Los Oscar y el ganador que perdió la oportunidad de vivir un momento que solo se vive una vez

La ausencia de Michelle Pfeiffer en la 96 ceremonia de los premios Oscar no fue la única que llamó la atención. La actriz, que supuestamente iba a protagonizar una reunión especial con Al Pacino cuarenta años después de Caracortada no apareció en los premios como se había anunciado, como tampoco lo hizo uno de los flamantes nominados de la noche. Les hablo de un cineasta aclamado y adorado por el público que se perdió la oportunidad de vivir una experiencia que solo se vive una vez en la vida.

Wes Anderson estaba nominado en la categoría de Mejor Corto de Acción Real por su impresionante adaptación del universo de Roald Dahl en La maravillosa historia de Henry Sugar, el aclamado cortometraje de Netflix de 39 minutos protagonizado por Benedict Cumberbatch, Ralph Fiennes, Dev Patel, Sir Ben Kingsley y Richard Ayoade. El director de El gran hotel Budapest había estado nominado ocho veces a lo largo de 22 años, con candidaturas repartidas entre Mejor Película (Budapest), Película Animada (El fantástico Sr. Fox, Isla de perros), Guion (Budapest, Moonrise Kingdom, Los excéntricos Tenebaum) y Dirección (Budapest), y no había ganado nunca.

Hasta la noche del domingo.

Issa Rae y Ramy Youssef dieron a conocer su victoria pero, de repente, nadie subió a recibir el premio. Fue uno de esos momentos que toman al público por sorpresa. Porque en medio de la vorágine de la ceremonia más prestigiosa del cine, justo cuando los invitados aplauden el nombre ganador, de repente el susodicho no sube al escenario. Pero en este caso con una sorpresa que vale por partida doble al tratarse de un director que a la industria le gusta celebrar, que disfruta de una estrecha relación con la audiencia y sin que se diera ninguna explicación a su ausencia.

Todo lo que dijo Rami Youssef fue que el director no había podido asistir a la ceremonia y que ellos se encargaban de aceptar el premio en su nombre. “Felicidades Wes, sabíamos que podías hacerlas largas [a las películas] pero guau, hermoso”, dijo.

En resumen, el momento con la numeración de las candidatas y la victoria de Wes Anderson apenas duró un minuto. No hubo ni un productor que ocupara su lugar, ni un representante de Netflix ni una notita para que los presentadores pudieran dar explicaciones o compartir algún agradecimiento. Nada. Nos dejaron en ascuas.

Los motivos de Wes Anderson

Para conocer porqué el director no asistió a la ceremonia que le terminó regalando su primera victoria en los Oscar tuvimos que apartar la mirada de la transmisión y dirigirnos a las redes sociales. Porque Netflix se encargó de dar la explicación a través de X (antes Twitter), revelando que Wes Anderson se encontraba rodando una película en Alemania.

"Si hubiera podido estar allí, yo (junto con Steven Rales) habría dicho "Gracias" a: la familia de Roald Dahl, el equipo de Netflix, Benedict, Ralph, Ben Kingsley, Dev, Richard, Bob, Adam y Jeremy y John y Jim y Rich y Jim y Polly y más”, detallaba el comunicado oficial.

A su vez, al tratarse del primer Oscar de su carrera, Wes Anderson aprovechó la oportunidad para rendir homenaje a Owen Wilson, uno de sus colaboradores habituales que ha sido esencial en su filmografía y su ascenso en la industria. Tanto en el papel de actor como productor y guionista, como fue el caso de su debut como cineasta en 1996 con Bottle Rocket a Tres son multitud (1998) y Los excéntricos Tenenbaum (2001).

“También habría dicho: si no hubiera conocido a Owen Wilson en un pasillo de la Universidad de Texas entre clases cuando tenía 18 años, ciertamente no recibiría este premio esta noche, pero desafortunadamente Steven y yo estamos en Alemania y comenzamos a filmar nuestra nueva película mañana por la mañana temprano, así que en realidad no recibí el premio ni tuve la oportunidad de decir nada de esto”, concluía el director de El fantástico Sr. Zorro.

La película en cuestión se titula The Phoenician Scheme y todavía no se conocen detalles de la trama. , Según Imdb, cuenta con un guion coescrito con su frecuente coguionista Roman Coppola (Asteroid City, Moonrise Kingdom) y protagonizado por Benicio Del Toro, Michael Cera y otro de sus actores fetiches, Bill Murray.

La oportunidad que no volverá

Que Wes Anderson no haya podido asistir a la ceremonia más importante del cine forma parte de los gajes del oficio. Después de todo, si existe un proyecto en marcha puede ser imposible desligarse por unos días, ya sea por compromisos contractuales o por las agendas previstas.

Michael Caine tampoco asistió cuando ganó por Hannah y sus hermanas en 1987 porque estaba rodando Tiburón, la venganza, la infame cuarta entrega de la saga creada por Steven Spielberg que luego reconoció no haber visto nunca porque “era terrible”.

Hubo otros casos con motivos diferentes, pero igualmente válidos, como Anthony Hopkins que no asistió a recibir el premio a Mejor actor en 2021. A sus 83 años en aquel momento (ahora tiene 86) no quería moverse de su hogar en Gales y sus representantes solicitaron que le permitieran participar de la ceremonia con un agradecimiento vía Zoom. Pero aquel año la Academia había desterrado las conexiones online, pidiendo a cambio que los nominados que estuvieran en otros territorios se acercaran a oficinas específicas con conexión satelital. Eminem se quedó en su casa durmiendo cuando estaba nominado a Mejor Canción Original por Lose yourself en 2003, creyendo que nunca ganaría. Pero lo hizo.

A su vez, Elizabeth Taylor se perdió la oportunidad de recibir la estatuilla cuando la ganó en 1966 por quedarse acompañando a su marido Richard Burton en París. El actor también estaba nominado y se negó a asistir después de haber pedido cuatro veces en el pasado (Los Angeles Times). Paul Newman se había cansado de vivir la decepción del fracaso tras seis nominaciones y cuando por fin ganó por El color del dinero en 1987 había decidido no aparecer. “Es como perseguir a una mujer hermosa durante 80 años. Al final, ella cede y tú dices ‘lo lamento terriblemente, estoy cansado”, dijo. O Marlon Brando y su polémica estrategia que colocó a Sacheen Littlefeather en una encrucijada mediática a lo largo de los años cuando le pidió que fuera en su lugar cuando ganó por El padrino.

Al final, en el caso de Wes Anderson, cuando una producción está en marcha resulta un contratiempo que una persona tan importante como el director del proyecto abandone el barco. Y en este caso hubiera sido una ausencia de varios días al tener que volar desde Alemania para asistir al evento, poniendo en jaque un rodaje con presupuesto distribuido, equipo a punto y listo para comenzar el día después. Sin embargo, su ausencia supone una oportunidad perdida que no volverá a repetirse. Porque después de ocho nominaciones a lo largo de 22 años de carrera, terminó perdiendo la experiencia de vivir la emoción de la primera victoria formando parte de la vorágine académica. Con su historial cinematográfico es muy probable que acumule más nominaciones en el futuro, pero ese primer Oscar ya lo tiene y no pudo vivirlo en persona.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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