'La casa de los famosos', el reality que enfrentó a México con sus mayores tabúes

Disculpen la exageración y generalización, pero hace décadas que un programa de Televisa no paralizaba a todo México como lo hizo la noche del domingo 13 de agosto. No fue una telenovela ni un partido de fútbol del equipo que posee, fue con la primera edición del reality La casa de los famosos México con Wendy Guevara como su primera gran triunfadora.

Los festejos por Wendy, una chica trans (como ella se reconoce), han copado las calles desde El Coecillo, barrio donde reside en León Guanajuato, hasta avenidas importantes como Paseo de la Reforma en Ciudad de México. Las redes sociales, ni se diga: reacciones de sus fans dentro de hospitales, taquerías, bares u hogares que repiten el momento en que Galilea Montijo la nombró ganadora del reality show son incontables.

Más de 18 millones de votos a la abeja reina la hicieron merecedora de los 4 millones de pesos. "Recibió más votos que el PAN en 2018", dicen algunos en tono de broma, quizá la única sobre la apabullante victoria de Guevara frente al experimentado Poncho de Nigris en programas y competencias reality, o Sergio Mayer, otro exconcursante de la cuarta edición VIP de Big Brother hace casi 20 años.

Si bien ha ganado la favorita del público y desde temprana hora ha comenzado su desfile en los programas de Televisa en los que repite una y otra y otra y otra vez cómo vivió su encierro y el estado actual de su amistad con Nicola Porcella (la otra segunda sorpresa dentro de la casa) también ha llevado a la reflexión sobre lo que ha provocado Televisa: que hablemos de inclusión y visibilización de una comunidad por años ignorada, y de temas "incómodos" como la pobreza, la marginación, la discriminación, la violencia de género...

Una casa sin escándalo ni complot

La casa de los famosos (LCDLF) es un programa de televisión estadounidense producido por Endemol, versión de la franquicia del concurso de telerrealidad Big Brother, transmitido en 2021. Tres ediciones después, TelevisaUnivision adquirió los derechos y junto con EndemolShine Boomdog realizaron la primera franquicia para México, a cargo de la productora Rosa María Noguerón.

La premisa ha sido la misma desde que John de Mol creó Big Brother: encerrar a un grupo de personas por varias semanas, votar entre ellos para irse eliminando paulatinamente hasta que el público elija quién se quedará con el gran premio.

Para la primera LCDLFM, la producción de Noguerón prometió escándalo, peleas, complot y risa, y salvo las tres primeras, las risas siempre se impusieron al conflicto (incluso durante la "broma pesada" del Team Infierno contra Porcella), y ahí Wendy Guevara tuvo mucho que ver.

Antes de aislarse 71 días, Guevara gozaba de una amplia popularidad gracias a un video que grabó junto a su amiga Paola en el que contaban con singular simpatía su desventura por estar perdidas en un cerro. A seis años de ello, Las perdidas (como comenzaron a llamarse) evolucionaron a influencers y ser reconocidas como figuras de la comunidad LGBTQ+.

Wendy siempre ha sido enfática en presentarse como mujer trans. "En esta carnicería (su cuerpo) se vende pechuga y longaniza", es decir, es una mujer con implantes mamarios que conserva su pene, o como ella dice, su órgano reproductor masculino, el cual piensa conservar. Su historia la hemos escuchado miles de veces a través de las transmisiones de YouTube, el medio digital por el que más conectaba con sus fans.

Hasta que llegó el 4 de junio: la ganadora del Premio Icono del año de los MTV Miaw halló en la televisión otro canal para nuevamente presentarse y contar quién es ella. No solo la escucharon sus 13 compañeros de encierro, sino miles que sintonizaban Las Estrellas o El 5, canales donde se transmitió el programa, o a través de la plataforma de streaming Vix, que los vigilaba 24/7 y sin censura. Y todo, por Televisa.

