Cómo la neuroarquitectura y el diseño optimizan tu salón y mejoran tu bienestar
El salón es un ambiente en el que pasamos mucho tiempo y es un espacio social, ya que en él solemos compartir el tiempo junto a otros miembros de la familia y amigos, nutrimos nuestras relaciones entre los habitantes de la casa y también con nuestros invitados y/o mascotas… De ahí que, tras el dormitorio y la cocina, laneuroarquitecturaponga el foco en crear un ambiente que nos resulte acogedor. La diseñadora de interiores María Lledó Cisneros, de Paloma Studio (paloma-studio.my.canva.site), nos guiará a lo largo de todo el reportaje sobre cómo aplicar los aprendizajes de las neurociencias a la hora de idear nuestro salón.
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Principales beneficios para la salud y el bienestar de la neuroarquitectura
La neuroarquitectura estudia cómo los entornos construidos afectan a nuestro cerebro buscando el bienestar integral de la persona.
María Lledó expone que algunos de los elementos que podemos tener en cuenta para nuestro salón saludable son:
La luz natural que entra en el salón, así como la luminosidad conseguida con los diferentes colores y materiales. Por ejemplo, cuidar que haya luz cálida y tenue al final del día es importante para ayudar a que nuestro cuerpo empiece a segregar la melatonina. Si las vistas al exterior son a vegetación o, como mínimo, se llega a ver el cielo desde el salón, ello aporta beneficios a nuestra salud.
Elegir materiales que eviten la acumulación de polvo y crear rutinas como estrategias de limpieza donde todos los miembros de la casa son responsables, son otras características relevantes a tener en cuenta en un hogar saludable.
A nivel biofílico, ver vegetación, cuidarlay que forme parte de la sala de estar, es beneficioso y placentero. Cuidar de las plantas tiene beneficios psicológicos, nos ayuda a estar en el momento presente y a practicar la atención plena entre otros beneficios. Cuadros de escenas naturales o papeles pintados con motivos de la naturaleza también son una buena opción.
El diseño interior del ambiente de la propuesta, en un piso del Ensanche de Bilbao, lo firma Jose Arroyo.
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Un espacio polivalente
María Lledó es de la opinión de que durante la pandemia aprendimos muchas cosas y fue un período en el que vivimos muy intensamente nuestros espacios interiores. “Centrándonos en el salón, nos dimos cuenta de que en este lugar se realizaban muchas actividades aparte de ver la televisión: leer, jugar, escuchar música, trabajar, estudiar, conversar, actividades creativas, hobbies, ejercicio físico, videollamadas, comer, momentos más espirituales o de interioridad…”.
Por ello, el salón tiene que poder ser un espacio flexible, no encorsetado, en el cual poder llevar a cabo las diferentes acciones. La diseñadora considera que lo mejor es configurar un ambiente versátil que vaya adaptando su forma en función de la acción que vaya a desarrollarse. En la propuesta, el juego de color rojo es un futbolín de estética retro que fabrica RS Barcelona.
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¿Debe girar todo en torno a la tele?
La experta consultada afirma que “los espacios afectan a nuestra salud física y emocional. El entorno tiene la capacidad de cambiar nuestros comportamientos, nuestros hábitos, cómo nos sentimos, las hormonas que producimos… Primero le damos nosotros forma a nuestras casas, pero es verdad que ellas en cierta manera nos dan forma a nosotros también. Por ello es importante parar, escuchar y observar tu hogar, para ver si contiene algo de tu esencia, tus valores de cómo quieres vivir”.
Percibimos el mundo a través de nuestros sentidos y esa información llega a nuestro cerebro que lo transforma por diferentes mecanismos en sensaciones y emociones.
Por ejemplo, durante muchos años se ha planteado la distribución del salón, antes que nada, pensando en la colocación de la televisión con su mueble y los sofás alrededor de ésta, aunque esto está cambiando. Debes tener en cuenta que, si dispones esta estancia como si la principal actividad que se va a realizar en ella es ver la televisión, esta distribución va a facilitar (y hasta potenciar) este hábito.
En este proyecto que firma la arquitecta María Brotons, del estudio Casalinga_espaciosconalma, se crea una atmósfera que propicia la lectura, la relajación y las charlas distendidas.
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Para fomentar otros hábitos aparte de ser espectador de televisión…
María Lledó propone que, para quienes disfrutar de una serie, una película o un programa de televisión es muy importante, los muebles con ruedas son una opción práctica que nos facilita la visión de la pantalla desde los diferentes asientos sin que ésta sea siempre el centro del espacio. También existen sistemas móviles para ocultar el aparato tras un mueble o colocarlo en un mueble con puertas, de manera que no ves siempre la pantalla, sino solo cuando quieres dedicarle un tiempo. Una buena muestra de mueble que oculta la televisión es el de la imagen superior, fabricado por la firma francesa Mobalpa.
“Un pequeño detalle que me gustaría comentar hablando de tecnología y televisión es el almacenamiento de nuestros cables en cajas diseñadas para esto, los organizadores de cables van a hacer que encontremos un mayor descanso visual ocultando marañas caóticas de hilos”, señala.
