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Las críticas a Gaby Espino por estar "demasiado delgada": cuando la violencia se disfraza de preocupación

El público parece nunca estar conforme. Si una personalidad está subida de peso, según los parámetros estéticos y quienes se creen dueños de la verdad estética, le lloverán las críticas y hasta insultos. Si una famosa envejeció, será expuesta y juzgada por algo que a todos nos ocurre. Surgirán comparaciones, burlas y demás comentarios en masivos dando instrucciones acerca de cómo dejó cuidare para llegar a ese "deplorable" estado.

Incluso, aunque parezca imposible porque la historia de la cultura pop contemporánea ha cultivado la delgadez como patrón de belleza, si una estrella está muy delgada, también será criticada. Aparecerán nuevamente los jueces a señalar sobre la belleza o la fealdad de la persona, y hasta a afirmar que la persona sufre de un desorden alimenticio.

Tal cosa le ocurrió recientemente a la actriz venezolana Gaby Espino, quien fue blanco de numerosas críticas a través de su cuenta en Instagram donde cuenta con más de 11 millones de seguidores.

"No te queremos así de flaca…"; "De ser la mujer más bella de Venezuela, pasó a ser la más rara…"; y en otro post escribieron: "Eres bella pero por favor no bajes más de peso. Ya te estás viendo mayor no saludable…", sumando la crítica a la de los años. Estos son algunos de los desafortunados comentarios que se colaron entre muchos otros positivos.

Y ustedes quizás dirán "los famosos se exponen a que el público en general opine de sus vidas y de su apariencia", pero a muchos de nosotros, normales y corrientes, simples mortales lejos de las bambalinas también nos pasa. Si te haces cirugía, entonces no quieres envejecer dignamente, pero si te dejas las canas, estás descuidada, y si estás gordo o muy flaco, siempre serás objeto de todo tipo de comentarios.

La famosa actriz respondió en sus historias, según reseñó People en Español, que así se gusta. Que se siente saludable, liviana, y considera que está en su mejor momento y que está feliz; y parece una buena referencia para quienes estén en su lugar, pero qué ocurre si esto nos afecta. Cómo debemos lidiar con este tipo de opiniones que no hemos pedido y que quizás pueden herir nuestra autoestima.

La psicóloga especialista en imagen corporal y trastornos de conducta alimentaria María Teresa Valero explica que, en general, parece haber un estándar muy alto en la sociedad para ser mujer.

"Ser mujer implica no solo todo lo que tiene que ver con la feminidad, sino que pareciera estar estrechamente ligado con ser flaca, tener unos senos perfectos, un trasero despampanante, el cabello largo ¡y liso! porque rizado te etiquetan de ‘pelo malo’. Además, debes tener el rostro perfecto, sin arrugas, la piel inmaculada, sin marcas ni celulitis y todo lo que construye un ideal completamente irreal para la mayoría, pero que existe y que nos han impuesto como lo bueno, mientras que todo lo que no está dentro de ese ideal es lo malo”, resume la experta y agrega que por si fuera poco, este ideal es vendido como algo accesible sin importar tus genes o tu contexto histórico. Si lo intentas, lo alcanzas.

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Este escenario hace que constantemente las mujeres estemos compitiendo entre nosotras y de ahí quizás nace esta necesidad de la comparación, con la cual surgen los juicios de valor con relación a la apariencia de los demás.

(Getty Creative)
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Según Valero antes y después de las redes sociales ha ido usual la afluencia de este tipo de comentarios, que surgen siempre desde distintas aristas enfocados en la apariencia, no es un fenómeno que ha surgido con las redes sociales. Estas lo que han servido es de plataforma para plasmar lo que la sociedad es.

Nos han enseñado a odiar nuestros cuerpos

Imagínate que te encuentras con una amiga y al saludarte te dice “Hola, ¿cómo estás? Oye te veo gordísima. ¿Que te pasó? Me perdonas, no te vayas a ofender, es solo que quiero saber si todo está bien”. Es imposible que no te afecte ni un poquito. Y esto lo confirma la experta.

"Es inhumano, e incorrecto. Son comentarios que se traducen como violencia. Más aún si la persona que lo recibe es vulnerable, como son todas las personas que sufren de trastornos de conducta alimentaria. Cuando hacemos comentarios de este tipo, hacemos mucho daño. A todas las personas nos afectan de alguna manera, crean en nosotros un estándar”. De esta manera, vale la pena destacar que este tipo de comentarios no suman ni a quien los hace ni son útiles para quien los recibe, por lo que sería ideal que todos trabajásemos en evitarlos.

