Cómo la estrella de 'La primera profecía' impacta al público sin haber estudiado interpretación

Habemus nueva estrella del cine de terror. Así lo sentencia La primera profecía a través de la intensa, claustrofóbica y cruda interpretación de Nell Tiger Free como una monja que se topa de frente con los orígenes de Damien, el Anticristo protagonista del clásico de 1976, La profecía. Porque esta actriz británica de 24 años provoca un terremoto de magnitud tan terrorífica que debe vivirse para comprenderlo.

Lo que consigue crear bajo la clara visión de su directora pero, sobre todo, con una secuencia de cuatro minutos sin cortes ni pausas de edición -que ella describe como “el baile del demonio”- seguramente se convertirá en una escena clásica del cine de terror con el paso del tiempo. Y sin haber tomado nunca clases de interpretación.

La primera profecía transcurre poco antes de los eventos que tienen lugar en el clásico de Richard Donner sobre una pareja que descubría que su bebé era el hijo del demonio. Ahora, casi medio siglo después de la película original, la precuela gira en torno a Margaret, una novicia que viaja hasta Roma para tomar los hábitos. Sin embargo, cuando llega al orfanato donde prestará sus servicios, sus creencias comienzan a ser cuestionadas cuando descubre un lado oscuro dentro de la iglesia que jamás había imaginado.

La directora Arkasha Stevenson, que debuta en el largometraje después de dirigir la tercera temporada de la serie de terror Channel Zero, termina creando una obra trascendental en el subgénero de las precuelas. Porque no solo rompe tabúes en torno a la normalización del cuerpo femenino en el cine en general -sobre todo cuando se trata de una película distribuida por Disney bajo el sello de 20th Century Fox con un parto monstruoso en primer plano-, sino que se siente como un renacimiento necesario para el género, apostando por el homenaje y la originalidad dentro de una historia ya conocida.

La primera profecía consigue algo tan pocas veces visto en el negocio de las precuelas como brillar por sí sola, independientemente de la saga que representa. Desde la visión contundente y feroz de su directora a las interpretaciones magistrales de su reparto sin caer en clichés típicos del cine de sustos. Pero, sobre todo, gracias a Nell Tiger Free que pone la guinda a este sobresaliente resultado con su valiente interpretación y la mencionada escena de cuatro minutos que envuelve, aterra, estremece y queda grabada para siempre en la retina del espectador.

No voy a hacer spoilers ni revelar las intenciones explícitas de la secuencia pero, si no vieron la película todavía, basta con decirles que se trata de una escena que mantiene su plano en todo momento sobre la actriz viviendo una catarsis religiosa, femenina y rabiosa, en el momento clave de la historia. Se trata de una interpretación intensamente física y aterradora, donde las convulsiones, la rabia y el horror de la profanación del cuerpo en contra de la voluntad toman un significado gráfico monstruoso. Es aterradoramente inolvidable.

Quien es Nell Tiger Free

Es probable que muchos espectadores no sepan quién es Nell Tiger Free por su nombre pero la reconozcan por su papel recurrente de Myrcella Baratheon en la quinta y sexta temporada de Juego de Tronos. O por su intenso papel en la serie de Amazon dirigida por Nicolas Winding Refn, Too old to die young, pero sobre todo por su rol como niñera siniestra en Servant, la serie de M. Night Shyamalan de cuatro temporadas disponible en Apple TV+. Una serie que merecía generar más conversación, aplausos y reconocimientos pero que si muchos no conocen probablemente sea porque se encuentra en una plataforma que, por más que se esfuerce con producciones maravillosas, sigue siendo la hermana menor de los servicios streaming.

Nacida en Londres en 1999, La primera profecía supone su primer personaje protagónico en un largometraje, dejando huella como apuntaba previamente sin haber asistido nunca a una escuela de arte dramático.

Nell tenía 11 años cuando surgió su primera oportunidad artística. Fue de pura casualidad cuando un director de casting pasó por su escuela en busca de talentos. La fichó y la envió a su primera audición. Pasó por un proceso de seis meses de pruebas y castings para una película titulada Broken. Fue la última candidata que quedaba y le dijeron que iban a darle el personaje. Pero entonces, al último minuto, el director encontró a otra chica y la eligió. “Me rompió el corazón”, confesó a NME.

