'Interstellar' y el truco casi imperceptible que define por qué es un clásico moderno

WASHINGTON, DC - 5 DE NOVIEMBRE: El actor Matthew McConaughey asiste al estreno de
WASHINGTON, DC - 5 DE NOVIEMBRE: El actor Matthew McConaughey asiste al estreno de "Interstellar" en el Museo Nacional del Aire y el Espacio el 5 de noviembre de 2014 en Washington, DC. (Foto de Teresa Kroeger/Getty Images)

La taquilla y los premios Oscar son medidores comunes a la hora de definir el éxito de una película. Sin embargo, quien tiene la última palabra siempre es el público. Una película puede arrasar en cines pero jamás convertirse en clásico. Lo mismo con los premios de la Academia. Es la audiencia la que, con el paso del tiempo, se encarga de apreciar, mimar, recordar y elevar el estatus de una producción hacia la eternidad. Y ese sería justamente el caso de Interstellar (2014), una de las obras de Christopher Nolan que ni siquiera fue nominada a Mejor Película (obtuvo cinco candidaturas técnicas y solo ganó el premio a Efectos Visuales) pero nueve años después muchos calificamos como una de las mejores obras de ciencia ficción de todos los tiempos.

Lo de Interstellar es un caso curioso. La apreciación que rodea a esta producción protagonizada por Matthew McConaughey fue creciendo con el paso de los años. Recaudó $647 millones en la taquilla mundial en 2014 y, desde entonces, las redes sociales se encargan constantemente de recordarla con elogios constantes. Y tal vez uno de los motivos de su magia lo encontramos en un truco maravilloso que resulta imperceptible a primera vista, pero que sería uno de los responsables del efecto que produce la historia. Como si fuera un mensaje subliminal del complejo viaje emocional que nos atrapa durante casi tres horas (169 minutos para ser exactos).

Interstellar transcurre en un futuro distópico donde la humanidad se encuentra al borde de la extinción. La Tierra se está convirtiendo en un lugar inhabitable y la única salvación sería encontrar otro planeta que permita la supervivencia de la especie humana. Así, un grupo de astronautas liderado por Cooper (Matthew McConaughey) viajan a través de un agujero de gusano que les permite acceder a otra dimensión, donde un grupo de planetas podrían servir como hogar sustituto. Pero Interstellar es mucho más que una aventura espacial. El tiempo y la relatividad no corren de la misma manera que en la Tierra. El planeta y sus familiares están en peligro mientras Cooper carga con la responsabilidad y la culpa de ser padre, con una hija de 10 años dolida por su partida.

Sin embargo, Interstellar no está desarrollada únicamente desde el plano emocional o la ciencia ficción, sino que la implicación del laureado teórico Kip Thorne -conocido por sus contribuciones a la física gravitacional y la astrofísica- hizo que pudieran anclar la historia en diálogos, datos y teorías que parten de observaciones y datos matemáticamente precisos. Y es aquí donde entra en juego la escena en cuestión.

Porque cuando Cooper y su equipo (Anne Hathaway y Wes Bentley) aterrizan en el agua del primer planeta saben que se trata de una misión a contrarreloj. Cada hora que pasan en ese lugar supone siete años en la Tierra. Deben actuar con prisa y urgencia, motivados por el stress que transmite el personaje de Matthew McConaughey quien tiene una hija pequeña a la que regresar.

Se trata de una secuencia bañada de tanta acción como tensión dramática. Y no solo por la narrativa o por las olas gigantes que amenazan a los astronautas en medio de un mar gigante, sino porque la banda sonora de Hans Zimmer se encarga de enviarnos un mensaje que resume la urgencia y tensión del momento: el sonido de tictac de un reloj.

Y cada tic que oímos supone un día entero en la Tierra.

La curiosidad la descubrió un usuario de Reddit hace varios años. Había analizado 60 segundos del tema en cuestión, contabilizando 48 tictacs. “Cada intervalo es 1.25 segundos. Cada hora en Miller [el planeta] son 7 años en la Tierra”, explicaba para entonces calcular que esos 7 años supondrían 221.000.000 segundos, llegando a la conclusión de que “el intervalo entre cada tic nos da como resultado 77.000 segundos en la Tierra, unas 21 horas. Así que cada tic que oímos es un día entero que pasa en la Tierra”.

Observando la escena de nuevo, noté que el tictac comienza en el momento que Cooper urge a sus compañeros a que se apresuren a iniciar la misión, ni bien aterriza la nave. “Vamos, vamos, vamos”, les grita y, de fondo, se escucha sutilmente el inicio del reloj.

La secuencia es extremadamente intensa dado que sufren un accidente, surfean olas gigantes mientras deben esperar que los motores vacíen el agua acumulada para poder despegar. El tictac nos recuerda que no podrán recuperar cada segundo que pasa y al final, al volver a la estación principal, descubren que perdieron 23 años en la Tierra.

La secuencia refleja una de las claves principales de toda la historia. Porque no solo descubrimos que uno de los astronautas (David Gyasi) experimentó la soledad de estar esperándolos esos 23 años en la estación central, llegando a creer que jamás volverían. Sino que en ese momento Cooper debe aceptar que no volverá a ver a su hija siendo una niña. Que se ha perdido más de dos décadas de su vida, tiempo en el que ella se aferró aún más al rencor todavía. Se trata de una situación desesperante apoyada por la carga dramática que, además, es el pilar fundamental de toda la historia de Interstellar: la relación de padre e hija, la conexión a través del amor y el paso del tiempo.

Por eso, que la secuencia cuente con un tictac que contabiliza cada día perdido, eleva aun más la experiencia que vivimos al verla. Y si bien muchos no nos dimos cuenta en un primer visionado al estar absorbidos por la intensidad, acción y carga dramática del momento, les aseguro que una vez que conoces el dato, no vuelves a verla de la misma manera. La conexión emocional con la historia se intensifica más todavía. Pura magia sonora del séptimo arte.

Interstellar está disponible en los catálogos de Prime Video y HBO Max.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO

Esta es la historia del inventor de la bomba atómica

La obra maestra de la ciencia ficción nominada al Oscar que solemos olvidar injustamente

¿Por qué era importante que Japón no apareciese en ‘Oppenheimer’?

'Barbie' no se puede comparar con las historias que creábamos jugando con la muñeca