El biopic de Michael Jackson da vértigo por el precipicio mediático sobre el que camina

SANTA MARIA, CA - APRIL 4:  Singer Michael Jackson waves as he arrives at the Santa Barbara County Courthouse for proceedings in his child molestation trial April 4, 2005 in Santa Maria, California. Jackson is charged in a 10-count indictment with molesting a boy, plying him with liquor and conspiring to commit child abduction, false imprisonment and extortion.   (Photo by Carlo Allegri/Getty Images)

Los biopic musicales están de moda. Desde que Bohemian Rhapsody arrasara en la taquilla mundial, llegando a los Óscar y renovando la pasión por la música de Queen, el mundo del cine encontró un subgénero para explotar al máximo. Céline Dion, Elton John, David Bowie, Elvis Presley y Whitney Houston son algunos de los íconos musicales plasmados por el celuloide desde entonces. Madonna iba a ser la siguiente con una biografía que pensaba dirigir con Julia Garner (¿Quién es Anna?) como protagonista, pero tras poner en pausa el proyecto para centrarse en su próxima gira, ahora surge otra figura como exponente de este género en alza. Se trata de Michael Jackson y a través de una biografía que dirigirá Antoine Fuqua (Día de entrenamiento, The Equalizer: El protector) y con el sobrino del rey del pop interpretándolo. Sin embargo, el proyecto ni siquiera ha empezado a rodarse y ya genera vértigo ante el profundo precipicio mediático que tiene por delante

Porque tras conocerse que la película va viento en popa con el fichaje de Jaafar Jackson, otra figura del mundo del cine salió a recordar la sombra más oscura que sobrevuela sobre el recuerdo de Michael Jackson. Se trata de Dan Reed, un nombre que probablemente muchos lectores desconozcan pero cuyo trabajo cinematográfico generó conmoción y conversación hace cuatro años. Les hablo de Leaving Neverland, el documental que dirigió para HBO y que abrió una profunda herida entre los fans del cantante y aquellos espectadores que dudaron o creyeron en su inocencia cuando dos niños lo acusaron de abuso sexual en 1993 y 2005. El documental lo acusaba directamente con el testimonio de las dos supuestas víctimas, Wade Robson y James Safechuck, explicando sus vivencias cuando tenían 7 y 10 años respectivamente. Fue un documental estremecedor, porque más allá de la credibilidad que cada uno quisiera darle a los protagonistas, resultaba arrollador al detallar explícitamente las tácticas y manipulación psicológica de la depredación sexual infantil.

El tiempo pasó pero Dan Reed no quiere que nadie olvide. Menos ahora que Hollywood desarrolla un biopic que cuenta con la aprobación de los responsables del patrimonio de Michael Jackson, lo que nos lleva a imaginar que podría influenciar en el tono de la historia y en cómo se cuenta este capítulo de su vida. Y por eso escribió un artículo de opinión para The Guardian con un título que no deja lugar a dudas sobre su postura: “El nuevo biopic de Michael glorificará a un hombre que abusó de niños”.

En el artículo repite su convicción en torno a la culpabilidad de Jackson a pesar de haber sido declarado no-culpable en un juicio mediático celebrado en 2005, cuando otro niño de 13 años, Gavin Arvizo, lo acusó de abusó sexual. “La visión más impactante de 'Leaving Neverland', y la más dolorosa de aceptar para cualquier padre, es que, como parte del proceso de manipulación, el depredador hace que el niño se enamore de él, atrayéndolos a una especie de complicidad culpable en el abuso”, escribió Reed. “Entonces, las víctimas de abuso sexual infantil, desconcertantemente para los no iniciados, encubrirán a sus abusadores y los protegerán durante años o décadas. Es por eso que Robson se convirtió en un testigo clave de la defensa en el juicio por abuso sexual infantil de Jackson en 2005 y fue fundamental para lograr su absolución. El jurado creyó a Robson y encontró al cantante no culpable. Ahora admite que mintió en la corte para proteger a su mentor y abusador”.

En su opinión, la ausencia de indignación pública ante el anuncio de la película nos dice que “la seducción de Jackson sigue siendo una fuerza viviente que opera desde más allá de la tumba […] Parece que la prensa, sus fanáticos y la gran cantidad de personas mayores que crecieron amando a Jackson están dispuestos a dejar de lado su relación enfermiza con los niños y seguir la música”.

