A ‘Mary Poppins’ le toca pasar por el aro de la corrección moderna por "lenguaje discriminatorio"
A los padres de Reino Unido les aconsejan estar atentos a la hora de enseñar la película a los niños menores de 8 años
Mary Poppins es un clásico en toda regla. Pocas películas pueden jactarse de mantenerse tan vivas en la memoria colectiva del mundo y cautivar a nuevas generaciones con sus bailes, cantos y pingüinos bailarines a lo largo de 60 años. Sin embargo, la moda de la corrección impulsada por la cultura ‘woke’ en los últimos años ha terminado encontrándola. Porque después de la revisión de otros clásicos como Lo que el viento se llevó, Dumbo, La dama y el vagabundo, Fantasía o Los aristogatos que derivó en incluir advertencias sobre la inclusión de “representaciones culturales desactualizadas” en plataformas streaming, ahora le toca al musical de Julie Andrews.
Y con una revisión que la señala de incluir “lenguaje discriminatorio” aunque los espectadores infantiles, a quienes está dirigida la película, a priori ni siquiera se den cuenta.
La Junta Británica de Clasificación de Películas (BBFC) decidió cambiar el rating que la película de Disney mantiene desde su estreno en 1964, pasando de la clasificación U original -que significa que no contiene material que pueda ofender y está recomendada a menores de 4 años en adelante- a uno que aconseja a los padres que se mantengan atentos debido al uso de “lenguaje discriminatorio”. De esta manera, seis décadas más tarde, la clasificación de Mary Poppins en Reino Unido pasó a PG, lo que significa que se sugiere guía parental durante el visionado porque cierto material puede no ser recomendable para menores de 8 años.
La palabra de la discordia: un debate candente
La reclasificación se debe al uso de la palabra “hotentotes” en dos secuencias de la película. Y no, no se trata de una palabra inventada que canta la niñera mágica en ‘Supercalifragilisticoespialidoso’, sino de un término que recita el almirante Boom (Reginald Owen), el personaje secundario que vive cerca de los Banks y tiene un barco en el techo de su casa. Un hombre que está convencido de ser un comandante naval al mando de un barco, con tanta imaginación o evidentes problemas mentales que dispara un cañón dos veces al día provocando temblores en el hogar de la familia protagonista.
El problema es que se trata de un término adoptado por colonos holandeses que hacía referencia a los Khoikhoi, una nación indígena y de los primeros habitantes de África del Sur, pero que en tiempos coloniales se expandió entre europeos como una referencia despectiva hacia la comunidad aborigen. Y que más tarde se utilizó de manera coloquial para referirse a todas las personas negras.
La primera referencia tiene lugar en una escena donde aparece colgado del techo de su barco y pregunta a los niños Banks si van a “pelear contra los hotentotes”. La segunda sucede durante la secuencia de ‘Step in time’, el baile de los limpiachimeneas en los tejados de Londres, donde exclama “¡nos atacan los hotentotes!” al ver a los bailarines liderados por Bert (Dick Van Dyke), los niños y Mary Poppins pintados de negro por culpa del hollín. “Menudos diablos”, sentencia a continuación confundiendo el color de la piel pintada con aborígenes africanos.
Y aquí surgen dos observaciones. Por un lado, los espectadores de todas las edades saben desde un principio que el almirante es una persona que no está en sus cabales. Que todo lo que haga o diga se entiende como fuera de juicio y erróneo. Además, estamos hablando de una palabra que los espectadores infantiles desconocen por completo. Incluso diría que la mayoría de adultos tampoco conoce el significado del término haciendo que la referencia discriminatoria solo se entienda por contexto. Incluso apuesto que muchos directamente dan por hecho que se trata de una palabra salida de la locura del almirante. Después de todo, la escena musical nos muestra al personaje observándolos desde lejos con su telescopio, viendo formas y sombras en la noche, bailando y saltando por los tejados. Que tengan las caras pintadas de negro es algo que solo los espectadores vemos con nitidez absoluta.
Sin embargo, resulta evidente que se trata de un claro ejemplo de ‘blackface’ hollywoodense que esconde una referencia racista en toda regla. Básicamente porque, en su locura, el almirante señala a siluetas negras, que además sabemos que tienen las caras pintadas de negro, como si fueran amenazas peligrosas.
A su vez, hay un dato más a tener en cuenta que un académico estadounidense señaló en una nota escrita para The New York Times en 2019. El profesor Daniel Pollack-Pelzner criticó la escena del baile en los tejados porque la autora del libro, PL Travers, con frecuencia asociaba las caras sucias de hollín de los limpiachimeneas con caricaturas raciales y ponía como ejemplo una secuencia de Mary Poppins abre la puerta (el tercer libro de la saga publicado en 1943) donde un deshollinador alcanzaba la mano de una mujer con su mano oscura y ella le decía: “No me toques, pagano negro”. Más tarde, el deshollinador se acercaba a un cocinero, quien usaba el término “hotentote” para describir al personaje.
La importancia que debemos darle a esta reclasificación
Si sumamos el significado original del término, las connotaciones racistas en épocas coloniales y la referencia del profesor, tenemos como resultado una referencia con un trasfondo polémico y erróneo que nos invita a ser conscientes a la hora de entenderlo y explicárselo al niño que cuestione el significado de la escena.
Porque no debemos olvidar lo que nos enseñó la debacle de Lo que el viento se llevó cuando Warner Bros. decidió eliminarla del catálogo de HBO, generando debate y controversia, debido a las referencias racistas a través del reflejo idílico de la esclavitud que hacía su historia. Al final terminaron devolviéndola al servicio pero incluyendo una advertencia para las nuevas generaciones. Lo mismo que hizo Disney con Dumbo, La dama y el vagabundo, Fantasía y muchas más.
La lección a la que hago referencia es que debemos recordar, y explicarle a esos niños que tengan preguntas en torno a la palabra “hotentotes” y su significado en Mary Poppins (de momento, ningún niño que conozco me lo ha preguntado), que se trata de una película de otra época. Como Lo que el viento se llevó, Dumbo y compañía. Una época donde el racismo campaba a sus anchas moldeando la percepción social, y el privilegio blanco se daba por sentado en la industria del cine como realidad y referencia absoluta. Estas películas, al final, nos sirven para enseñar los errores sociales cometidos en el pasado y aprender para seguir cambiándolos, reflexionar sobre las consecuencias racistas de sus referencias y seguir adelante enseñando a esas nuevas generaciones que se puede ser mejor, que aquello estaba equivocado.
Una revisión simbólica sin más
Lo curioso de todo esto es que la reclasificación británica solo afecta a la versión en cines de Mary Poppins, haciendo que las versiones hogareñas mantengan la clasificación original. Es decir, en la plataforma de Disney+ continúa apareciendo el mismo rating de siempre junto a una advertencia parental sobre referencias de tabaco.
No obstante, al tratarse de una película que en agosto cumple 60 años, es muy raro que la veamos pasando por las salas de cine con frecuencia. Por lo tanto, estamos ante una reclasificación simbólica que solo sirve para ser conscientes, conocer la referencia y aprender de ella.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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