El regreso de Livia Brito tras el escándalo, ¿por qué perdonan a unos y a otros los condenan para siempre?
Mucho revuelo causó la nota que dio el programa ‘Hoy’ acerca del regreso de Livia Brito a Televisa para hacer pruebas de cámara para una nueva telenovela en la que tendría un personaje principal, después del escándalo en el que se vio envuelta el verano pasado, cuando sucedió el altercado con un paparazzo.
Las consecuencias de ese episodio parecía que serían de largo alcance y en un momento la propia actriz cubana se quejó, alegando que esta situación podría costarle la carrera.
Se hizo del conocimiento público que por haber enfrentado una demanda por robo y agresión por parte del fotógrafo Ernesto Zepeda avecindado en Quintana Roo, perdió la oportunidad de ser considerada en las audiciones con Carmen Armendáriz para el rol estelar en ‘¿Te acuerdas de mí?’ — que finalmente es protagonizada por Fátima Molina —, así como en otros proyectos, incluyendo el hecho de que Juan Osorio le retirase la invitación para interpretar a Regina en ‘¿Qué le pasa a mi familia?’ (el papel quedó en manos de Eva Cedeño).
El público siempre se emociona con los perdones y las nuevas oportunidades después de que una celebridad mete la pata; de este modo es que Sergio Goyri hizo penitencia casi dos años tras haberse expresado de manera racista sobre Yalitza Aparicio. Luego de pasar por el fuego de las redes sociales —que pueden ser el infierno de todos tan temido — el actor fue llamado por Pedro Ortiz de Pinedo para ser parte del elenco estelar de ‘Diseñando tu amor’, la telenovela que estrenará en el segundo semestre de 2021.
Otro caso notable es el de Lucero, que pudo ver su carrera morir en 2003 durante aquella rueda de prensa de infausto recuerdo, que siguió a la noche en que su guardaespaldas amenazó con un arma cargada a la prensa durante la develación de placa del musical ‘Regina’. Si bien la carrera de la cantante y actriz no volvió a tener el brillo que tuvo en sus mejores tiempos, siguió siendo varios años la imagen del Teletón y actuó en telenovelas como ‘Soy tu dueña’ y ‘Mañana es para siempre’, con un éxito relativo.
Mas no siempre es así; hay veces donde se dan muchas nuevas oportunidades por parte de productores y públicos, como fue el caso de Eduardo Yáñez también, mientras hay otros actores (y sobre todo actrices) a lo largo de la historia, que no consiguen el perdón del público.
Un ejemplo de esto es el caso de Arlette Pacheco, quien tiene una buena carrera como actriz, pero no pudo destacar más debido al hecho de que el público nunca le perdonó que fuera la tercera en discordia en la ruptura del matrimonio de Angélica María, la perenne “novia de México” y Raúl Vale, a finales de la década de 1980. Aún si después Vale se divorció de ella — tras el nacimiento de dos hijas — para casarse con su hoy viuda, Hanny Sáenz (cuya carrera también desapareció), el público no olvidó y los productores nunca dieron papeles estelares a Pacheco, que ha desarrollado una carrera sólida en roles de soporte, pero su estrella definitivamente perdió algo de lustre.
Brito ha tenido suerte: a Gloria Trevi le tomó varios años recuperar su carrera y el estatus de estrella, después de su paso por la cárcel en Brasil y posteriormente, en México, por el delito de tráfico de menores con Sergio Andrade. Hoy, ese episodio siniestro no hace mella ni echa sombra en la rutilante carrera de la cantante regiomontana, cuyo fandom la defiende a capa y espada, ferozmente.
En comparación con este caso, el tema del pleito con el fotógrafo parece cosa simple, y la protagonista de ‘La piloto’ ha demostrado gratitud y humildad al verse de nuevo llamada a los foros. Trascendió que la invitación a prueba de cámaras vino de la oficina de Salvador Mejía, que prepara una nueva telenovela en la que hay tres personajes femeninos protagónicos y uno de ellos, a su vez, tiene tres personalidades distintas, lo que hace que el proyecto sea muy codiciado, aunque se sabe que no iniciaría grabaciones hasta el mes de junio, aproximadamente.
Pocas veces se consigue aprender de una lección como esta: Livia Brito pudo quedar como víctima de un paparazzo imprudente — algo que en sí es un problema ante la invasión a la privacidad de las figuras públicas — pero la pérdida de los estribos la puso en una posición poco favorable que además se manejó mal en los medios y resultó en un caos de relaciones públicas. Ahora que ya tiene nuevamente las puertas abiertas, tendrá que caminar con más cuidado, y agradecer al público que pese a todos los dimes y diretes, está dispuesto a darle una otra oportunidad.
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