Es hora de decir adiós a los héroes de acción tal y como las conocíamos

Actors Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger, circa 1991.  (Photo by Kypros/Getty Images)
Actors Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger, circa 1991. (Photo by Kypros/Getty Images)

Desde que Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone impusieran el modelo de héroe de acción musculoso e indestructible de los ‘80s, se puede decir que pocas estrellas lograron hacerles competencia con un perfil diferente. Fue el caso de Bruce Willis, Kurt Russell o Mel Gibson que rompieron el molde con un tipo de action star de la calle, menos fornido y más creíbles. En los ‘90s nos vendieron la idea de que si ellos podían ser héroes de acción, entonces también lo podía ser el vecino. No obstante, la imagen de titán inquebrantable siempre se mantuvo como modelo definitivo. No solo gracias al éxito y legado de los dos grandes rivales del género (y luego amigos inseparables), sino también por todos aquellos que siguieron sus pasos. Desde Wesley Snipes a Jean-Claude Van Damme o Steven Seagal, a Dwayne Johnson, Jason Stathamy Henry Cavill en los últimos años.

Sin embargo, algo me dice que estamos a punto de entrar en una nueva era. Una en donde los héroes de biceps enormes comienzan a perder fuelle para dar paso a un nuevo modelo de estrella de acción.

Solo hace falta observar la actualidad cinematográfica para llegar a esta conclusión. Por un lado, mientras Schwarzenegger y Stallone ensalzan sus glorias pasadas a través de documentales de Netflix (el de Arnie ya está disponible, mientras que el de Sly está previsto para noviembre), el público comienza a darle la espalda en cartelera.

Una prueba evidente la encontramos en el fracaso de Los indestructibles 4, la última entrega de la saga creada para reunir a viejas glorias del género. El desastre está siendo estratosférico con una recaudación de $38 millones a nivel internacional cuando costó más de $100 millones en producirse (The Numbers). Y si bien es probable que muchos crean que las malas críticas podrían haber desviado el interés de los espectadores, lo cierto es que hace tiempo que el cine Stallone no arrasa por su cuenta y lejos de la saga de Rocky (o Creed). Y lo mismo pasa con el cine de Schwarzenegger.

ESTADOS UNIDOS - 7 DE MARZO: Sylvester Stallone (izquierda) se une al gobernador Arnold Schwarzenegger (R-Calif.) en una fiesta en Planet Hollywood para celebrar el estreno de la nueva serie de telerrealidad de Stallone,

Es como si nos apasionaran sus historias personales (como demuestra el éxito de Arnolden Netflix) pero cuando se trata de sus películas, existe cierto apagón popular. Sin embargo, si observamos las producciones de acción venideras, podemos encontrar que se acerca un nuevo capítulo para los héroes de la gran pantalla.Un capítulo donde la capacidad física no está relacionada con la imposición de músculos de acero, sino con el poder de convencernos de su valía como héroes a través de la habilidad atlética y letal con destreza e inteligencia.

Y existen dos películas en particular que lo pronostican. Una de ellas es Argylle: Agente secreto, la cinta de espionaje y comedia que enloqueció a los fans de Henry Cavill con su primer tráiler porque, básicamente, demuestra lo bien que le hubiera sentado el papel de 007 (siempre fue de los favoritos en las apuestas, sobre todo desde que se supo que compitió contra Daniel Craig en su momento). Sin embargo, no es el ex Superman el protagonista de la historia, sino Sam Rockwell.

Dirigida por Matthew Vaughn -el genio visual que nos trajo películas de éxito como la saga Kingsman o Kick-Ass- Argylle: agente secreto se centra en una novelista (Bryce Dallas Howard) que se ve arrastrada al mundo real del espionaje cuando sus libros se acercan demasiado a las actividades de una red clandestina. Henry Cavill interpreta al espía de la ficción de sus novelas. Fuerte, musculoso, letal , elegante pero ficticio. Muy ‘a la James Bond’. Un tipo de héroe de acción que vimos decenas de veces. Pero entonces aparece Sam Rockwell, ese actor que muchos cinéfilos adoramos porque lleva décadas moldeando personajes que dejan huella sin diferenciar entre el cine comercial o independiente. Y lo hace como un espía letal, pero realista, gracias a su rapidez, destreza y habilidad, defendiendo a la protagonista de los criminales que la acechan con coreografías de cine pero con la naturalidad que Rockwell destila.

Solo con el tráiler podemos llegar a la conclusión de que su personaje será cautivante, creíble dentro de su destreza y accesible para el público a través del humor que impone Vaughn en sus películas. Que no es un héroe de acción de la vieja escuela, sino un espía letal haciendo su trabajo.

La otra película que es Silent night, el nuevo trabajo del legendario cineasta John Woo (Contra/Cara) con Joel Kinnaman a la cabeza. Se trata de la primera producción hollywoodense del director chino en 20 años (El pago con Ben Affleck fue la última). Y fíjense si el tráiler será cautivador que hace unas horas que salió a la luz y ya la tengo apuntada en mi lista de estrenos imprescindibles.

En esta historia, el actor sueco interpreta a un hombre que busca venganza por la muerte de su hijo durante un altercado entre miembros de bandas callejeras. Y lo hace en plena temporada navideña. El giro inesperado es que, al igual que el nuevo éxito de Star+, Nadie podrá salvarte (muy recomendable), la cinta no tiene diálogo, haciendo que el drama e historia se centre en el impacto visual. Esta decisión se justifica con el disparo en la garganta que recibe el protagonista al inicio de la película.

