Dylan O’Brien y el trágico accidente en el rodaje de ‘Maze Runner’ que casi acaba con su carrera

Netflix incluyó la trilogía protagonizada por Dylan O’Brien a su catálogo y está resucitando el fenómeno

Dylan O'Brien sufrió un accidente en la tercera película de 'Maze Runner' que truncó su carrera. (Foto de Aude Guerrucci/AFP via Getty Images)
Dylan O'Brien sufrió un accidente en la tercera película de 'Maze Runner' que truncó su carrera. (Foto de Aude Guerrucci/AFP via Getty Images)

Hace una década fuimos testigos del nacimiento de una estrella. El éxito comercial de la trilogía de Maze Runner hizo que Dylan O’Brien pisara fuerte como parte de la ola de jóvenes talentos que cautivaban a Hollywood desde otras fronteras, junto a Tom Holland (Spider-Man), John Boyega (Star Wars), los hermanos Hemsworth y otros. Fue una saga lucrativa que recaudó $949 millones a partir de un presupuesto total de $157 millones y, a medida que cada película arrasaba en taquilla, su perfil profesional crecía. En aquel momento (entre 2014 y 2018) tenía un futuro prometedor por delante con proyectos y ofertas sobre la mesa. Pero entonces su estrellato aparentemente se desinfló. Porque un accidente en el set de la tercera entrega casi termina con su carrera.

Como sucede cada dos por tres, Netflix está reavivando el furor por esta saga después de añadir la trilogía completa a su catálogo. Porque a pesar de contar con estrenos cinematográficos como La gran exclusiva, en cuestión de pocos días, las tres películas lograron rivalizar y superar a las nuevas propuestas, colocándose entre lo más popular del servicio en muchos países, sobre todo en México, Argentina, Brasil y otros territorios (Flix Patrol). Es una de las bazas que tiene la plataforma y de las que menos se habla: su poder para resucitar obras pasadas de repente y sin aviso.

Si no lo recuerdan, Maze Runner: Correr o morir se estrenó en 2014, el año después de que Los juegos del hambre despertara el furor por las adaptaciones YA a partir de novelas aventureras y apocalípticas, que también impulsó a la saga Divergente. La primera entrega, dirigida por Wes Ball, fue un éxito descomunal con $348 millones recaudados en taquilla ($34 de presupuesto), liderada por un actor de menos de 25 años que solo conocían los espectadores más jóvenes a través de su participación en la serie de MTV, Teen Wolf. Y si bien la crítica no fue benevolente con esta historia sobre adolescentes encerrados en un laberinto lleno de monstruos y misterios, la audiencia la recibió con los brazos abiertos al igual que a su secuela, Maze Runner: Prueba de fuego (2015).

Todo esto hizo que Dylan O’Brien llamara la atención de la industria, fichando por otros proyectos de alto calibre, como Horizonte profundo y Asesino: misión venganza, mientras surgían rumores que señalaban que podía ser el nuevo Spider-Man (que terminaron siendo mentira con el fichaje de Tom Holland).

Pero entonces ocurrió un accidente en el rodaje de la tercera entrega, Maze Runner: La cura mortal, donde Dylan resultó gravemente herido durante la grabación de una escena de riesgo. Fue un accidente tan trágico que la filmación se suspendió durante casi un año mientras el protagonista se recuperaba. Sin embargo, mientras tanto, el actor se hundía en un pozo personal entre ataques de pánico, sintiéndose inseguro y cuestionándose si podría alguna vez volver a actuar (USA Today).

La pesadilla tras el accidente

El suceso fue tan grave que se rumoreó que tal vez no regresaría a completar la saga. Según Vulture, salió expulsado de un vehículo y golpeado por otro, dejándolo con una conmoción cerebral, una fractura facial y un traumatismo cerebral. Tuvo que someterse a una cirugía en el rostro y a pasar por un largo proceso de recuperación durante seis meses, retirándose de la vida pública mientras sufría por su cuenta las consecuencias en su salud mental.

“Había perdido muchas funciones, sólo en mi rutina diaria”, dijo a Vulture en 2017 cuando por fin decidió hablar públicamente de su experiencia. “Ni siquiera estaba en un punto en el que sentía que podía manejar situaciones sociales, y mucho menos presentarme y ser responsable del trabajo todos los días. Largas horas en el set, realizando una actuación y llevando una película sobre mis hombros... simplemente hace que te suden las palmas de las manos”.

“Realmente estuve en un lugar oscuro por un tiempo y no fue un viaje fácil de regreso", dijo. “Hubo un momento en el que no sabía si volvería a hacerlo... y ese pensamiento también me asustó”.

Aquellos meses fueron de los más duros de su vida. No solo tenía una producción entera esperando su regreso para poder completar la saga sino que, antes del accidente, había acordado rodar otro proyecto al terminar Maze Runner, el thriller de acción Asesino: misión venganza. Cada vez que un productor intentaba contactarlo para ver cómo estaba (y averiguar cuándo podrían continuar con los planes), “se enojaba”. La frustración, decepción y pavor lo consumían.

Con ayuda de su familia y seres queridos comenzó a dar pasos positivos en su recuperación y si bien consiguió sanar a nivel físico, incluso terminando Maze Runner y entrenando su cuerpo, aumentando su masa muscular y aprendiendo coreografías para Asesino: misión venganza, las heridas psicológicas no lo abandonaron. Porque incluso cuando confirmó que seguiría con el plan de rodar su siguiente proyecto (pasó cuatro meses evitando dar respuestas al director), por dentro seguía cuestionándose si sería capaz de hacerlo.

Llegaba al gimnasio con ataques de pánico y su ansiedad crecía a medida que se acercaba el comienzo del rodaje. Por ejemplo, tuvo una fuerte crisis antes de subir al avión que lo llevaba a comenzar la producción y en 2020 reveló a Variety que todavía se sentía dubitativo a la hora de rodar secuencias de acción. “Hay un nivel de ansiedad en mí que creo que nunca dejará de estar”, dijo.

"Hay un nivel de ansiedad en mí que creo que nunca dejará de estar", dijo Dylan O'Brien sobre las secuelas del accidente que sufrió rodando la tercera película de 'Maze Runner'. (Foto de Han Myung-Gu/WireImage)
"Hay un nivel de ansiedad en mí que creo que nunca dejará de estar", dijo Dylan O'Brien sobre las secuelas del accidente que sufrió rodando la tercera película de 'Maze Runner'. (Foto de Han Myung-Gu/WireImage)

Asesino: misión venganza se estrenó en 2017 con recepción negativa, tanto de crítica como de taquilla, y aunque no volvió a repetir el éxito comercial de Maze Runner, se mantiene activo en Hollywood. En 2020 estrenó Amor y monstruos en Netflix encandilando con su interpretación y haciendo que la película arrasara en la plataforma. En aquella producción volvía a desafiarse con escenas de acción, no obstante, a sus 32 años parece estar tomándoselo con más calma.

Sus proyectos más recientes han estado centrados en el drama, la comedia y el thriller, aunque ninguno logró trascender las fronteras del streaming. De momento parece mantenerse alejado del cine de acción, quizás como su propio mecanismo de defensa para continuar su carrera sin que las secuelas del accidente le pasen factura o, tal vez, expandiendo sus alas en la industria desde otros proyectos que no lo encasillen en el mismo género.

Sin embargo, seguramente le resultará gratificante saber que el esfuerzo que puso en la saga Maze Runner, con accidente y recuperación como parte del proceso, sigue dando sus frutos años más tarde.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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