¿Más cosas? El hecho de que siempre haya libros o revistas a la vista, en la mesa auxiliar o una estantería del salón, nos va a facilitar el hábito de la lectura, especialmente a los más pequeños que les gusta descubrir aquello que está a su alcance. Y también de un modo especial si destinamos una cómoda butaca a esta actividad.
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Las distintas etapas de la vida: la infancia
El interiorismo tiene que acompañar en la etapa vital de neurodesarrollo de cada persona, este es un aspecto crucial en el que poner el acento, revela María Lledó.
Como hemos comentado, los niños son pequeños exploradores y exploran con su cuerpo, utilizan sus sentidos y movimientos para descubrir el mundo que les rodea y esto es crucial para su desarrollo cognitivo, motor y emocional. Cuando tienen una corta edad les gusta jugar en espacios grandes donde está el resto de la familia y muchas veces el salón es el escenario escogido. De este modo María Lledó aconseja asignar un cajón o cesta de almacenaje para cada tarea o juego, porque es algo que nos va a facilitar el orden y la autonomía de los ‘peques’ de la casa (sacar-jugar-guardar). Vemos muchos ejemplos de organización en las escuelas Montessori. Por supuesto estos muebles tienen que estar a una altura accesible para ellos, además, necesitarán una mesa y silla de su tamaño también.
“Una característica importante en estos muebles de almacenaje es que sea fácilmente identificable el contenido que guardan, cajones que no están del todo cerrados y se ve por arriba el contenido o si son cerrados podemos poner pegatinas de símbolos que nos indican lo que hay dentro (el dibujo de unos pinceles para el cajón del arte, etc.)”, apunta la experta consultada.
Aparte, si en el interior del mueble está todo bien organizado, también fomentaremos que nuestros hijos adquieran el hábito de la organización y el orden.
En la propuesta, un rincón del salón sirve de taller artístico. El juguete es el mítico ‘Elephant’, diseño de los Eames, una pieza de Vitra.
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El salón en la adolescencia
La experta en neuroarquitectura relata que la adolescencia es un periodo crucial para el desarrollo de la corteza prefrontal del cerebro,por este motivo los jóvenes tienen necesidades espaciales muy diferentes. Necesitan espacios más cerrados, introspectivos y con mayor privacidad. El adolescente busca su propio lugar y necesita personalizarlo ya que esto forma parte de su proceso de maduración.
“Nos costará más que pase tiempo en el salón con los demás, pero si se le involucra en las decisiones de la organización espacial del salón y sobre las actividades que se realicen en él, esto puede ayudar a que se sienta más valorado y a que esté más presente”, relata María Lledó. El espacio sobre estas líneas es una creación de Coblonal Interiorismo algo rompedora, que hasta integra en la decoración una bici colgada de la pared, así como otra estática, para poder practicar este deporte en casa.
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Un salón adaptado a los ancianos
¿Qué claves de diseño sugiere la interiorista en el caso de los mayores? Un salón como un espacio fluido que facilita el movimiento, que va a ayudar también a las personas con movilidad reducida. “Para los usuarios de silla de ruedas la amplitud de espacios y puertas es un buen aliado que facilitará las maniobras. Las butacas o sofás motorizados permitirán sentarse e incorporarse con facilidad procurando una mayor comodidad que nuestros cuerpos necesitan para poder socializar en la postura menos dolorosa, en la que nuestro cuerpo reposa. También las mesitas con ruedas o las que se introducen en el sofá van a facilitar mucho el cotidiano a personas con movilidad reducida, para tener al alcance de la mano lo necesario”, expone María Lledó.
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Así es el sofá ideal
No cabe duda de que el sofá es el mueble estrella del salón y resulta aconsejable elegir nuestros asientos teniendo en cuenta la salud de nuestra columna vertebral. Para ello María Lledó recomienda experimentar los asientos antes de comprarlos, sentarnos pausadamente, ver cómo está nuestro cuerpo en ellos. Además, tener diferentes posibilidades de asientos es una medida de ergonomía que va a facilitar que cada miembro de la familia o de la vivienda se encuentre bien en el salón.
En la propuesta el salón lo ha ideado la arquitecta de interiores Beatriz Rubio, de Studio Azul. Uno de los aspectos más interesantes de este ambiente de una casa mallorquina es la magnífica conexión que existe con el espacio exterior.
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Una experiencia multisensorial
¿Sabías que introducir diferentes texturas naturales en el salón resulta muy interesante como estrategia de diseño? El motivo es que la información táctil es información sensorial que va a pasar por el tálamo antes de ser procesada por la corteza somatosensorial. Alfombras, cortinas, mantas, tapicerías de sofá o sillón, fundas de cojín, etc. son estimulaciones sensoriales que nos pueden resultar agradables.
“Nos suelen gustar las texturas suaves o aterciopeladas, mullidas y los textiles que parece que nos acarician o que nos arropan”, afirma la experta, o esos materiales que al tocarlos nos gusta ese cambio de temperatura como la frescura de la piedra o el metal, la calidez de la madera…
En este salón de un piso madrileño, Luzio Studio mezcla piel envejecida (la del sofá chéster), tela bouclé (en las butacas y taburetes), una alfombra vintage y mármol (la mesa de centro).