"Ninguna persona nació odiando su cuerpo, pero nos enseñaron a hacerlo. Nos enseñaron que siempre podemos arreglarle algo, quitarle o ponerle algo, que nunca debemos estar satisfechas y todo esto se traduce en conductas como hacer dietas restrictivas, sentirnos desagradadas con nuestro aspecto, entre otras. Nuestra autoimagen se forma a través de estas experiencias y de lo que la gente piensa de ti. Si en casa te han dicho desde niña que algo en tu cuerpo está mal inevitablemente tu autoestima se afectará. Crecerás pensando que mientras no arregles tu cuerpo no podrás ser feliz".

(Getty Creative)
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Herramientas para afrontar la opinión ajena

Nadie está libre de riesgo. Todos podemos ser víctimas de estos ataques. No solamente quienes tienen sobrepeso, quienes tienen la muestra del paso del tiempo en su rostro, también los famosos, los esbeltos, los que están más cerca del ideal de belleza… Todos estamos expuestos a recibir una buena dosis de violencia verbal disfrazada de preocupación por nuestro aspecto. Y todos podemos sentirnos afectados por ello.

"Que la sociedad haya normalizado esto no significa que tengamos que permitirlo. Esos comentarios son una forma de violencia y están mal incluso para un famoso que tiene millones de seguidores. Ya hemos visto a estrellas como Demi Lovato, contando cómo le han afectado a lo largo de su vida este tipo de comentarios", afirma Valero quien agrega que no podemos hacer que estos comentarios no nos afecten, pero sí existen herramientas para lidiar con ellos.

La primera es aceptar que no pasa nada si nos sentimos mal o afectados por un comentario de este tipo y luego entender que no hay nada malo con nuestro cuerpo, nada. Racionalizarlo y aceptarlo. "Lo que ocurre es que la sociedad, como ya hemos dicho, nos ha impuesto estándares que tratamos de cumplir, y no es que tu cuerpo esté mal, es que están evaluándote mal. Cuando te dicen ‘estás muy gorda’ o ‘estás arrugada’ o ‘tu piel está rara”, debemos preguntar ‘¿en base a qué?, ¿con quién me estás comparando?’. Estás como tienes que estar. Las comparaciones están en la mente de la otra persona".

(Getty Creative)
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Si realmente sentimos que hay algo que podemos cambiar o mejorar, adelante, pero vale la pena pensar minuciosamente en lo útil que nos resulta realmente nuestro cuerpo tal como es.

"Un ejemplo sencillo: si eres de las que piensa que odias tus piernas, porque son muy redondas, muy gruesas, muy bien, eso es en cuanto a su aspecto, pero qué tal si pensamos en su funcionalidad. ¿Qué hacen esas piernas por ti todos los días? Estas piernas te levantan por la mañana, te llevan al trabajo, te ayudan a correr, o a pasear, te ayudan a levantarte y a sentarte, a sostenerte… descubres qué buenas son tus piernas en realidad. Aunque te hayan dicho que no son lo suficientemente bonitas, su funcionalidad es perfecta. Veamos la utilidad de nuestro cuerpo y qué hace cada parte de él por nosotros".

"Nos han hecho creer en que el valor que tenemos como mujeres está en lo bonitas que seamos, y no es así. El valor de una persona no está en su cuerpo y en lo bonito que este sea, está en su capacidad de darle amor a otro, en su inteligencia, en sus capacidades, cada quien tiene sus habilidades específicas, con lo cual la invitación es a mirar más allá”.

Es necesario repasar estas tres herramientas como mantras de construcción propia, para aprovechar el tiempo de la mejor manera y fortalecernos ante estas adversidades. No es fácil pero es posible y pueden resumirse de la siguiente manera. Reconocer que está bien sentirse mal y afectarse, no pasa nada. Luego, reconocer que el hecho de que te hagan un comentario como estos no significa que tú o tu cuerpo estén mal, sino que te están comparando con ideales imposibles para la mayoría de las personas; y tercero, racionalizar la funcionalidad de tu cuerpo y lo valiosa que eres sin importar el cuerpo que tengas.

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