‘Siempre el mismo día’, la serie para románticos empedernidos que aplasta la película de Anne Hathaway

Ríe. Ama. Llora. Pero, sobre todo, vive el ahora. Este sería el eslogan perfecto para resumir el mensaje de Siempre el mismo día (One Day), la nueva serie de Netflix que con 14 episodios de menos de media hora cada uno conquistará a los románticos empedernidos con una historia de amor afianzada en el tiempo. Sospecho que a la gran mayoría les suena el título. Por un lado, porque se trata de la adaptación del bestseller de David Nicholls publicado en 2009, y porque Hollywood lo adaptó en 2011 con un melodrama protagonizado por Anne Hathaway y Jim Sturgess. Una película que fue un verdadero fracaso de crítica y taquilla que, además, quedó enterrada en el cementerio del olvido cinematográfico.

La buena noticia es que la serie de Netflix aplasta cualquier concepción errónea que nos hubiera dejado aquella película, haciéndole justicia a la historia, los personajes y, sobre todo, regalando a los espectadores una serie que merece todas nuestras lágrimas.

Siempre el mismo día cuenta la historia de Emma (Ambika Mod) y Dexter (Leo Woodall), un relato que comienza el día de la graduación universitaria -el 15 de julio de 1988- y que vamos revisitando en cada aniversario durante 20 años. Es decir, cada capítulo es un año distinto pero el mismo día en el calendario, permitiéndonos descubrir cómo sus vidas se van entrelazando de diferentes maneras, aprendiendo, equivocándose y transformando la relación con el paso del tiempo.

Sin embargo, como recordarán aquellos que leyeron el libro o vieron la película, no se trata de una simple historia de dos amigos sucumbiendo al amor. Eso está muy visto y sería demasiado predecible. En cambio, Siempre el mismo día es un historia más redonda, absorbente y sentimental sobre dos almas gemelas que se entienden porque se dedican tiempo más allá de la atracción, que se dan el espacio para vivir sus vidas mientras la conexión que los une espera pacientemente su momento. Es una historia donde se da lugar al amor y la tragedia. Una provocadora de sonrisas y lágrimas infalible.

La gran diferencia con la película de Anne Hathaway

Nicholls triunfó con su novela hace 15 años al absorber al lector con la estructura. Empezar cada capítulo era una aventura excitante, porque no sabíamos en qué punto nos íbamos a encontrar al dúo protagonista al año siguiente. Quizás el capítulo anterior los dejaba en un buen lugar o todo lo contrario. ¿Qué habría pasado un año después? ¿Seguirían siendo amigos, estarían juntos o distanciados? Cada capítulo representaba lo imprevisible que puede ser el destino. Era imposible predecir a dónde iría esta historia y eso la convertía en una novela atrapantemente romántica.

Con esta estructura, el autor conseguía desarrollar un estudio de personajes profundo, indagando en las motivaciones existenciales y experiencias que los iban formando como seres individuales pero, también, como personas unidas por un lazo inquebrantable. Era mucho más que una simple historia de amor.

Sin embargo, la película de Anne Hathaway, dirigida por la danesa Lone Scherfig (Enseñanza de vida), fallaba estrepitosamente al intentar resumir una trama tan rica y romántica en 108 minutos con dos intérpretes que no conseguían transmitir la química pasional que tenían los personajes en sus páginas. Digamos que Dexter y Emma fueron la versión previa de Marianne y Connell (los amantes de la inolvidable serie Normal People saben de lo que hablo). Además, obviaban detalles que eran relevantes en la historia original. Como, por ejemplo, la extensa charla que tienen en el primer episodio y que define cómo serán sus próximos años, pero que en la película recortaron radicalmente.

Al tratarse de una narrativa que se extendía a lo largo de 20 años, repleta de detalles, con personajes ricos y de conversaciones profundas, era evidente que la película tendría muy difícil estar a la altura. Intentaron contar tanto en tan poco tiempo que se terminó convirtiendo en una obra tediosa a la que le faltaban detalles, sutilezas y arcos sumamente importantes para llegar al corazón del público. Todo esto sumado al terrible acento de Anne Hathaway como una chica del norte británico (lo mezclaba con su tono estadounidense y salía una mezcla que no tenía sentido), una adaptación sin gracia y lo apresurado que resultaba el impactante desenlace, derivó en un proyecto destinado al fracaso. Sin embargo, en la estructura de serie, finalmente triunfa.

Un romance de seis horas que vale la pena

Siempre el mismo día está compuesta por 14 episodios que, debido a su corta duración, hacen que podamos devorarla en seis horas y media. A su vez, gracias a la curiosidad que provoca la inquietud de descubrir dónde los encontraremos el año siguiente se corona como una opción perfecta para el maratón de turno. En mi experiencia, no pude soltarla, viéndola sin pausa hasta entrada la madrugada.

Acompañada de una banda sonora que encaja a la perfección con el humor y tono de cada momento, una trama que va hilando sus aristas tomándose su tiempo, mimando y cuidando el relato, y dos actores con química explosiva, la serie se resume como una de las mejores adaptaciones literarias de los últimos años.

Una propuesta emotiva y sentida que invita a que nos olvidemos de la película de Anne Hathaway como si no existiera. Porque esta es la versión que la historia merece. Un cuento profundo sobre el amor, el dolor y el crecimiento que no solo pretende descubrir el romance entre los personajes, sino lo que pasa después.

Emma y Dexter serán personajes de ficción pero representan experiencias humanas que nos conectan intrínsicamente, sintiendo cada emoción al otro lado de la pantalla.

Para quien tenga curiosidad, la película de Siempre el mismo día está disponible en Amazon Prime Video y Star+.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO

Netflix da a conocer su catálogo de películas y series para 2024

El lamento de Phoebe Dynevor a pesar de su éxito en Netflix

Por fin podemos dar a 'El diablo viste a la moda' el final antirromántico que merecía

Halle Bailey hace sombra al descalabro de 'La sirenita' salvando una película