dijo a EW en 1994. “Lo bueno de él como héroe de acción es que es vulnerable en la pantalla. No resulta amenazador para los hombres porque no es tan corpulento y se ve genial para las mujeres”.
Y no se equivocaba. Máxima velocidad encumbró el estatus de Keanu Reeves como estrella del cine de acción a través de la aceptación global del público con una taquilla de $350 millones. Luego vendrían Matrix y el resto de producciones.
Hubo fracasos (47 Ronin: La leyenda del samurái, El maestro del Tai Chi) y éxitos (la saga John Wick) pero, sin dudas, Keanu Reeves se ganó una posición privilegiada como sinónimo de cine de acción contundente, de luchas espectaculares y credibilidad máxima. Un estatus que tal vez no habría sucedido si Kathryn Bigelow no hubiera creído en su visión, despejando un camino que terminaría llevando a Keanu por el sendero del éxito.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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