A más de doce horas del triunfo de la abeja reina, muchos destacan que una mujer trans se haya coronado en un país con los peores índices de homofobia y transfobia: el 33% de mujeres y 41% de hombres no aceptarían a alguien trans en su casa; mientras que el 30% de mujeres y el 35% de hombres no aceptarían a alguien homosexual; y 7 de cada 10 personas LGBTTTIQ+ expresaron haber vivido y sufrido discriminación.

Por supuesto, hemos hablado y escrito de estos temas por años, pero justo gracias a la participación de Wendy en LCDLFM volvieron a retomarse y han vuelto a ser conversación semana a semana, y no como ocurre para cumplir con la agenda de junio, el mes dedicado al Orgullo Gay.

Entonces, en un programa transmitido por canales de Televisa escuchamos y aprendimos de algunos estragos y anhelos que, como Wendy, vive la comunidad de la diversidad sexual en general: el bullying durante la infancia, la exclusión dentro de la misma comunidad, que algunas deban recurrir a la prostitución como fuente primaria de trabajo y padecer la extorsión y abusos dentro de esta actividad; pero también la emoción de ser reconocidas y apoyadas por su familia, sentirse orgullosas por iniciar o finalizar su conversión, ser estrellas en diversas industrias como la del entretenimiento.

Algunos más también hablan de otros temas que se visibilizaron durante su estadía en LCDLFM: el abuso sexual infantil (fue violada siendo niño), la falta de acceso a la educación precisamente por el acoso de sus compañeros, la precarización de su entorno (su madre cubría dobles turnos); la violencia intrafamiliar y cómo sanar la relación, explorar la sexualidad...

Alejandra Bogue, conductora del podcast NosoTrans enfocada en temas relacionados con la comunidad transgénero y transexual, asistió al Ángel de la Independencia para festejar a Wendy y dijo: "veintitantos años después, me doy cuenta que hice las cosas bien y estamos festejando a Wendy ahorita".

Pues entre los tantos temas que habló Guevara, reconoció a Bogue como una de las mujeres y actrices trans precursoras en el medio, además de ser una de sus inspiraciones para su transición como así fue La Veneno en España.

La incomodidad que también debemos reconocer

La sencillez y desparpajo de Wendy Guevara son indiscutibles. Pero sus compañeros también provocaron otros temas de conversación que pocas veces hemos visto en los medios o que son abordados burdamente.

A pesar de que su estadía tuvo varios momentos tensos, Bárbara Torres puso sobre la mesa la lucha contra el estigma acerca de la menopausia, por ejemplo. O de cómo el llanto de su hijo nos hizo recordar la violencia del fanatismo tóxico.

Apio Quijano, perteneciente al team Infierno, se reconoció bisexual por primera vez ante las cámaras; Nicola se dijo pansexual, y aunque esto surgió en un momento de juego y que por supuesto no necesita aclarar si lo es o no, hablar de las otras diversidades también es reconocerlas.

Se habló de temas de salud mental, gracias al mismo Porcella, quien explicó cómo es vivir con depresión. El peruano reveló que desde hace tiempo toma antidepresivos y ansiolíticos para superar los "momentos súper difíciles" que vivió, además de que está diagnosticado con Trastorno Límite de la Personalidad (TLP).

"Tomo fluoxetina, un antidepresivo, me lo tomo cuando despierto, me estabilizo un poquito. Es una batalla diaria el despertarse, buscar motivos, pero es difícil. No es que durmamos mucho, es difícil despertarse. Estoy bien, si me ven descansando, ya saben qué es", se justificó un día frente a una de las cámaras.

Wendy es LA figura del momento, por supuesto. Sus compañeros le hicieron compañía en el viaje. Y Televisa cumplió con otra de las promesas, que no habría censura, o casi ninguna, pues algunos fans del reality que siguieron religiosamente la transmisión acusaron en varias ocasiones que ante algunos temas "polémicos" enfocaron las cámaras a otro lado.

Pero Televisa ha logrado no solo volver a contar con una figura mediática, sino que se hable de un programa que ellos mismos produjeron.

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