Lolita Ayala no olvida cómo la hirió Emilio Azcárraga, aunque la llevó a ser una leyenda

Si hubiera que usar una sola palabra para describir a Lolita Ayala, la célebre personalidad de televisión en habla hispana, que suma ya más de cincuenta años como figura pública —aunque hace mucho que está retirada de comentar noticias por televisión,— esta sería "¡fabulosa!"

TV personality Lolita Ayala attends the Mercedes Benz Fashion Mexico Autumn/Winter 2008 at Antara Polanco on April 11, 2008 in Mexico City, Mexico. (Photo by Victor Chavez/WireImage)
Lolita Ayala se convirtió en leyenda en la TV Mexicana. (Victor Chavez/Getty Images)

Y es que sí: Lolita no deja de sorprender a quienes por décadas la siguieron por televisión. La dama de la rosa ya no estará vigente en pantallas caseras, pero ha sabido sabiamente cultivar una presencia en redes sociales y en Internet, que va desde su tienda online (que fue un exitazo) hasta el impulso de la Fundación sólo por ayudar y sus rescates animales.

Sin embargo, Lolita tuvo un camino arduo y azaroso; en los años en que iniciaba su carrera y llamaba mucho la atención por ser uno de los escasos rostros femeninos en ese rubro de la pantalla chica, y fue por ello que nada menos que Cantinflas la mandó buscar para ofrecerle que participara en una película con él.

Esto no se sabía, ni tampoco lo que pasó después, hasta que Lolita lo contó en una entrevista, dejando claro que aunque ella sí quería, su propia empresa, es más, su propio jefe —el temible Emilio Azcárraga Milmo — le dijo terminantemente que no.

Esto, por supuesto, viene de un contexto histórico en el que las mujeres que trabajaban, no tenían una agencia libre que les permitiera moverse con libertad. Esto ocurrió en 1973, cuando acababa de darse la fusión entre TIM (Televisión Independiente de México) y Telesistema Mexicano, para dar origen a Televisa, por lo que en ese momento fue que Emilio Azcárraga Milmo se consolidó como el magnate de telecomunicaciones más poderoso de América Latina (por no decir del mundo), y en ese momento fue cuando inició el periodo en que su palabra fue ley.

Lolita, según contó, se sintió halagada e ilusionada por la proposición de Cantinflas de incorporarse a su elenco, pero habiéndose recién fusionado las dos cadenas, ella estaba en una posición un tanto difícil, ya que era la única comentarista mujer a cuadro en ese momento en lo que eran los noticieros, y se acababa de incorporar al equipo de Jacobo Zabludovski.

Como bien señala Lolita, en esa época había pocas mujeres trabajando en el ramo —ella, Talina Fernández, Virginia Sendel y, posteriormente María Victoria Llamas y Lourdes Guerrero—y el trato que se les daba, si bien era cordial, no era equivalente al que recibían sus compañeros del sexo masculino como eran Juan Ruiz Healy, Joaquín López Dóriga, Ricardo Rocha o Jorge Berry (quien, por esa época fue su cónyuge de manera efímera).

De este modo, Lolita tenía que "pedir permiso" del alto mando para poder participar en cualquier otro proyecto, donde los hombres solo tenían que comunicar que habían sido invitados a algo. Según contó en la entrevista en que hizo la revelación de esta anécdota, Azcárraga la escuchó, aunque seguramente ya estaba enterado de la invitación — no había nada de lo que este señor no estuviera al tanto— y le planteó lo siguiente: "No, Lolita: escoge, o noticias o cine".

Siendo que la comentarista ya tenía algunos años de ir construyendo una credibilidad en el ramo de las noticias, razonó que quizá aparecer en la cinta podría afectar su carrera y fue así como, renuente, le comunicó a Cantinflas que no podría participar en la cinta —existe aquí una discrepancia: Lolita dice que era "El barrendero", pero esa cinta se rodó hasta 1981. La que históricamente correspondería a esta cronología es "El ministro y yo" — y es algo que le dejó una herida y "una profunda cicatriz", aunque ahora, desde el punto en que se encuentra, siente que pudo ser lo mejor.

Esto no quita que haya un dejo de desilusión todavía vigente en la voz de Lolita al narrarlo, pero a lo largo de su carrera conquistó posiciones y abrió puertas; es cierto que las películas de Cantinflas son algo perdurable, pero por él, no tanto así como por las actrices que lo acompañaron (¿quién puede citar a alguna además de Sara García, sin tener que buscar?), mientras que la huella que Lolita dejó en la memoria popular es indeleble, y si bien los modos de su jefe no fueron adecuados, y la lastimaron, a la larga queda claro que si bien el que Cantinflas la buscara para hacer una película es una de las mejores cosas que le pasaron, el haberse quedado en el área de noticieros, fue lo mejor que hizo.

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