La polémica sesión de fotos de Susan Sarandon y Geena Davis que las dejó muy mal paradas

Susan Sarandon y Geena Davis dejaron huella como dupla infalible cuando Ridley Scott las lanzó a la carretera en 1991 con a una historia de independencia, amistad y empoderamiento femenino como Thelma y Louise. Sin dudas, el clásico más emblemático de la carrera de ambas. El mismo que les valió sendas nominaciones a los Oscar compitiendo en la misma categoría de Mejor Actriz. Una película con un legado esparcido por todo el planeta, recordado e impulsado por el público. Precisamente por todo esto, lo que hicieron en una convención para fans es para quedarse boquiabierto.

Sarandon, 77, y Davis, 68, eran justamente dos de las invitadas más destacadas del 90sCon, una convención para fans dedicada a las estrellas de la mencionada década, celebrada a principios de marzo en Connecticut donde formaron parte de un panel junto a Mira Sorvino, cedieron autógrafos y fotos. Pero nada era gratis. El acceso al evento requería de una entrada valorada en unos $70 por día y cada foto o autógrafo también tenía un precio añadido.

En el caso de las fotos existía una opción llamada “Photo Op” que suponía tener acceso a tomarse una fotografía profesional junto a las estrellas que, según diferentes sitios, habría estado valorada en $100 (aunque es probable que haya sido más cara dado que en otros eventos recientes como el Megacon de Orlando se cobraba $245 por una foto de este tipo con ambas).

Sin embargo, la sorpresa que se llevaron los fans fue descomunal cuando, después de haber pagado por la foto semanas antes del evento, desplazarse hasta la convención y con toda la emoción a flor de piel por conocer a sus ídolos, se encontraron con un muro divisorio que los separaba de las actrices.

Susan Sarandon y Geena Davis posaron con los fans que se acercaron hasta el lugar pero manteniendo distancia, separadas por una pila de cubos que no permitían que ni siquiera se vieran las caras. Como era de esperar, el público no tardó en reaccionar en redes sociales al ver la decepción y enfado de esos fans que posaban desde el otro "lado".

El mensaje inevitable

En principio podríamos justificar la decisión pensando que, quizás, se trataba de una medida de seguridad para proteger a Susan Sarandon de cualquier tipo de reacción política debido a su activismo pro-Palestina en el conflicto de Gaza. La actriz se colocó en el centro de las críticas cuando en noviembre de 2023 dijo en una manifestación: “Hay mucha gente que tiene miedo de ser judía en este momento, y están empezando a probar lo que se siente ser musulmán en este país, muchas veces sometidos a violencia”. Pocos días después la agencia de talentos que la representaba la retiró de su cartera de clientes y ella misma se disculpó por haber menospreciado el sufrimiento judío a lo largo de la historia.

Sin embargo, estamos hablando de un evento al que solo acceden personas que pagan por ello, en este caso fans de sus trabajos y la película que representan. Personas que vacían sus bolsillos por conocerlas. Por lo tanto, si bien es posible que se pueda colar un asistente con afán de provocar disturbios, este tipo de convenciones suelen contar con seguridad y las sesiones de fotos están organizadas y controladas, justamente porque hay personajes famosos implicados.

Sin embargo, cuando observamos los comentarios de algunos asistentes en redes sociales y la campaña publicitaria en torno al evento se disparan las alarmas.

Para empezar, una búsqueda rápida en redes sociales nos recuerda que esta imposición divisoria no es una práctica habitual de las estrellas. En esta misma convención también estuvieron figuras como Melissa Joan Hart, Alyssa Milano, Jason Berh (Roswell), James Van Der Beek (Dawson's Creek) y Mira Sorvino, entre muchos más, y ninguno parece haber necesitado separador. Al contrario, circulan decenas de fotos mostrándolos cercanos y disponibles con sus fans.

Además, la empresa organizadora promocionó las ventas de las sesiones de fotos asegurando que no habría ningún separador entre las actrices de Thelma y Louise y los fans. Lo anunciaron en Facebook y lo reconfirmaron entre los comentarios, explicando que solo utilizarían un separador en la sesión de fotos que Sarandon hiciera a solas. Un detalle que nos lleva a pensar que no había planes de distanciarlas en las sesiones juntas. Que no había preocupaciones.

Pero, a la hora de la verdad, esos fans que pagaron tres cifras para la dichosa foto y llegaron ilusionados al evento, se encontraron con los cubos que los mantenían alejados como si esas estrellas que idolatran no quisieran tenerlos cerca.

A su vez, si observamos los comentarios de algunos asistentes descubrimos que no se trata de la primera vez que Susan Sarandon marca distancia. Al parecer, el mismo tipo de división se habría vivido en una convención de Orlando donde la actriz se distanció a través de una mesa con un florero. Lo que nos lleva a la conclusión de que la actriz sencillamente mantiene distancia con un separador específico. Pero entonces me pregunto, ¿no está cobrando de esos fans para que se lleven una foto con ella?

Las críticas se dispararon tanto que la empresa organizadora tuvo que ofrecer otra sesión de fotos al día siguiente sin el separador, ofreciendo a los fans que volvieran con la foto como prueba y podían tomarse otra imagen sin los cubos de por medio. Pero tampoco es que posaran cerca.

No obstante, aunque los fans lograran irse a casa contentos con la foto deseada (y comprada), no deja de tratarse de un bochorno que transmite una sensación extraña de menosprecio y superioridad innecesaria. La pandemia ya pasó. No estamos viviendo con medidas de seguridad estrictas. No hay que mantener distancia en el hospital, en el transporte público ni nada que se le parezca. Por lo tanto, ¿a qué viene esta distancia separadora? ¿A qué le tienen miedo? ¿A los fans? ¿Esos fans que les están llenando los bolsillos por sacarse una foto que atesoraran por siempre? ¿O se trata de un acto de superioridad de estrella? Como no sabemos la respuesta porque ninguna se ha explicado públicamente, toca hacer nuestras propias conjeturas.

Parece que se hubieran olvidado que las convenciones de fans son uno de los eslabones esenciales de la cultura del entretenimiento. Sobre todo en Estados Unidos. No solo permiten que los espectadores puedan conocer a sus ídolos de cerca, sino que también se ofrecen oportunidades para pedir autógrafos, fotos o selfies de una manera más cercana y organizada que en alfombras rojas o en la calle. Las estrellas de la televisión de los ‘80s y ‘90s, así como figuras clásicas de la época, suelen ser figuras constantes en este tipo de eventos. Es más, existen personajes olvidados por la industria que se aferran a estas convenciones como parte de sus ingresos económicos. Robert Englund, Warwick Davis o Lucy Lawless son muy habituales en convenciones de fans.

Lo cierto es que ninguna industria relacionada al entretenimiento sería nada sin los fans. Sin la fidelidad del público y la pasión por un tipo de cine, música, deporte, etc. Si existen, perduran, generan grandes ingresos y llegan a la cima es gracias al consumo del público y la aceptación absoluta del fenómeno fan que los idolatra y compra las entradas, productos y trabajos de sus personajes favoritos. Que paga por sacarse una foto. Lo mínimo sería abrazar ese cariño con empatía y cercanía para que la idolatría que profesan no caiga en decepción.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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