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El empeño de Dave Bautista en Hollywood genera un problema en 'Llaman a la puerta'

Adriane (Abby Quinn), Sabrina (Nikki Amuka-Bird), Leonard (Dave Bautista) and Redmond (Rupert Grint) en 'Llaman a la puerta' de M. Night Shyamalan (Foto: © 2023 Universal Studios. All Rights Reserved)
Adriane (Abby Quinn), Sabrina (Nikki Amuka-Bird), Leonard (Dave Bautista) and Redmond (Rupert Grint) en 'Llaman a la puerta' de M. Night Shyamalan (Foto: © 2023 Universal Studios. All Rights Reserved)

Al igual que otras estrellas del wrestling como Dwayne Johnson, Dave Bautista dejó aparcado el ring del combate con la misión de abrirse paso en las altas esferas de Hollywood. Desde luego, una tarea complicada proviniendo de un mundo tan diferente de la interpretación, aunque, como bien se vio en el caso de The Rock, no misión imposible.

Tras actuar por primera vez en la gran pantalla en 2006, con un pequeño papel en la comedia Una familia casi perfecta, apostó por centrar sus esfuerzos en producciones de acción de serie B, labor que le sirvió para captar la atención de Marvel y ser fichado para interpretar a Draxx en Guardianes de la Galaxia. Con un proyecto de estas dimensiones, la industria no le perdió el ojo y se ha movido por proyectos de primer nivel como Dune de Denis Villeneuve, El ejército de los muertos de Zack Snyder, Glass Onion: Un misterio de Knives out de Rian Johnson o la recién estrenada Llaman a la puerta de M. Night Shyamalan.

No obstante, aunque no se puede negar que el éxito le ha acompañado, como bien refleja el prestigio de sus películas o sus buenos resultados en taquilla, siempre he encontrado un problema con su desempeño interpretativo en pantalla. Y en este último trabajo del director de El sexto sentido me ha chocado en exceso.

Por poner en contexto, Llaman a la puerta, que adapta la novela La cabaña del fin del mundo de Paul Tremblay, nos narra cómo dos padres y su hija ven interrumpidas sus vacaciones en una cabaña tras la llegada de cuatro desconocidos, quienes les advierten sobre la llegada del apocalipsis si no toman una decisión drástica. En este relato, Bautista es el encargado de interpretar al líder de este grupo que, aparentemente, se anticipan como fanáticos religiosos, pero la trama, como bien ocurre con la mayoría de las películas de Shyamalan, no está exenta de misterios y cambios de rumbo. Y lo que se nos presenta como una película de terror al uso, acaba adentrándose en el terreno de lo emocional donde el actor se choca con la realidad.

Ocurre que las capacidades interpretativas de Bautista no están a la altura de lo que requiere un relato de estas características. Su personaje, presentado como villano, es el encargado de dar juego a la trama y sembrar las dudas en el espectador, debiendo moverse entre el terreno de lo siniestro y lo emocional, pero durante todo el metraje apenas le vemos mover un músculo de su rostro, limitándose a recitar sus líneas sin jugar con el personaje y sus matices.

Sin entrar en spoilers, me remito a una de las escenas ya mostradas en el tráiler, a la conversación que mantiene con la hija de los dos protagonistas a su llegada a la cabaña. Se supone que debe enternecer a la joven y generarle dudas mientras al público nos transmite pavor al vernos venir su intención. Pero, más allá de lo imponente que es su aspecto físico o del uso que da Shyamalan a la cámara para transmitirnos el terror, su trabajo en pantalla se ve insustancial, y la consecuencia es que es muy difícil conectar con su personaje y entrar en el concepto de Llaman a la puerta. Además, dado que esto es solo el comienzo de la acción, la sensación se intensifica en cuanto la trama quiere entrar en temáticas moralistas y sentimentales. Y como digo, las consecuencias son fatales.

Leonard (Dave Bautista) y Wen (Kristen Cui) en Llaman a la puerta de M. Night Shyamalan (Foto: © 2023 Universal Studios. All Rights Reserved)
Leonard (Dave Bautista) y Wen (Kristen Cui) en Llaman a la puerta de M. Night Shyamalan (Foto: © 2023 Universal Studios. All Rights Reserved)

Si he de decir que, bajo mi opinión, Llaman a la puerta también es fallida por caer en los mismos errores del cine de Shyamalan, en el no saber dar encaje a los buenos ingredientes que tiene entre manos y llevarlos precipitadamente a lugares imprevisibles. Pero este fallo interpretativo en uno de sus personajes claves es sin duda contribuyente a que el film no funcione como debería, porque es difícil entrar al juego de lo perturbador y en sus temas dramáticos si no estas viendo un rol creíble.

Curiosamente, esta sensación la tuve también con otra película protagonizada por Bautista, con El ejército de los muertos de Zack Snyder. Allí, más allá de su acción zombi, se nos presentaba una subtrama de relación paternofilial entre su personaje y el de Ella Purnell, la joven actriz que interpretaba a su hija, que ni emocionaba ni decía nada. Y la razón se encuentra en lo mucho que le cuesta al exluchador salir de su zona de confort, jugar con las emociones y romperse a nivel interpretativo.

La actuación no es fácil, y por mucho empeño, ilusión y fama que haya de por medio, es difícil aterrizar en Hollywood de la noche a la mañana y obtener resultados idóneos, como creo que ha ocurrido con Bautista y como hemos visto en infinidad de ocasiones con estrellas de la música. Desde luego, con los roles tan limitados al físico que le habían dado hasta ahora, se podía pensar que aún no había tenido oportunidad de lucirse, pero tras Llaman a la puerta, que le otorga una oportunidad de oro para dar un tour de forcé interpretativo, parece claro que aún le queda camino que recorrer.

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