‘IntensaMente 2’ abre un nuevo camino en Disney que traerá consecuencias serias a sus próximas películas
La película de Disney y Pixar ha batido récords en taquilla en su primer fin de semana en cines.
IntensaMente 2 se ha estrenado por todo lo alto. La película de Pixar, secuela de la oscarizada cinta de 2015 dirigida por Pete Docter, ha obtenido un total de 294 millones de dólares en taquilla en su primer fin de semana, de los cuales 154 provienen del mercado estadounidense y 140 del resto del globo. Hablamos de cifras espectaculares que la sitúan como el mejor estreno desde Barbie. Pero no solo eso, porque, sin ajustar por inflación, se ha erigido como el mayor debut internacional de una película de animación tras superar el récord previo de 134 millones de Frozen 2 y como el segundo mejor en Estados Unidos, solo por debajo de los 182,6 millones de Los increíbles 2.
Teniendo en cuenta la crisis por la que los cines han pasado los últimos meses, donde ni estrenos potentes como Furiosa, Desafiantes o Profesión peligro han captado la atención del público, son grandes noticias para el sector, pero sobre todo para Disney, que desde la pandemia, salvando excepciones como Avatar: El camino del agua o Guardianes de la Galaxia Vol. 3, apenas se ha permitido alegrías de este calibre. Sin duda, hay mucho que celebrar, aunque las consecuencias a largo plazo de este éxito podrían no ser tan buenas.
IntensaMente 2 no deja de ser una película que copia paso por paso la fórmula de su predecesora. En aquella, en la que conocíamos a Alegría, Tristeza, Asco, Miedo e Ira, se nos explicaba el funcionamiento de la mente humana con recursos narrativos de lo más rompedores e imaginativos, con una historia sobre la importancia de cada emoción en nuestras vidas, incluidas las negativas. En esta ocasión, el relato se repite, llevándonos a visitar nuevos lugares de la cabeza de Riley, la protagonista del film, mientras se nos presentan nuevas emociones como Ansiedad, Vergüenza, Ennui o Envidia, quienes aparecen tras el salto a la pubertad.
La película vuelve a funcionar como un cohete, replicando el mismo sentimiento con el que nos conquistó con su predecesora. Sin embargo, la frescura se ha perdido, sintiéndose como una secuela sin riesgo donde Disney opta por pisar sobre seguro. Teniendo en cuenta los muchos fracasos que han tenido en los últimos años, casi todos ellos con películas originales con nuevas ideas, se entiende que no hayan querido salir de su zona de confort, sin embargo, esto deja una enseñanza negativa de cara al futuro de la compañía.
Que IntensaMente 2 haya arrasado tras el chasco en de títulos como Mundo Extraño, Encanto o Wish, derivará a que apuesten todavía más por el camino de las secuelas rutinarias, el que han retomado este año con esta cinta de Pixar, Moana 2 o los anuncios oficiales de Frozen 3 o Toy Story 5. Es decir, volver a la senda del dinero fácil repitiendo ideas que saben de antemano que encantan al público, lo que en última instancia se traducirá en el estancamiento creativo que vimos en la pasada década con, por ejemplo, la oleada de remakes en acción real.
Lo peor es que estos últimos fracasos poco tuvieron que ver con la calidad de los filmes, más bien por la estrategia de Disney de priorizar el streaming y no cuidar sus nuevos productos, como ya se vio con el fenómeno en el que se convirtió Encanto tras su llegada a Disney+ o el buen mantenimiento en taquilla de Elementos tras su fracaso inicial..
De hecho, en el caso de IntensaMente 2, llama la atención que su novedad, su trama sobre el paso a la pubertad de su protagonista, es prácticamente idéntica a la que Pixar ya nos presentó hacer un par de años en Red, solo que con mucha menos perspicacia y originalidad. Mientras que aquella fue relegada al olvido tras quedar enterrada en el inmenso catálogo del streaming, esta vuelve a emocionar a los espectadores batiendo récords, lo que ejemplifica que si se hubiera apostado por todo lo alto por ella tal vez los resultados hubieran sido muy distintos.
En definitiva, parece que nos podemos ir olvidando de una nueva oleada de cintas originales de Disney, de ideas tan vibrantes como las de Encanto, Luca o Red, entre otras. Todo apunta a que de aquí en adelante las secuelas volverán a tomar el control y que tardaremos años en volver a disfrutar de propuestas que saquen a la casa del ratón de su zona de confort. Por supuesto, todos estaremos encantados de ver estrenos como Toy Story 5 o Frozen 3 y reencontrarnos con personajes como Woody, Buzz, Elsa o Anna, pero, en el fondo, este camino solo ejemplifica falta de creatividad y riesgo.
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