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Ocio y trabajo no deben mezclarse
En el caso de un ambiente abierto al despacho, ¿cómo separar funcionalidades y procurar que ocio no se relacione con trabajo? La importancia de diferenciar estas dos zonas es que la separación espacial y mental ayuda a crear una distancia entre las responsabilidades laborales y el descanso.
“Para este tema recomiendo el libro de Elisabet Silvestre: ‘La oficina en casa’ donde encontraremos herramientas que nos van a ayudar a trabajar en casa manteniendo un equilibrio saludable, promoviendo nuestra salud y la eficacia”, detalla María Lledó.
Por lo general el lugar ideal donde ubicar el despacho en casa no será el salón, aunque cuando es la mejor opción que se dispone, conviene introducir algún elemento separador para delimitar y diferenciar visualmente el espacio, como un biombo. De este modo, dejarás de ver el trabajo pendiente mientras descansas. Que disponga de luz natural será una condición muy importante para ubicar nuestra zona de trabajo. Otra opción habitual para tales efectos es apostar por un cloffice, es decir, un despacho oculto dentro de un armario.
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Iluminación artificial que respeta nuestros ritmos circadianos
La luz solar ajusta nuestro ritmo circadiano, el reloj biológico interno ubicado en el cerebro. ¡La luz natural es un nutriente imprescindible para nuestra salud! Afecta al sistema nervioso, inmune y endocrino. Tanto la carencia como la sobreexposición nos hacen mal. Los ciclos día-noche, vigilia-sueño, se adaptan a los patrones de luz y oscuridad. Especialmente las hormonas de la melatonina y la serotonina tienen un papel importante en este proceso. Cuando estas se desajustan hacen que se desregule nuestra energía vital provocando fatiga, alteraciones en el sueño, pérdida de estimulación, falta de atención o insatisfacción, cambios en nuestro estado de ánimo como tristeza, estrés e irritabilidad.
Por tanto, necesitamos exponernos durante el día a la luz solar como mínimo 15 minutos. Para las personas mayores o convalecientes que no pueden salir a la calle cada día conviene prestar especial atención a que accedan igualmente a esta dosis de luz natural desde una terraza o balcón, si no es posible desde las cristaleras del salón puede ser una buena opción. Bien expuesta a los rayos solares, por eso la luz se matiza con estores, está la sala de estar de Arc Disseny.
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Un sueño reparador
“El salón a menudo es el lugar donde estamos al final del día antes de llegar al dormitorio. Por ello necesitamos para este momento del día una intensidad muy baja de luz cálida (la luz fría tiene que ir apagándose) esto nos va a llevar a la relajación y al descanso ayudando a la glándula pineal del cerebro a empezar a segregar melatonina, la que señaliza al cuerpo que es hora de dormir, por lo que nos va a ayudar a inducir y mantener el sueño. Cuidado, tenemos que recordar que las pantallas son focos de luz, a menudo luz azul. La luz azul tiene una longitud de onda corta y alta energía y tiene un efecto de supresión de la producción de melatonina”, relata María Lledó.
Por lo que, cuidar de la luz que percibimos en el salón antes de irnos a dormir va a ser imprescindible para facilitarnos tener sueño y descansar mejor, algo primordial para nuestra salud. Incluso, como señala la experta, recomienda que la luz del baño al que podemos ir durante la noche sea una cálida y muy suave, de modo que así nos va a evitar alterar demasiado nuestro ritmo de sueño.
En la propuesta, vemos el salón comedor de una bioconstrucción en Calafell (Tarragona), un proyecto de vivienda que firma Arquitectura Sana con interiorismo de A-típic.
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Conceptos principales
Vamos a resumir las estrategias más importantes de los que nos ha habado María Lledó a lo largo del reportaje: es recomendable crear un salón con un diseño fluido y flexible, facilitando el movimiento, las diferentes acciones, diferentes posturas y la interacción entre las personas. Este, diseñado por By MoRE, se vuelca al exterior, integrando el espacio una salita para el uso exclusivo de ver la televisión.
Un principio básico es que los muebles no nos tienen que impedir la conexión visual entre los miembros de la familia que habitan en la casa, a no ser que sea una estrategia específica para crear rincones de privacidad.
María Lledó reivindica pensar un salón in & out, porque “sabemos que es beneficioso poder contemplar la naturaleza desde el ventanal, pero aún mejor es poder tener una salida a una terraza o un balcón, que conecte el espacio exterior con el interior. Esperamos que en un futuro próximo todos los edificios de nueva obra contemplen esta necesidad para nuestra salud”. Además, explica que el diseño interior de nuestro salón debe procurar y facilitar que sea ese lugar de encuentro entre las familias o los habitantes de la casa, un espacio de escucha, de compartir, de reír, de apoyo mutuo, donde todos los miembros forman parte, donde nos sentimos bien, acompañados en nuestro momento vital.
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