El pleito de Alejandra Ávalos con Érika Buenfil que la dejó muy mal parada: ¿fue todo un invento?
En la farándula de México han existido, desde siempre, rivalidades entre figuras de renombre: desde Pedro Infante y Jorge Negrete —o Negrete y Cantinflas—; María Félix y Dolores del Río (que era una rivalidad falsa: las dos no eran amigas, pero se respetaban, aunque era sabido que la Félix sí resentía que a Dolores la reconocieran más como actriz que como símbolo), o en épocas más recientes, Lucía Méndez versus Verónica Castro, Gloria Trevi contra Alejandra Guzmán (rivalidad que luego se convirtió en una exitosa mancuerna para conciertos) o Belinda y Daniela Luján, que fue un pleito creado por los medios y les causó un terrible trauma adolescente.
El caso de Alejandra Ávalos y Érika Buenfil, sin embargo, es diferente.
¿Por qué? Pues para empezar porque ninguna se ha cortado el pelo para mencionar las circunstancias, y porque esta vez no se trata de un pleito que haya surgido de un medio o de una columna —como la presunta animadversión entre la Méndez y la Castro (que Lucía se ha convencido a sí misma es real), que nació a principios de la década de 1980 en una columna llamada "El fabricante de estrellas", firmada por el extinto Leopoldo Meráz, alias 'El reportero Cor', en el rotativo El Universal.
Si bien Meráz logró crear lo que hasta hoy se considera una de las más grandes "competencias" entre dos figuras del espectáculo, esto surgió como un ardid publicitario (por algún tiempo, Meráz también era el RP de la Castro, de un modo muy poco ético), el tema de la Ávalos vs. la Buenfil es algo más sórdido, porque se basa en argumentos que nada tienen qué ver con el trabajo.
Es sabido también, que la señora Ávalos, a quien nadie le niega su talento para cantar (es incluso mejor cantante que actriz), es muy propensa a cultivar la controversia con diversos personajes de su entorno como lo ha hecho con Anel Noreña, la exesposa de José José, a la que criticó y puso en entredicho en muchas ocasiones, hasta que Anel y sus hijos amenazaron con acción legal por difamación en su contra, lo que resultó en que dejara el tema por la paz (si bien llegó a extremos francamente ridículos como decir a los medios que buscaría a un/a médium de "verdadero poder" para poder contactar al espíritu del difunto príncipe de la canción, a quien decía le unía un "vínculo muy íntimo").
Del mismo modo, no ha tenido reparos en dar la nota hablando de Luis Miguel, asegurando que ella es el amor perdido del "Sol de México" (cosa que, ¡qué curiosa ironía!, también jura la Méndez), o metiendo su opinión, al estilo Niurka, en prácticamente cualquier tema, aunque no le ataña. Sin embargo, es claro que el odio que le tiene a la reina del TikTok no es ningún invento, aunque lo haya usado para publicitarse.
Todo esto surgió por primera vez al público en 2020, cuando, prácticamente de la nada, Alejandra Ávalos declaró que 20 años atrás, Érika Buenfil y Laura Flores le habían hecho bullying y que iban a sus presentaciones personales como cantante para insultarla desde primera fila, diciéndole "gorda" y "celulítica", y que se aprovecharon de sus nexos con Victor Hugo O'Farrill (ex de Buenfil y de Salma Hayek) para "sabotear" su carrera artística.
Otra gran MENTIRA. JAMÁS. NUNCA HE IDO A VERLA. https://t.co/tM0SHRP05e
— Erika Buenfil. (@ebuenfil) June 1, 2020
Haciendo una investigación acerca de las fechas cronológicas, queda claro que Ávalos miente: su carrera como cantante no se inició en los 2000 sino en 1988 cuando salió a la venta su primer LP. En esa misma época, la Buenfil estelarizaba "Amor en silencio"; ya para entonces, la relación entre Buenfil y O'Farrill había terminado, y éste se encontraba vinculado con Salma Hayek. Por lo mismo, los momentos de carrera que alude Ávalos no coinciden para nada.
La Ávalos había tenido ya su primer protagónico ("Padre Gallo") y posteriormente su carrera se consolidó con roles de villana que se le ofrecieron y ella aceptó (como consta en los archivos de Televisa) por lo que el complot para "ralentizar y sabotear" su carrera por parte de Flores y la Buenfil es también algo improbable y posiblemente ficticio.
Fueron tantas y tan variadas las cosas que contó la Ávalos, victimizándose, que se esperaba una batalla campal. Flores hizo declaraciones muy leves, pero Buenfil, desde Tik Tok, sí hizo clara referencia a esta narrativa, de manera contundente, mordaz y definitiva, diciéndole que se pusiera a trabajar y dejara de mentir.
Para ti. Si para ti. Ponte a trabajar y deja de mentir 🤥 pic.twitter.com/rVHQe32TLW
— Erika Buenfil. (@ebuenfil) June 1, 2020
Ante esta reacción, la Ávalos dio una entrevista en El Gordo y la Flaca y dijo que no era su intención dañar la imagen de sus colegas: “Yo lo hice conforme a la respuesta a la pregunta de si alguna compañera me había hecho 'bullying', como si fuera una anécdota. Eso fue hace mucho tiempo, me marcó en el momento. Pero cuando continuamos caminando en esta carrera y trabajando con nuestras compañeras en otros proyectos, yo omití totalmente ese pasado y lo dejé atrás. Hice lo que tenía que hacer, estar en armonía en todos los trabajos”.
Si lo dejó atrás, como dice, es algo que no se notó. De cualquier forma, la Buenfil dio el remate con un tuit que para ella cerró la polémica:
Nunca paso, y no me caía mal, pero ahora si. Y que tiene?!?!??!👸🏼
— Erika Buenfil. (@ebuenfil) June 3, 2020
Así queda claro que la animadversión, surgida de un intento por dar la nota y seguir vigente (cosa que sigue haciendo la intérprete del controversial tema 'Tú hombre yo niña') se convirtió en un desprecio muy real.
Y en esta presumible "rivalidad" la que ganó fue Érika Buenfil, como consta en el hecho de que sigue siendo un hit en redes y la otra solo logra que hablen de ella... cuando busca colgarse de la fama ajena.
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