La odisea que Jennifer Garner no querrá repetir en 'Deadpool 3'

Jennifer Garner (Photo by Jeff Kravitz/FilmMagic)
Jennifer Garner (Photo by Jeff Kravitz/FilmMagic)

Por Teresa Aranguez.- Una película de superhéroes con actores de moda no siempre es garantía de éxito. Si no, que se lo pregunten a Jennifer Garner y Ben Affleck, quienes aprobaron por los pelos su puesta en escena en Daredevil (2003). Además de ver cómo la crítica descuartizaba la cinta de los futuros esposos (hoy ya divorciados), su protagonista femenina vivió otro martirio en pleno rodaje. Algo que, por su propio bien y el de todos, seguramente espere no repetir en Deadpool 3, proyecto en el que revivirá a la famosa heroína casi dos décadas después.

Así lo ha confirmado en exclusiva The Hollywood Reporter. Y no sabemos muy bien si alegrarnos o contener esa alegría teniendo en cuenta el historial poco favorecedor del personaje femenino en cartelera. Porque recordemos que dos años después de la adaptación del cómic de Marvel junto a Ben Affleck, la actriz rodó Elektra (2005), un spin-off que obtuvo resultados pésimos de crítica y taquilla.

Sin embargo, el regreso de Elektra a la saga protagonizada por Ryan Reynolds (que también nos hará testigos del inesperado retorno de Hugh Jackman al papel de Wolverine), ha despertado otro fantasma del pasado para la actriz. Uno que, literalmente, le hizo la vida imposible.

"Los problemas de vestuario eran una constante", reveló Jennifer Garner durante una entrevista reciente con Glamour. "No había cinta adhesiva suficiente en el mundo para hacer que esto funcionara", dijo refiriéndose a su famoso vestuario. Muy sensual y llamativo a primera vista, pero una auténtica tortura para ella y el departamento de vestuario.

Si echamos la vista atrás para analizar el traje principal de Elektra en Daredevil, recordaremos que se componía de unos pantalones de cuero negro y un top a juego. Le sentaba como un guante, pero fue su cruz. "Me tenían que sacar y volver a coser dentro de los pantalones de cuero cada vez que tenía que ir al baño, lo que suponía 45 minutos de espera. Así que optaba por aguantarme", admitió la protagonista de la serie de televisión Alias.

Y no, no lo describe entre risas porque no le hizo ninguna gracia, ni siquiera casi 20 años después le resulta agradable revivir la experiencia. "No la había visto por mucho tiempo", reconoció a la revista de moda al volver a ver las imágenes. La incomodidad alcanzaba límites tan insospechados y producía tal retraso que ni siquiera la química que empezaba a nacer con Affleck, dulcificaba la escena de terror detrás de cámaras.

A la opresión desmedida de esos pantalones maléficos, había que sumarle un problemita más. Esta vez en la zona superior de su cuerpo.

A estas alturas ya conocemos de sobra la tendencia que Hollywood impuso durante décadas a la hora de cosificar o transformar a sus heroínas en figuras llamativas que acapararan la atención masculina. Lo vivió Scarlett Johansson en su llegada a Marvel, luchando constantemente por abrir horizontes y construir un personaje más interesante del que vimos en Iron Man. Y Elektra tampoco fue la excepción.

Según contó Jennifer Garner en la mencionada entrevista, la hicieron llevar rellenos en el escote que la pusieron al límite de sufrir accidentes con el vestuario constantemente. "Todo estaba levantado y hacia fuera", explica. "Estaba cerca de accidentes de vestuario todo el tiempo".

"Tenía tantas pechugas de pollo para crear unas falsas tetas para Electra... Creo que eran como tres en cada busto y de diferentes tallas", recordó sin demasiado entusiasmo.

Nada que ver con ella, siempre amiga de lo natural y alejada de todo este movimiento 'forever young' de una industria tan demandante con la mujer. Cuando escuché a Garner describir la incomodidad vivida, decidí echar un vistazo a las escenas de Elektra en Daredevil para ver si era capaz de identificar algo de lo que contaba sobre la ropa y escote fingido. Sobre lo primero, ni haciendo esas volteretas ni saltos mortales se puede atisbar lo que describe. Habrá sufrido una tortura china, pero supo salir del paso. Con el asunto de la delantera, no puedo decir lo mismo, aquel abultamiento, sabiendo ya la información de antemano, se nota la exageración innecesaria.

Pero el cuento sigue. Y Garner continúa contando las desventuras del vestuario. Los modelitos elegidos, complejos en todos los sentidos, no permitían que la cosa fluyera. Hasta llegar al modelo final que vimos en la pantalla, pasaron unas intensas semanas. "Tuve pruebas de vestuario interminables para el traje de Elektra. El diseñador James Acheson me veía cada sábado. Me ponía una peluca, iba al estudio y construía el look conmigo ahí mismo pedacito a pedacito", rememoraba sobre aquellos encuentros a los que asistía después de haber pasado toda la noche grabando Alias.

Al menos las escenas de acción que tanto disfrutaba sí lo eran. Había que conjugar un look tan atractivo para la vista como accesible a todos los movimientos que tenía que hacer en las peleas. Porque, que quede claro, Garner era de las que hacía gran parte de sus escenas de acción. Si bien contaba con una doble, al estar en forma, trataba de hacer las que estuvieran bajo su control. "Necesitaba unos pantalones o lo que fuese que me permitieran pelear, porque yo peleé mucho", expresó a Glamour.

Jennifer Garner vivió toda una odisea para sacar adelante el papel de Elektra soportando jornadas de trabajo tediosas por culpa de un vestuario que no la dejaba ir al baño. Viendo cómo describe la experiencia, cualquiera diría que no tiene el recuerdo más cómodo y agradable, lo que nos lleva a la conclusión de que probablemente tengan que pensar en soluciones que la ayuden a vivirlo mejor en su regreso para Deadpool 3.

Sinceramente, me encantaría ver la cara de Jennifer durante su nueva prueba de vestuario. Estoy segura que esta vez no permitirá que pase lo mismo. Las vivencias difíciles siempre dejan una lección aprendida.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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