La película que acaba de romper los esquemas de Hollywood (y que Guillermo del Toro aprueba)

'El niño y la garza' hace temblar a las grandes producciones hollywoodenses debutando como líder de taquilla

'El niño y la garza' de Hayao Miyazaki, la película que arrasa en la taquilla de Estados Unidos. (Foto: Studio Ghibli/Cine Canibal)
'El niño y la garza' de Hayao Miyazaki, la película que arrasa en la taquilla de Estados Unidos. (Foto: Studio Ghibli/Cine Canibal)

La taquilla de Estados Unidos obtuvo resultados fuera de norma meses antes de los Oscar. Si la japonesa Godzilla: Minus One rompía esquemas llevando un blockbuster extranjero a lo más alto, el cine nipón volvió a demostrar su poderío frente a Hollywood estrenando por todo lo alto una cinta que hace años jamás hubiéramos imaginado ver liderando el ranking. Una producción de animación que, pese a venir de un legendario estudio conocido por todos los amantes del género, supone una rara avis en sus opciones comerciales. Una película que llegó a los premios de la Academia e hizo historia.

Se trata de El niño y la garza, la película de Studio Ghibli y Hayao Miyazaki que suponía el regreso del director de El viaje de Chihiro, El castillo ambulante o Mi vecino Totoro tras una década de retiro. El film, que adapta libremente una novela japonesa de 1937 titulada How Do You Live?, consiguió el Oscar a Mejor Película Animada consiguiendo que Hayao Miyazaki, cineasta de Studio Ghibli, se mantenga como el único director asiático en ganar el premio a la mejor película de animación. La victoria significa que continúa su reinado que comenzó en 2002 con El viaje de Chihiro.

El niño y la garza se convirtió en la primera película animada extranjera en alcanzar el número uno en la taquilla estadounidense, recaudando un total de $12,8 millones, estando cerca de superar los $15 millones de Ponyo y erigirse como el título más taquillero del director en Estados Unidos. Cifras que desbancaron títulos potentes como Renaissance, el concierto de Beyoncé en cines, y la precuela de Los juegos del hambre.

Valorando que la pasión por el anime ha crecido en los últimos años tras otros fenómenos de taquilla como Your Name, estos datos podrían no sorprender, pero lo cierto es que se trata de una película con un concepto tan enigmático y extraño que es toda una excepción que algo así haya ascendido hasta lo más alto.

Una película que rompe los esquemas de Hollywood

Por mucho que se trate de animación, no hablamos de una historia para todos los públicos. Como bien defendió Guillermo del Toro, no estamos ante un género infantil, más bien ante una técnica que permite expandir las posibilidades del cine más allá de lo que puede captar la imagen real. En este sentido, puede erigirse como el método más idóneo para adentrarse en la experimentación y en lo surrealista, en explorar de forma atractiva conceptos visuales que de otra forma tendrían difícil planteamiento, que es precisamente lo que ha hecho Hayao Miyazaki con El niño y la garza.

Aunque teóricamente adapte un libro, lo cierto es que solo lo usa como punto de partida para adentrarnos en un recorrido por su carrera y obsesiones, apostando por dejar de lado lo narrativo y abrazarse a la fuerza visual de un mundo de fantasía que se erige como un fiel reflejo de su mente y vida.

Por poner mejor en contexto, la novela How Do You Live?, que era de los textos favoritos del director cuando era pequeño, giraba en torno a un chico de 15 años que tras la muerte de su padre debía afrontar grandes cambios en su vida, un joven que miraba a las estrellas en busca de respuestas y que usaba sus descubrimientos sobre la naturaleza para reflexionar sobre lo que le traerá la vida en el futuro

Esta idea, salvando el cambio de que Miyazaki intercambia la figura paterna por la materna, se mantiene en la película. Pero todas estas reflexiones vitales sobre el futuro, que aquí se enfocan hacia el miedo al final de la vida que asola al cineasta a sus 82 años, se abordan con la creación de un universo fantástico 100% original que a través de visuales conceptuales se consolida como una representación de la mente y carrera del responsable de El viaje de Chihiro.

