La película ideal para ver cuando estás de bajón gracias a un enfoque por el que merece ganar el Óscar
'Los que se quedan' de Alexander Payne es una de las películas favoritas de la temporada de premios
Calificar una película recién estrenada como un nuevo clásico del cine son palabras mayores, pero cualquiera que disfrute de una historia como Los que se quedan, que ya se erige como favorita a los Óscar, no dudará en aplicarle este calificativo. Esta cinta protagonizada por Paul Giamatti, Dominic Sessa, Da'Vine Joy Randolph y dirigida por Alexander Payne (Entre copas, Los descendientes...), nos propone un relato navideño de esos que siempre apetece disfrutar en estas fechas, aunque no uno cualquiera, más bien uno que rompe con las convecciones de este tipo de cine con una comedia agridulce capaz de despertarnos de nuestro peor estado de ánimo.
Los que se quedan gira en torno a una celebración navideña, pero no de esas llenas de buenas vibraciones, deseos felices, reuniones familiares fabulosas o experiencias de ensueño sobre el significado de estas fiestas. Se nos sitúa en un internado en los años '70 donde un profesor muy cascarrabias deberá pasar la Navidad cuidando a un grupo de alumnos que no tiene a donde ir. Esto conllevará a que los traumas de cada uno forjen vínculos inesperados, lo que les facilitará el enfrentarse a la cara negra de esta festividad.
Se nos presentan perfiles de personajes que por cuestiones de clase, familia, raza o por dramas de la época como la Guerra de Vietnam arrastran conflictos internos por los que estas fechas se les atragantan, personas y realidades que muchas veces nos cuesta comprender al quedarnos en lo superficial de, por ejemplo, este tipo de celebraciones. La cinta usa la Navidad a modo simbólico para hablar de la sociedad, de lo incomprensible y frívola que puede ser y de cómo a veces nos lleva enclaustrarnos en nosotros mismos para posteriormente etiquetarnos y dejarnos de lado.
Gracias a una humanidad desbordante, no le hace falta más que desarrollar con cariño a sus protagonistas para tejer la historia y conquistarnos. No hay remarcados ni discursos para trasladar su mensaje, simplemente un viaje a través de las experiencias de sus personajes que, gracias a las virtudes de la comedia dramática, se hace ameno y muy identificable para los espectadores. Los que conozcan el cine de Alexander Payne sabrán de lo que hablo, porque Los que se quedan se nutre del mismo enfoque que otras aclamadas películas del director como Entre copas o Nebraska.
Su cohete hacia los Premios Óscar
De hecho, este foco tan primordial en sus protagonistas da un vehículo de lucimiento de oro a sus intérpretes, que está siendo todo un cohete para Los que se quedan en la carrera hacia el Óscar. Paul Giamati ganó el Golden Globe a Mejor Actor de Comedia y se posiciona como uno de los grandes favoritos al premio, mientras que Da'Vine Joy Randolph está arrasando en todos los reconocimientos de críticos y académicos y prácticamente tiene la estatuilla en sus manos. Lo mismo para su guion, que tras la salida de Barbie de la categoría de Mejor Guion Original se sitúa como el gran favorito a la victoria. No es para menos, porque en estos apartados está el alma de la película y la clave de que se una experiencia tan emocionante.
En lo personal, al haberla visto en plena Navidad y sentir algunas de sus situaciones cercanas, fue realmente sobrecogedor entrar en lo más profundo de esta historia y personajes, a los que sientes como personas tan cercanas como tu familia y despiertan una emoción de esperanza ante las muchas injusticias que la vida pone ante ti. Es de esas películas que a uno le apetece ver cuando está de bajón, de esas historias que te hacen terminar con una sonrisa en la boca, te hacen replantearte las cosas y aportan un rayo de luz cuando uno se siente superado.
Valorando todos estos ingredientes, y en especial su enfoque de película navideña rupturista, creo que Los que se quedan está destinada a convertirse en un clásico moderno que a todos nos va a apetecer ver una y otra vez cada vez que llega esta época festiva, en estas fechas donde la sociedad nos planta ante un universo artificioso de felicidad que en el fondo es pura superficialidad y que a muchos, por la infinidad de problemas sociales o personales en los que pueden estar envueltos, se les pueden atorar. La otra cara de la Navidad que el cine necesitaba y que nos deja una de las comedias dramáticas más completas y emocionantes de los últimos años. Ojalá destaque en los próximos Premios Óscar, porque sin duda es de las películas que más lo merecen.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine 54.
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