La guerra con Luis Miguel que cambió la vida de la periodista Claudia de Icaza para siempre
En el más reciente capítulo de 'Luis Miguel: la serie 2', la siniestra abuela Matilde le dice a Luis Miguel que ha estado hablando con "Cynthia Casas" y que si él no cede a sus caprichos, le revelará más cosas personales a esta periodista, lo que provoca el enojo del cantante.
Pero, ¿quién es, en esta mascarada, "Cynthia Casas"?
Se trata de Claudia de Icaza, una famosa periodista dedicada a los espectáculos que se ha caracterizado por realizar profundas —e incómodas- investigaciones sobre diferentes personajes que han sido relevantes en la historia de la farándula mexicana, es decir no solo Luis Miguel, objeto de su libro más controversial: "El gran solitario" (que por muchos años fue imposible de conseguir, al agotarse sus ediciones rápidamente).
La comunicadora mexicana, que es muy activa en Twitter, cuenta con seis libros de su autoría entre los cuales destacan, además del anteriormente citado, "Amarga seducción", en el que aborda el escabroso tema del Clan Trevi-Andrade y una extensa y bien documentada biografía del legendario Ernesto Alonso, "El Sr. Telenovela", publicada en 2006.
Desde hace más de 30 años, Claudia ha colaborado en varios medios importantes como el periódico Reforma y el matutino Hoy. Actualmente es una de las principales conductoras del canal de YouTube 'De Historia en Historia', junto a las prestigiadas Aurora Valle y Lupita Martínez y es una de las más severas críticas de las dos temporadas de la serie de Luis Miguel, siendo una de las primeras en señalar las fallas de rigor en la narrativa histórica.
Por ejemplo, tal como lo dijo, sin pelos en la lengua, en una entrevista con Javier Poza en su programa de radio, elementos "embellecidos" como el "encuentro" entre Luis Miguel y Michelle Salas y el tema de que Luis Miguel no pudiera recuperar la casa de Las Matas, donde presuntamente murió Marcella Basteri, en la segunda temporada son "la jalada más grande que he visto en el universo”.
De Icaza siempre ha defendido su derecho a reportar la verdad, mientras Luis Miguel buscó mantener, a cualquier costo, privada su vida personal, y el encontronazo entre ellos cambió no solo sus vidas, sino también la manera de escribir sobre figuras públicas, al menos en México.
La guerra entre ellos comenzó en 1994, cuando fue demandada por Luis Miguel tras publicar el libro donde contaba aspectos de la vida del cantante. Años más tarde, y tras la disputa legal, algunas partes de lo contado por Claudia de Icaza se retomaron para la primera temporada bioserie para Netflix, cosa que ella misma no dejó pasar inadvertida y en 2018 volvió a reeditar la biografía, corregida y aumentada, esto también como consecuencia del lanzamiento de 'Luis Miguel, la serie'.
Luis Miguel y la de Icaza se conocieron a finales de los años 80, cuando él estaba en una relación con la fotógrafa Mariana Yázbek y Michelle Salas estaba recién nacida y era un secreto para el público en general. Claudia convenció a Luis Miguel de darle una entrevista para la revista en la que escribía y el cantante accedió.
La extensa entrevista tuvo lugar en el famoso penthouse del cantante en Polanco y en ella Luis Miguel se sinceró acerca de muchos temas, incluyendo sus relaciones con su padre Luisito Rey (que aún vivía) y sobre el pesar que le causaba el presunto abandono por parte de su madre, Marcella (que todavía era algo reciente y sin explicar, cubierto por Luisito con una calumnia).
Tras la entrevista, Claudia de Icaza pensó que tenía suficiente material como para escribir un libro de El Sol. Realizó entrevistas con personas cercanas a él, y antes de poder solicitar autorización de Luis Miguel, recibió un ultimátum de Hugo López, su mánager, para que desistiera del proyecto no autorizado.
En el libro, ella fue la primera que develó episodios desconocidos por el público en la vida de Luis Miguel, como que Luis Rey, su padre, lo explotaba laboralmente, o que había entrado al medio gracias a las influencias del corrupto jefe policiaco Arturo "El negro" Durazo Moreno, quien en 1981 había estado en la cima del poder. En el manuscrito también reveló cómo fue la primera experiencia sexual del cantante, patrocinada por su padre en Brasil cuando éste tenía 15 años con una trabajadora sexual, lo que habría ocasionado la ira del cantante, quien siempre había sido muy reservado con esos aspectos de su vida personal.
Cuando el libro apareció, Claudia fue demandada por los delitos civiles de difamación y daño moral por parte de Gallego Basteri, aunque lo que más sorprendió a la escritora era que por "reparación de daños y perjuicios", exigía a la escritora la suma de 7 millones de dólares (140 millones de pesos mexicanos hoy en día).
“Fue muy difícil enfrentar a Luis Miguel, la única vez que nos reunimos en un juzgado, ahí fue donde me di cuenta que más que otra cosa era: vamos a agarrarnos una estúpida y luego la soltamos", dijo en una entrevista para Hoy. "Cualquiera pudo haber hecho el libro de Luis Miguel, pero no cualquiera se hubiera defendido de ese ejército de abogados que me mandó (…), no tenía miedo, pero sí mi situación de vida era muy difícil (su esposo tenía serios problemas de salud, y la gran mayoría de los medios de comunicación la vetó, afectando sus ingresos). Me salieron cuatro trajeados a entregarme la demanda”, señaló.
La periodista confesó que esa época en su vida fue muy difícil pues no solo tenía que vivir de prestado, apoyada por su familia; muchos medios la pintaron como una villana morbosa (algo que la bioserie ha buscado hacer con "Cynthia Casas") y su esposo estaba grave. Además, su domicilio estuvo vigilado por agentes judiciales durante siete meses, pero finalmente la autoridad determinó que no existía motivo alguno para sancionar a Claudia de Icaza y por ello fallaron a su favor, tras tres años y medio de encarnizadas batallas legales, el libro pudo salir a la venta después del embargo y vendió más de cien mil copias de su primera edición.
Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas, Claudia de Icaza ganó, pero Luis Miguel no le pagó ninguna compensación económica, y le quedó la fama de aprovechada y arpía, cosa que en definitiva, afirma, no es. Ahora, ha recuperado su prestigio como una reportera rigurosa, y no vacila en desenmascarar las falacias con las que el mediocre equipo de guionistas han buscado justificar los errores de Luis Miguel en la serie: su intención siempre fue humanizarlo, y sigue haciéndolo, desde sus tribunas, sin fallar a sus principios éticos, que es lo que la llevó a ganar su batalla con el mismísimo Sol: con la verdad.
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