El secreto para una fortaleza emocional podría estar en una simple acción; descúbrela
Suena muy lógico. Si el estrés negativo -entre muchas otras cosas- baja nuestras defensas, los pensamientos positivos, la empatía, la solidaridad deben fortalecerlas.
Pilar Sánchez, experta en gestión del estrés, afirma en un artículo de su autoría publicado en el Huffpost, que así como nuestro sistema inmunitario lucha contra organismos infecciosos que pueden atacar nuestro cuerpo, el sistema emocional debe luchar contra pensamientos y sentimientos negativos y elevan el estrés a límites dañinos. E incluso agrega que según investigaciones científicas el sistema emocional refleja al sistema inmune y viceversa.
La experta concluye que “reduciendo el espacio que le damos a los pensamientos y sentimientos negativos abrimos espacio para la confianza, la positividad y la fortaleza física y emocional”.
Es tiempo de trabajar en pro de fortalecernos no solo con lo que nos alimentamos, sino también con nuestras emociones, pensamientos y salud mental en general. Según el Centro para Mentes Saludables de la Universidad de Wisconsin, expertos anticipan que “la creciente crisis de salud mental es la ‘segunda ola’ de problemas de salud que se presentará como respuesta al estrés prolongado producido por la pandemia de COVID-19”. Y según Richard Davidson, fundador de este organismo, los pensamientos negativos están relacionados con un debilitamiento del sistema inmunológico.
Coincide la investigadora Janice Kiecolt-Glaser, de la Universidad Estatal de Ohio, quien junto a otros expertos aseguran que el estrés afecta el sistema inmunitario del cuerpo, “lo que luego debilita su respuesta a las vacunas y dificulta la cicatrización de las heridas”, según publica el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH) en un artículo en el que se expone la relación entre el estrés y diversas enfermedades.
La salud emocional y la salud física están estrechamente vinculados, de manera que en tiempos de incertidumbre como los que vivimos, bien vale la pena conocer de qué manera podemos ayudarnos, no solamente con una dieta rica en nutrientes y vitaminas, sino alimentando también nuestra fortaleza emocional.
La psicólogo clínico Rosa María Fernández Sandoval explica que todos los acontecimientos sobre los que no tenemos ningún control, como la pandemia, terremotos, caídas económicas, entre otros, nos mueven todo nuestro piso de seguridad.
En la actualidad, hemos tenido que afrontar en colectivo situaciones inéditas, sobre las que no tenemos control y, obviamente, para las que no estábamos preparados. “A veces se hace difícil distinguir qué puede ser más letal para nosotros, si la covid-19 ante nuestra vulnerabilidad inmunológica o el estrés y el pánico que nos genera la situación de pandemia y la angustia por contagiarnos”.
Acciones inmediatas
Para Fernández Sandoval, las emociones son contagiosas, con lo cual podemos contraer emociones negativas y hasta destructivas de otros que nos rodean llenos de miedos y que esperan siempre lo peor, de manera que tenemos que tener una estrategia para protegernos y encarar la realidad. Para ello brinda algunas recomendaciones.
El primer punto es no desesperar, evitar contaminarnos de información falsa, amarillista o muy alta en frecuencia e intensidad. Informémonos de manera veraz y concisa utilizando un tiempo determinado en el día para hacerlo.
Programemos nuestro día de la forma más productiva posible, deleguemos a nuestros familiares funciones que mejoren nuestro convivir y la calidad de vida. El trabajo en equipo es esencial para que podamos formar una sinergia que nos nutra y nos deje buenos resultados.
Enfocarnos en cada logro diario dará un sentido de empoderamiento y control sano de nuestro espacio, entendiendo que hay la oportunidad de tomar decisiones dentro del marco general de la circunstancia y podamos generar un impacto significativo.
Fundamentar todo este mecanismo en una sola virtud: la confianza en que cada decisión es la mejor y que va a resultar lo mejor posible.
Para un sentido de esperanza y enfoque positivo, es importante que dejemos que las personas que nos rodean tengan su derecho a decidir lo que ellos quieren, y que ellos asuman sus propias responsabilidades. De esta forma, sin tratar de controlar a otros, sentiremos que la vida fluye con más facilidad.
Procuremos aliviar del estrés reconociendo la tendencia ansiosa de sufrir por eventos futuros que no han sucedido. Seamos proactivos en producir los resultados que deseamos.
Trabajando todos desde lo personal hasta lo social, lograremos el fortalecimiento emocional necesario que nada podrá derrumbar. Entendamos que nuestra prioridad es enfocarnos en nosotros y si logramos bienestar, podremos ser más empáticos, tolerantes, persistentes y eficaces con el resto del mundo.
Solidaridad, remedio para el corazón y para el cuerpo
Una fórmula sencilla y al alcance de todos que influye positivamente en nuestro bienestar emocional es ayudar a otros. Dar a los demás sin esperar recompensa es incluso una recomendación básica en muchas religiones.
Según un artículo publicado por la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos, desarrollar un significado y propósito en la vida, por ejemplo a través de un voluntariado, mejora la salud mental. Incluso puede ayudarnos a mejorar el dolor físico.
“Ayudar a los demás a hacerte sentir mejor contigo mismo, y también puede ayudarte a sentirte mejor físicamente”, así lo publica la reconocida revista Reader´s Digest, donde explican que una investigación dio como resultado que las personas que ayudaron a otras sintieron menos dolor físico en distintas situaciones, que las que no lo hicieron.
Algunos experimentos demostraron cosas como que las personas que donaron sangre a las víctimas de un terremoto dijeron que la aguja dolía menos que las que se sometieron a un análisis. O las personas que ayudaron voluntariamente a niños migrantes experimentaron menos molestias cuando sumergieron las manos en agua helada que las que no se habían ofrecido como voluntarias.
De manera que se pudo concluir que el altruismo modera las experiencias negativas al darte una sensación de control y significado.
No escatimemos en fórmulas para sentirnos bien, estables y emocionalmente sólidos. Nos estaremos ayudando nosotros mismos y a nuestro entorno.
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