Para maratonear el fin de semana XL: La muerte y otros misterios, una serie con todos los condimentos de Agatha Christie

Violett Beane y Mandy Patinkin en la nueva serie de Star+
Violett Beane y Mandy Patinkin en la nueva serie de Star+

Las historias de detectives son un clásico de la literatura y la TV que no parecen agotar su atractivo. Durante décadas, los relatos de Arthur Conan Doyle y Agatha Christie, por citar a dos de los autores más representativos del género, aparecieron adaptados y reversionados en la pantalla chica con diversos grados de calidad. E incluso el cine volvió a prestarles atención en los últimos años en películas como Asesinato en el expreso de Oriente, Muerte en el Nilo y Cacería en Venecia, de Kenneth Branagh que recuperó a Hércules Poirot, el detective de las novelas de Christie. Además gracias a Rian Johnson y su Entre navajas y secretos, el género también sumó un giro moderno y un nuevo investigador inolvidable, el Benoit Blanc de Daniel Craig. En esa misma línea, entre el relato tradicional y sus exponentes más actuales, se acaba de sumar a la lista La muerte y otros misterios, una nueva serie disponible en Star+.

1. La historia. En el primer episodio de los diez que integran la primera temporada del programa –ya hay cinco disponibles en la plataforma; suben semanalmente–, Rufus Coteworth (Mandy Patinkin), “el mejor detective del mundo” según él mismo se denomina sin ninguna modestia, llega a la mansión de la millonaria familia Collier para investigar la sospechosa muerte de una de sus empleadas más queridas. Allí, el detective conocerá a Imogene, la hija de diez años de la víctima, que rápidamente demuestra tener una prodigiosa habilidad para la observación y la deducción. A ese encuentro lo seguirá uno 18 años después y en circunstancias muy diferentes. Imogene (Violett Beane) y Coteworth, al que desprecia, son pasajeros del crucero de lujo que la familia Collier alquiló para una travesía por el Mediterráneo. Cuando uno de sus compañeros de viaje aparece asesinado en su camarote, en un clásico caso de crimen en habitación cerrada –según se explicita en el episodio– el detective deberá abandonar su jubilación para resolver el misterio con la ayuda de Imogene, la principal sospechosa.

Mandy Patinkin interpreta al detective Rufus Cotesworth en la serie de Star+
Mandy Patinkin interpreta al detective Rufus Cotesworth en la serie de Star+

2. Mandy Patinkin. Con el final de Homeland, los espectadores no solo tuvieron que despedirse de la atrapante saga de espías y su protagonista, Claire Danes, sino que también se perdieron de ver regularmente a Mandy Patinkin, el actor que interpretaba al inolvidable Saul Berenson en aquella ficción. Por eso, la mejor noticia alrededor del estreno de La muerte y otros misterios es que el veterano de Broadway está de regreso en la pantalla chica en el papel del genial detective Rufus Coteworth, un personaje de acento poco identificable y una inteligencia que suele meterlo en problemas. Conocido por su larga trayectoria en el teatro musical y gracias a sus papeles en series como Chicago Hope y Criminal Minds, Patinkin logra que la pedantería y el patetismo de su personaje se traduzcan en una suerte de bufonería inofensiva que le sirve como pantalla para cumplir sus secretos objetivos.

Violett Beane es Imogene Scott, la principal sospechosa del asesinato cometido a bordo en La muerte y otros misterios
Violett Beane es Imogene Scott, la principal sospechosa del asesinato cometido a bordo en La muerte y otros misterios

3. Violett Beane. La fórmula narrativa de la pareja de detectives que deben trabajar juntos a pesar de sus diferencias aparentemente insalvables no es precisamente original pero en la versión que desarrolla la nueva serie resulta en algo diferente. Y en gran medida es gracias a la presencia de Beane, una joven actriz cuya interpretación funciona como el mejor contrapunto de la de Patinkin. Lejos de su inocencia infantil y del lado despreocupado que suele exhibir frente al mundo entero, Imogene es un personaje repleto de resentimientos y traumas que la vuelven irascible e impredecible, una combinación que la actriz que la interpreta refleja en pantalla con la suficiente ambigüedad para mantener al espectador atento a cada uno de sus movimientos.

La muerte y otros misterios
La muerte y otros misterios

4. Los personajes secundarios. Como todos los exponentes del género, La muerte y otros misterios presenta una colección de personajes que alternativamente ocupan el banquillo de los acusados. La historia de cada uno, lo que muestran y lo que ocultan son el motor para que la trama avance -aunque nunca en línea recta–, hacia la resolución final. En esta ocasión esos personajes encerrados en altamar incluyen al matrimonio de potentados que auspiciaron el viaje, sus hijos adultos y los personajes que giran a su alrededor. Por ahí está el consejero espiritual de la familia que parece tener muchos secretos que ocultar, sus socios comerciales y los integrantes de la tripulación, incluyendo al dueño del barco, que podría no ser tan inocente como parece en un principio. A medida que avanza la trama parece evidente que los guionistas de la serie encabezados por los creadores Heidi Cole McAdams y Mike Weiss, se esforzaron por incluir en su historia a todos los arquetipos del género que fascinan a sus cultores.

Entre el artificio y el lujo, la puesta en escena de la serie es parte fundamental de su encanto
Entre el artificio y el lujo, la puesta en escena de la serie es parte fundamental de su encanto

5. La puesta en escena. Una parte fundamental del género de misterio son las locaciones exóticas en las que suelen ocurrir los crímenes. Si Only Murders in the Building lleva tres temporadas -con una cuarta en camino-, aprovechando al máximo el escenario de lujo que le aporta el ficticio edificio Arconia de Manhattan, en esta serie ese lugar lo ocupa el coqueto crucero en el que se desarrolla toda la trama. Desde el primer episodio, dirigido por Marc Webb (500 días con ella), queda claro que la imagen reflejará el tono del suspenso condimentado de comedia que marca el relato. La cámara juega con algunas ilusiones ópticas –una aparente imagen del cielo que resulta ser un reflejo del agua o una mansión que cuando el cuadro se abre es una casa de muñecas–, se combinan con escenografías y vestuarios suntuosos que evocan a las películas de la era del cine clásico de Hollywood y a la bella artificialidad de la obra de Wes Anderson.