Linda Evangelista se cerró al amor hace casi una década: "No quiero oír a nadie respirar a mi lado"

Linda Evangelista credit:Bang Showbiz
Linda Evangelista credit:Bang Showbiz

La modelo Linda Evangelista no puede soportar la idea de compartir su espacio con otra persona y no ha tenido una cita en casi una década. La última vez que aceptó salir con alguien fue en 2015, antes de someterse a un tratamiento estético para congelar la grasa que tuvo el efecto contrario al deseado y provocó que le salieran bultos en distintas zonas del cuerpo.

"No me interesa. Ya no quiero acostarme con nadie. No quiero oír a nadie respirar a mi lado en la cama", ha confesado en una entrevista a la revista Sunday Times Style.

Tampoco ayuda que padezca una ansiedad social paralizadora que se manifiesta cada vez que sale de casa o tiene que ir a un evento público, porque se convence de antemano de que todo saldrá mal. "Pero a los dos minutos se me olvida. Y luego siempre me sorprendo gratamente", ha matizado.

Hay otra razón por la que le cuesta interactuar con el resto del mundo, y que no tiene nada que ver con su aspecto físico. Linda se ha autodiagnosticado un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) porque es la única explicación que encuentra a ciertos aspectos de su personalidad. La celebridad es incapaz de soportar que los objetos no estén alineados, y tiene que colocarlos rectos sin importar donde esté. También ha dejado de ir al cine porque le molesta el ruido que hacen las personas al masticar.

Linda Evangelista en la cena de Kering Foundation's Caring for Women en New York City, 2023. REUTERS/Jeenah Moon
Linda Evangelista en la cena de Kering Foundation's Caring for Women en New York City, 2023. REUTERS/Jeenah Moon

Linda Evangelista ya no puede mirarse al espejo

La supermodelo de 58 años de edad, quien reveló a inicios de este año que estaba luchando contra el cáncer por segunda vez, quedó 'permanentemente desfigurada en 2016 cuando se sometió a un procedimiento de congelación de grasa con CoolSculpting y luego demandó a la compañía por 50 millones de dólares, pero aunque 'ya no se culpa', opta por no mirar su reflejo.

Así lo comentó a The Sunday Times:

'Oh, no me miro al espejo. Mi hijo a veces me dice: -Tal vez quieras saber que tienes un grano en la barbilla-. Y yo digo, ¿qué? Pero la vida es mejor sin espejos. Bueno, ya no me culpo. Ya no soy dura conmigo misma. Y lo que la gente siente por mí todavía me molesta un poco, pero antes me molestaba mucho. Ahora sé que no hice nada malo. Durante mucho tiempo pensé que sí. No me he librado completamente de ello, pero trabajo duro para deshacerme de la culpa y la vergüenza. Y no lo permitiré. Arruina mi vida. No me habría quedado encerrado si hubiera sabido a cuántas personas les importaba'.

Linda añadió que ahora está haciendo un esfuerzo con amigos y familiares más que nunca y cree que 'no tiene derecho a quejarse' cuando se entera de otras personas que han luchado contra la enfermedad.

'Cuando veo a alguien y digo: -Oh, no te he visto en mucho tiempo, vamos a cenar juntos-, ahora lo digo en serio. Cuando escucho las historias de otras personas, pienso, oh Dios, no tengo derecho a quejarme'.

A Linda, quien estuvo casada con el modelo francés Géral Marie de 1987 a 1993, pero que tiene a Ausgustin, de 17 años, con su expareja Francois-Henri Pinault, se le preguntó sobre su vida amorosa, pero admitió que 'no tiene ningún interés' en tener intimidad con nadie otra vez.

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