La vez que Sophia Loren llevó al límite el ego de Charlton Heston

Trabajar con una glamurosa y prestigiosa estrella de Hollywood podría ser el sueño de cualquier intérprete, aunque no para aquellos que por sus éxitos tienen tan subida la autoestima que no soportan la idea de alguien haciéndoles sombra, como le habría ocurrido a Charlton Heston con Sophia Loren cuando trabajaron juntos en El Cid.

Producida a comienzo de los '60, esta cinta adaptó la vida del noble y general militar español Rodrigo Díaz de Vivar, quien lideró importantes conquistas en la España de mediados del siglo XI. Heston fue el encargado de dar vida a este personaje histórico, mientras que Loren fue fichada como su esposa, lo que sin duda puso a ambos entre la espada y la pared ante los conflictos personales que vivieron durante las grabaciones.

Ambos se encontraban en la cima de sus respectivas carreras. La actriz italiana acababa de debutar en Hollywood por todo lo alto, cuando tras firmar un contrato con Paramount Pictures a mediados de los '50 trabajó con estrellas como Cary Grant, Frank Sinatra, John Wayne, Anthony Perkins, Anthony Quinn o Clark Gable en películas como Orgullo y pasión, Arenas de muerte, La orquídea negra, Te veré en mis brazos, Deseo bajo los olmos o La bahía de los ensueños. Tenía a toda la industria a sus pies, pero no al actor de Los diez mandamientos.

Justo antes de rodar El Cid, Charlton Heston acababa de ganar el Óscar al Mejor Actor por Ben-Hur, cinta que hizo historia los premios de la académica con sus once estatuillas doradas. Una cifra que no se igualaría hasta Titanic y El señor de los anillos: El retorno del rey. Con este logro a sus espaldas, el actor se creía el centro del universo. Lo ejemplificó al fichar por este clásico de los '60, donde intentó clarificar su poder proponiendo cambios y exigencias de guion para su lucimiento en pantalla. Sin embargo, el fichaje de una estrella al nivel de Sophia Loren le hizo ver que no era así.

Los privilegios de Sophia Loren que molestaron a Charlton Heston

Como bien destacó el libro Charlton Heston: El último ícono de Hollywood de Marc Eliot (a través de Express), Loren llegó al rodaje con más peticiones que su compañero de reparto. Para empezar, exigió que se reescribiera parte del guion para añadir más escenas románticas y poder lucirse más en pantalla. Además, para comprender mejor el texto, hizo que se lo tradujeran al italiano para posteriormente adaptarlo ella al inglés con las expresiones con las que más cómoda se sentía en la lengua de Shakespeare.

También pidió un suelo semanal de 200 dólares para su peluquero personal y, de cara a estar disponible para más proyectos, que se reorganizara el calendario de rodaje para grabar toda la película entre 8 y 10 semanas. Por supuesto, la producción de El Cid, a cargo del director Anthony Mann, no pensaba perder a una de las estrellas del momento y cedió a todos los caprichos de Loren, sin embargo, nada de esto sintió bien a Charlton Heston, que vio como su poder era desplazado.

El actor no trató de ocultar su descontento. Durante las escenas entre Rodrigo Díaz de Vivar y Jimena, ni siquiera miraba a su compañera de reparto mientras Anthony Mann luchaba contra viento y marea para llevar las secuencias a buen puerto. El productor Peter Snell contó que en todos estos instantes se le vio “muy incómodo”, que en las escenas románticas prefería imaginar que “miraba hacia el futuro” en lugar de a un interés amoroso y que las concesiones a Loren “realmente lo enojaron”, como la cuestión de que ella luciera una belleza descomunal toda la película y él tuviera que ser envejecido en los compases finales del film.

De hecho, Heston llegó a pedir que se contratara a un doble para que ocupara su lugar en las escenas con Sophia Loren, en aquellas tomas donde no eran necesarios los primeros planos de su rostro. Aunque, por suerte, el film pudo completarse sin ningún conflicto mayor. No obstante, aunque la película se convirtiera en un éxito de taquilla y pasara a la historia como un clásico del cine, la mala relación entre ambos intérpretes no pasó del todo desapercibida.

Críticas de la época, como la de la mítica revista estadounidense Newsweek, calificaba el trabajo tras las cámaras de "lento, majestuoso y confuso” y ponía de ejemplo las frías y simplonas miradas entre Heston y Loren. “La señorita Loren y Heston pasan la mayor parte de la película simplemente mirándose el uno al otro”, destacaba el texto.

Tras la experiencia, Charlton Heston y Sophia Loren no volvieron a coincidir en ningún proyecto. Él siguió destacando en infinidad de clásicos como 55 días en Pekin, La agonía y el éxtasis, La más grande historia jamás contada, Juramento de venganza o El planeta de los simios, mientras que Loren no se quedó atrás y ganó el Óscar por Dos mujeres un año después de El Cid y se movió entre Estados Unidos y Europa con multitud de importantes títulos como La caída del imperio romano, Matrimonio a la italiana, Arabesque o Una condesa de Hong Kong, entre muchos otros.

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