Sin embargo, aunque la experiencia terminó siendo decepcionante porque le dieron un premio consuelo en forma de un papel pequeño en la película -que luego casi eliminaron del metraje final-, no se dio por vencida. Siguió adelante probando suerte en otros castings, lanzándose al vacío sin clases ni preparación dramática de ningún tipo.

Lo que llama la atención de su valentía es que en Inglaterra existe una tradición particular en torno al arte dramático donde la preparación académica forma parte del proceso. Existen universidades y escuelas con apartados dedicados exclusivamente a títulos relacionados con el arte dramático, que forman parte esencial en el currículo de todos aquellos que aspiran con dedicarse a la actuación de forma profesional. En Hollywood, en cambio, es más habitual que existan casos parecidos al de Nell, siguiendo la noción cultural de perseguir el ‘sueño americano’, creyendo en uno mismo por sobre todas las cosas. Muchos incluso abandonaron sus estudios secundarios o carreras a medio camino para plantarse en Hollywood. Jennifer Lawrence, Christian Bale, Russell Crowe, Johnny Depp, Cameron Diaz, Meg Ryan Tom Cruise son algunas de las estrellas que llegaron lejos sin preparación previa.

Y así, usando la experiencia como su proceso de aprendizaje, Nell Tiger Free llegó hasta Juego de Tronos.

De esta manera comenzó a vivir un efecto dominó que se convirtió en su escuela: un proyecto siguió a otro, haciendo que el trabajo en sí mismo fuera su escuela de interpretación. “No podría haber interpretado a Leanne en Servant si no hubiera hecho Too old to die young, y no podía haber interpretado a Margaret en La primera profecía si no hubiera interpretado a Leanne antes de eso”, dijo a la revista Empire.

“Servant fue una universidad para mí”, añade. “No fui a la escuela de drama, por lo que trabajar en los decorados, bajo la atenta mirada de estos fantásticos creativos, fue una clase magistral”. Esa misma declaración la hizo en varias entrevistas durante la promoción de La primera profecía, celebrando sus años en Servant como “mi universidad” (grabó la serie desde los 19 a los 23), acreditando su aprendizaje a la experiencia, el apoyo de sus compañeros y la observación. Y es que su personaje transcurre por un proceso de transformacipon a lo largo de la historia, iniciando como una niñera reservada que aparentemente huye de un culto, pero adornada de tantos secretos que se va haciendo cada vez más siniestra con el paso de cada temporada.

“No fui a escuela de arte dramático así que me apoyaba en hábitos y costumbres que tenía, pero aprendí a deshacerme de ellos y creo que crecí en el proceso como actriz al final de Servant”, dijo a WTHR.

El nacimiento de una estrella

Y así llegamos a La primera profecía donde, sin clases de actuación, logra dejarnos boquiabiertos con la secuencia mencionada entre una interpretación tan física como intensamente dramática.

“Tienes que confiar en la persona con la que estás trabajando para hacer algo así”, dijo a IGN celebrando la buena relación que tiene con la directora del filme. “Porque bajo el lente equivocado y la guía equivocada podría haber sido un momento hipersexualizado o podría haberse convertido en una burla. Se podría haber manejado mal y Kasha quería que fuera poderoso, que fuera rabia femenina y eso es lo que, pata mí, esa escena representa”, dijo sobre la secuencia más impactante de la película y que interpreta sola.

“Es tan rato que veamos mujeres en el cine siendo contorsionadas, feas, brutales y animalísticas, tan lejanas a lo que se supone que somos, ya saben, lindas y correctas. Para mí fue la experiencia más catártica de mi vida”, señala sobre la secuencia en cuestión. Su truco para sacarlo adelante fue confiar en la visión de la directora, comprender cuál era el mensaje y “dejarse llevar”.

No lo ensayó ni lo practicó de antemano. Ese día del rodaje, agotada tras una larga jornada y rodeada del cansancio contagioso del equipo, se soltó, grabándolo en una sola toma durante seis minutos sin pausa.

En resumen, al igual que otros intérpretes exitosos que nunca tomaron clases de interpretación antes de alcanzar el éxito, Nell Tiger Free apostó por la experiencia como maestra, absorbiendo aprendizaje e información con cada proyecto, haciendo que cada vivencia fuera su propia escuela. Creyó en sí misma, en su potencial y en la visión de la directora, regalándonos una de las mejores películas de terror en lo que llevamos de 2024.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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