Durante este viaje al interior de su cabeza no hay una trama establecida, más bien reflexiones representadas a través del poder animado de las imágenes que no necesariamente están hiladas. Se habla sobre el legado que dejamos en el mundo, el proceso de creación y el miedo a que una obra no sea continuada, para lo que se sirve de secuencias que se mueven entre el preciosismo y lo pesadillesco desde un tono que va desde lo sentimental hasta lo trágico.

El resultado es un film que es difícil de entender en el terreno argumental, incluso para los más fans del cine de Hayao Miyazaki. Por ello, por esta carácter tan experimental y arriesgado, creo que es un logro increíble que esté acaparando tanto interés y destacando en taquilla, especialmente en territorios como Estados Unidos donde las películas del director nunca habían despuntado a nivel comercial. Además, es una tendencia está ocurriendo también en otros países.

Fotograma de 'El niño y la garza' de Hayao Miyazaki (Foto: Studio Ghibli/Cine Canibal)
Fotograma de 'El niño y la garza' de Hayao Miyazaki (Foto: Studio Ghibli/Cine Canibal)

El aprobado de Guillermo del Toro

En Japón, donde se estrenó sin marketing alguno, se ha convertido en una de las sensaciones del año con más de 50 millones de dólares; en España se ha consolidado como la película más taquillera de Studio Ghibli y en Francia arrasa con más de 11,4 millones. Su total global asciende a 97 millones de dólares, cifra que es incluso superior a títulos de animación recientes de Disney como Mundo Extraño, que solo obtuvo 73,6 millones en todo su recorrido. Puede resultar inexplicable valorando el carácter tan anticomercial de la propuesta, sin embargo, tras haber visto todo lo que ofrece El niño y la garza no es algo que me sorprenda en absoluto.

En mi caso, soy fan acérrimo del cine de Miyazaki, pero no tanto de propuestas pretenciosas, personalistas y enrevesadas donde las aspiraciones experimentales se anteponen al entretenimiento o al relato. De hecho, esta película me recordó bastante al cine surrealista y pesadillesco de David Lynch, director con el que tengo este mismo conflicto, conquistándome son series como Twin Peaks o películas como El hombre elefante pero saturándome cuando se presta al caos del surrealismo con secuencias inentendibles. Pero aquí hay una diferencia clave, porque el mundo de fantasía que propone El niño y la garza es tan sugerente, tiene imágenes tan potentes y se expande hasta extremos tan inimaginables que es totalmente imposible no rendirse a él.

Aunque estés perdido en su trama, la película te sumerge tanto en su mundo que solo quieres seguir explorando más y más de él, seguir conociendo todos estos miedos y obsesiones de la carrera de Miyazaki mientras te los muestra con una magia indescriptible en pantalla haciendo uso de las posibilidades que ofrece el cine de animación. Precisamente, en una entrevista durante el Festival de Toronto, Guillermo del Toro admiró la película por esta vertiente, destacando el trabajo animado del director y calificándola como “su biografía más íntima a través de su obra”.

Además, el director tapatío celebró el reciente éxito de la película en la taquilla estadounidense, destacando el "cuidado al cine animado" que tiene la compañía que la distribuye en ese territorio, mientras lleva varios días republicando publicaciones que celebran el filme.

Esa misma sensación que destaca Guillermo del Toro al hablar del tono intimista de la cinta, se transmite desde los propios avances del film, donde esto tono críptico está presente y lleva a los espectadores a las salas deseosos de conocer qué se esconde tras las arrebatadoras imágenes que se dejan caer en los tráilers.

Además, si le sumamos las buenas críticas, el buen boca a boca que ha despertado entre el público, los premios acaparados como el mismísimo Oscar o el creciente interés por el anime en los últimos años, encontramos la explicación a que El niño y la garza esté rompiendo esquemas.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine 54.

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