Mientras concluía con una pregunta a los responsables del nuevo biopic sobre la vida del cantante. “A los cineastas, les digo: ¿cómo representarán el momento en que Jackson, un hombre adulto de unos 30 años, toma a un niño de la mano y lo lleva a la habitación? ¿Cómo describirán lo que sucede a continuación? Al eludir la cuestión de la predilección de Jackson por acostarse con niños pequeños, están transmitiendo un mensaje a millones de sobrevivientes de abuso sexual infantil. Ese mensaje es: si un pedófilo es lo suficientemente rico y popular, la sociedad lo perdonará”.

Y con todo esto, Dan Reed nos prepara para el gran debate mediático que podría surgir cuando la película llegue a los cines. Porque cualquiera que haya vivido la época del juicio o visto el documental recordará la división de opiniones y el impacto que provocaron.

Como apuntaba previamente, Michael cuenta con la aprobación y cooperación de los responsables del patrimonio de Michael Jackson, siendo una película que explorará todos los aspectos de su vida, “incluidas sus actuaciones más icónicas que lo llevaron a convertirse en el mejor artista de todos los tiempos” (Variety). Es decir, los mismos que criticaron Leaving Neverland asegurando en un comunicado que se trataba de “un intento escandaloso y patético de explotar y sacar provecho de Michael Jackson" (BBC). Además, mantienen el negocio en familia con su sobrino como protagonista. Jaafar Jackson es el segundo hijo del compositor, productor y miembro de los Jackson 5, Jermaine Jackson, que fue elegido para interpretar a su tío después de un largo proceso de casting. Es decir, dudo mucho que vayan a retratar una biografía que plasme las acusaciones desde un ojo objetivo. Porque si lo que pretenden es hacer un biopic que glorifique su legado musical, que recupere el interés por su música e imagen como rey del pop, entonces cualquier sugerencia de abusos probablemente sea retratada desde un ángulo que no tiña la intención de la película.

Pero, hagan lo que hagan, no me cabe duda que el asunto abrirá grietas profundas. Después de todo, me parece imposible poner sobre la mesa un asunto tan abominable como son los abusos infantiles y pretender que no provoque ningún revuelo. Ya sea por el renacer de las acusaciones (como hace Dan Reed en su artículo), las dudas que dejó Leaving Neverland o la creencia en su inocencia, la conversación y el debate será inevitable. Tanto por cómo traten este capítulo de su vida como si no lo hacen. Es decir, si evitan retratar el asunto estarían manipulando la historia del cantante, ensombreciendo el relato de las supuestas víctimas a favor de la glorificación de un ídolo. Y si lo incluyen, independientemente del tono, generará conversación entre los fans que siguen creyendo en su inocencia, los que no y la generación de la cultura woke que tal vez descubra esta historia a raíz del filme. ¿Cómo van a plasmar aquella etapa y esperar que su legado brille como antes?

Me parece imposible. No solo por las acusaciones sino por cómo Michael Jackson se defendió de ellas, como hizo en Living with Michael Jackson, confesando que sí dormía con niños mientras uno de los jóvenes lo acompañaba tomados de la mano. Era un hombre adulto de 44 años que delante de la cámara se reía como un infante mientras revelaba que su mayor inspiración eran los niños. “Veo a Dios en el rostro de los niños” decía para añadir que le encantaba estar rodeado de chicos todo el tiempo. “¿Por qué no puedes compartir tu cama? Es lo más amoroso que puedes hacer”contestaba cuando le preguntaron por lo inapropiado que resultaba.

Los que crecimos en los años 90s nunca olvidaremos la histeria colectiva que provocaban las giras de Michael Jackson. Miles de personas de fundían en un trance de gritos, llantos y alaridos desesperados cada vez que el rey del pop salía de su ventana de hotel o subía a un escenario. En aquellos años, Jackson parecía pertenecer a un mundo superior en donde la fama era el escudo e indulto de todos los pecados. Y esa contradicción entre la delgada línea entre el artista y su arte, la fama y la realidad, la planteaba Leaving Neverland. Sin embargo, el desarrollo de Michael con la protección de los herederos y la familia del cantante sugiere un biopic edulcorado que podría despertar debate y polémica. Sobre todo cuando tenemos en cuenta que la sociedad ha cambiado desde los años 2000s, que la idolatría que produce el fanatismo ya no sirve como escudo protector contra una sociedad menos tolerante ante la mínima duda.

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