Jude Law descubre la satisfacción de no depender de su belleza para el cine
El actor se deja llevar por el placer de desaparecer en un personaje transformando las facciones que lo hicieron famoso
El atractivo físico de Jude Law fue un ingrediente que siempre jugó a su favor en su carrera. Aunque la conversación en torno a su belleza lo incomodara e, incluso, intentara huir de la inclinación hacia personajes guapos en su filmografía, es ahora con 51 años que descubre la satisfacción de liberarse del factor físico.
En su nueva película, Firebrand, aparece completamente diferente como Enrique VIII, luciendo envejecido, con una larga barba canosa, arrugas y un traje enorme que imita el tamaño del rey, además de haber adoptado las características más repulsivas de su personaje, como su hedor creando una fragancia personal hecha con “sangre, materia fecal y sudor”. Y curiosamente, después de décadas interpretando diferentes galanes cinematográficos y sintiendo la incomodidad de que el mundo señale su belleza cada dos por tres, el cambio físico le resultó “satisfactorio”.
Es más, el actor nominado al Oscar asegura que intentó interpretar papeles menos atractivos en su juventud, afirmando en broma que ahora no puede porque está "flácido y calvo".
Alicia Vikander & Jude Law star in the period drama about King Henry VII in “Firebrand.”
Inspired by the lives of King Henry VIII and Katherine Parr. The story follows Katherine (Vikander) who is married to a tyrant (Law). As she begins to maneuver behind the scenes, she runs… pic.twitter.com/QQ46Q4XbUP— Critics Choice Awards (@CriticsChoice) May 8, 2024
“Nunca sentí que realmente me inclinara por interpretar a un guapo, pero había papeles que requerían una energía atractiva”, dijo recientemente a DuJour. “Estaba tratando de jugar en contra de mi apariencia cuando tenía poco más de 20 años, y ahora que estoy flácido y calvo, desearía haberlo aprovechado más”.
A su vez, explica que últimamente asumió papeles diferentes que “no se inclinan hacia ningún tipo de atracción”, admitiendo que “ha sido satisfactorio no tener que encender ese interruptor”.
La batalla por brillar por encima de la belleza
Nacido en 1972 en Londres, Jude Law comenzó a actuar a los 15 años en el National Youth Music Theatre, abandonando sus estudios para centrarse de lleno en su carrera sobre los escenarios. El teatro y la televisión enseguida le abrieron sus puertas, pasando del West End a Broadway y, poco después, al mundo del cine. Y si bien trabajó en Gattaca: Experimento genético (1997) y con Clint Eastwood en Medianoche en el jardín del bien y el mal (1997), fue en 1999 cuando cautivó al público con El talentoso Sr. Ripley. Su picardía natural, seducción nata y atractivo lo hicieron perfecto para el papel del engreído y seductor Dickie, ganando el BAFTA a Mejor actor de reparto.
Jude Law in The Talented Mr. Ripley (1999) pic.twitter.com/7SAWYi07py
— cinesthetic. (@TheCinesthetic) January 3, 2024
A la producción con Matt Damon le siguieron otros papeles que se apoyaron profundamente en su atractivo. Alfie, Regreso a Cold Mountain, Extrañas coincidencias, Closer: Llevados por el deseo o El descanso fueron algunas de las películas que lo aprovecharon a su favor a través de personajes románticos o carismáticos, planos y arcos narrativos que aprovechaban esta faceta superficial de Jude Law. Ni siquiera su papel de robot en A. I. Inteligencia Artificial pasó por alto este detalle, transformándolo en un muñeco de facciones perfectas. Y así, en el camino, se convirtió en uno de los rompecorazones más elegantes y pícaramente seductores del séptimo arte.
Jude Law in Alfie (2004) pic.twitter.com/kY2fmK3wNt
— Frame Found (@framefound) October 3, 2022
Sin ir más lejos, hace unos años vivimos un fenómeno hilarante tras el furor que provocó su fichaje como el joven Albus Dumbledore en la saga-precuela de Harry Potter, Animales fantásticos. Las reacciones se hicieron virales con medio mundo asombrado y celebrando la guapura juvenil del legendario mago que conocíamos en su versión de abuelo sabio con su larga barba blanca en la piel de Richard Harris y Michael Gambon. Incluso su papel de sacerdote en la serie de HBO, The Young Pope y su segunda parte, The new Pope, generó conversación por el mismo motivo (aunque su magnífica actuación merecía mucha más atención).
No obstante, detrás de la popularidad y éxito se escondía una lucha constante para conseguir que su talento sobresaliera por encima de sus facciones.
Por ejemplo, en una entrevista concedida a 60 Minutes durante la promoción de Alfie (2004), demostró su incomodidad cuando el tema de su belleza salió a la luz. En aquel remake del clásico de 1966 protagonizado por Michael Caine, Jude Law daba vida a un seductor carismático, promiscuo y metrosexual que exprimía al máximo esa picardía natural del actor.
En la introducción de la entrevista se oye una voz que resume su éxito anunciando que tenía varias películas pendientes de estreno, añadiendo: “Afortunadamente para nosotros, es agradable a la vista”. Sin embargo, Jude Law no tardó en dejar clara su postura al respecto. “Es difícil hablar de ello, tu apariencia”, decía. “Es un cumplido, lo cual es encantador, pero espero que el trabajo que he hecho destaque un poco más que eso”.
En otra ocasión, durante una charla con Oprah, la famosa presentadora le dijo directamente delante de la audiencia: “Debes saber que tienes una figura atractiva”, y la incomodidad de Jude Law traspasó la pantalla, riendo, mirando hacia abajo y sin responder. Oprah continuó con sus halagos explicando que el actor estaba sentado delante de ella en una ceremonia de los Oscar y no pudo evitar sentirse sobresaltada.
En ese momento aparentemente incómodo, Jude Law intentó cambiar la conversación diciendo que su madre estaba sentada al lado de Sean Connery y tampoco daba crédito.
Su condición de “rompecorazones” del cine fue una de las bazas que lo convirtieron en uno de los británicos más populares de Hollywood. Sin embargo, como bien dijo él mismo, anhelaba que sus trabajos brillaran por sí solos por encima de cualquier facción o atractivo físico. Una revelación que a sus 51 años lo habría llevado a probar algo completamente opuesto, sintiendo la satisfacción de liberarse por fin de las restricciones de su guapura.
Como bien dijo Viola Davis a People: “La belleza no tiene nada que ver con la actuación. Quizás tiene algo que ver con la celebridad, pero no la actuación. Tu tarea es solo crear seres humanos. No cada ser humano sale en la portada de una revista o está preparado para estarlo”. Y parece que Jude Law por fin ha encontrado su propia manera de aplicar la lección, rompiendo con el molde impuesto por sus facciones.
Firebrand se estrena en Estados Unidos el 14 de junio, mientras en Latinoamérica todavía no tiene fecha de estreno.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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