Similar a otras cintas de venganza o acción, el personaje de Kinnaman aprende técnicas de pelea mientras entrena físicamente para enfrentarse a los responsables de la muerte de su hijo. Sin embargo, en lugar de recurrir a un actor extremadamente musculoso que represente la imagen clásica del héroe de acción, John Woo optó por un intérprete conocido por su pasión por el Jiu Jitsu y por crear personajes tangibles y cercanos, haciendo relucir la humanidad en cada uno de ellos a través de la pantalla. Lo hizo en Altered Carbon, The Killing o el remake de RoboCop.

A estos actores nos toca sumar también la figura de Paul Mescal como estrella de Gladiador 2. Todavía no vimos imágenes de su aspecto pero, viendo el currículo que está creando a través de su perfil como actor dramático y al tratarse de la historia del sobrino de Cómodo (Joaquin Phoenix en la película del año 2000) en lugar de un héroe de batalla consagrado como era el personaje de Russell Crowe, algo me dice que podríamos estar ante un héroe que tome el mismo camino.

De esta manera, analizando la llegada de estos héroes de carne y hueso, letales pero físicamente cercanos, tuve una teoría. Y es que esta tendencia venidera de héroes con destreza creíble podría ser consecuencia del éxito de Keanu Reeves y John Wick. Porque si bien su personaje es un asesino a sueldo entrenado, la acción de sus cuatro entregas nos define a un tipo de héroe similar, motivado por la emoción y la muerte. No por sus músculos ni fuerza bruta.

Tal vez, el éxito millonario que acumula la saga de John Wick, sumado al fracaso económico actual de los héroes fornidos del pasado, haya despertado la envidia interesada de Hollywood y apostar por este tipo de héroes. Incluso me atrevería a sugerir que Stallone y Schwarzenegger lo saben, jugando con esta realidad cuando decidieron saltar al mundo de las series. El primero apostando por un drama criminal donde interpreta a un capo de la mafia en Tulsa King para Paramount+, recibiendo el aplauso de la crítica y la renovación por una segunda temporada. Y el segundo riéndose de sí mismo al exagerar su imagen de héroe alfa en la serie de Netflix, Fubar. La crítica no fue tan benevolente con él, pero el público sí.

No obstante, este cambio que parece estar dando la vuelta a la imposición de los músculos que se vivió en el género desde hace décadas, no solo está pasando en el plano masculino. Porque la moda también estaría abriéndose a la igualdad de oportunidades como parte de los cambios culturales y sociales.

Porque no solo tendremos a Ana de Armas ampliando su abanico como femme fataledel cine en Ballerina -el spin off femenino de John Wick- después de dejarnos boquiabiertos con su paso por 007: Sin tiempo para morir. Sino que Anya Taylor-Joy hará lo mismo siguiendo los pasos de Charlize Theron en Furiosa, la precuela de Mad Max: Furia en el camino mientras Gal Gadot arrasó hace poco en Netflix con Heart of stone. Todas ellas son actrices que no destacan por imponer músculos ni fuerza física bruta, como hizo Jennifer Lopez en La madre o Elsa Pataky en Interceptor, sino por destreza y habilidad.

Evidentemente, este perfil de héroe de acción no es nuevo. Liam Neeson lo puso a prueba con la saga de Búsqueda implacable, Ryan Gosling en Drive y El hombre gris, y hasta Denzel Washington con la trilogía de El justiciero. Y muchos más. Sin embargo, la imposición del héroe de acción por excelencia que representan Stallone y Schwarzenegger desde hace cuarenta años, y que tantos han imitado desde entonces, tal vez no dejaba espacio suficiente para que el molde se rompiera del todo.

Es cierto que existen excepciones. Después de todo, los héroes corpulentos siempre existirán a través de la adaptación de cómics y superhéroes (como deja claro el tráiler de Kraven The Hunter y un musculoso Aaron Taylor-Johnson), así como producciones que buscan el espectáculo pasajero como son los blockbusteres de Dwayne Johnson o películas como Megalodón 2: El gran abismo. Ellos conviven por un lado, mientras Tom Cruise está en el otro, alimentando ese perfil personal de héroe de acción distinto a todos los demás.

Pero con Stallone (77) y Schwarzenegger (76) entrando en etapas diferentes de sus carreras profesionales, afianzando su relación con la audiencia a través de sus anécdotas, recuerdos y legado, muy lejos de los bombazos de taquilla, parece que se abre un nuevo espacio para la exploración de otro tipo de héroe de acción. Sin tantos músculos y más representación física creíble. Aunque a los nostálgicos y amantes de los héroes clásicos les cuesta asumirlo, tal vez ha llegado la hora de decir adiós a las estrellas de acción tal y como las conocíamos.

Argylle: Agente secreto se estrena el 1 de febrero. Silent night se estrena en Estados Unidos el 1 de diciembre (todavía no tiene fecha de estreno confirmada en territorio latinoamericano).

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO

Asegura Sylvester Stallone que se siente como el último de los dinosaurios

Sylvester Stallone y la costosa escena de riesgo que todavía mantiene el récord Guinness

Arnold Schwarzenegger era el héroe indestructible del cine hasta que una tragedia derribó su coraza

Cuando un jarrón de flores inició la discordia entre Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger