Las ganas frecuentes de orinar y el cansancio pueden ser síntomas de una enfermedad silenciosa
Mi abuela fue prediabética. Es algo que hemos escuchado en la familia con frecuencia, siempre como una tímida alerta de que no debemos dejarnos llevar por los excesos. Sin embargo, nunca se han tomado acciones directas para alertar sobre los síntomas de prediabetes, quizás porque ese prefijo, “pre”, de alguna manera le resta urgencia a una condición que, de no ser atendida, puede conducir a un diagnóstico de diabetes tipo 2.
Como buena hija de italianos, la dieta básica -más bien el menú- de la abuela tenía las pastas como protagonistas, y con ellas alcanzó los 90 años de edad con buena salud ni desarrollar la enfermedad. Mi madre dice que la clave estaba en el equilibrio: así como se comían pastas y panes, siempre abundaban frutas y vegetales frescos en la mesa.
Sin embargo, desde hace unos meses, más específicamente desde que cumplí 50 años de edad, he notado una mayor frecuencia en mis ganas de orinar, y me siento cansada cuando no debería estarlo. Después de mucho tiempo volvió a mi memoria la palabra “prediabetes”. A encender las alarmas.
Los síntomas de la prediabetes pueden ser sutiles; pueden ligarse con los hábitos cotidianos. Ese cansancio podemos relacionarlo con un trasnocho eventual; el sobrepeso que se asoma, con la redistribución de la grasa que puede ocurrir con la perimenopausia. En fin, siempre hay lugar donde ubicar lo que sientes hasta que tomas la decisión de ir al médico y saber si hay algo que no va bien.
Esta condición, no siempre causa síntomas tan perceptibles. De hecho, según se explica en el portal Verywell Health, la mayoría de las veces que es diagnosticada, las personas no saben determinar cuándo comenzó, pero los síntomas que la caracterizan son, además del aumento de peso y la micción frecuente, sensación de hambre excesiva, fatiga o cansancio.
Esta afección es determinada por valores de azúcar en la sangre más altos de lo normal, y suele afectar más comúnmente a personas de entre 45 y 60 años. Pero lo verdaderamente serio es que puede evolucionar hacia una diabetes tipo 2, condición con la cual se pueden sufrir complicaciones graves de salud como enfermedades cardiovasculares, neuropatía, daño renal, problemas oculares, entre otros.
Según los Centros de Control y Prevención para las Enfermedades, en Estados Unidos, entre los factores que influyen o que más bien nos hacen más propensos a presentar prediabetes están el sedentarismo, tener sobrepeso, que nuestros padres o hermanos sufran de diabetes, y haber tenido diabetes gestacional, entre otros.
Pero, no todo es tan malo. La prediabetes es reversible y también, quienes no la padecen, pueden prevenirla cambiando algunos hábitos de estilo de vida.
Por ejemplo, se ha demostrado que un hábito sencillo como caminar puede contribuir a regular los niveles de azúcar en la sangre; también establecer una alimentación equilibrada y saludable, en la que se disminuya el consumo de alimentos con demasiado sodio y harinas refinadas.
Asimismo, ayudará tratar de mantener el estrés a raya, pero sobre todo, acudir al especialista, quien además de orientarnos en cuanto al tratamiento adecuado podrán incluso referirnos a algún asesor de cambios de estilo de vida, que nos ayude a establecer estas nuevas normas de vida.
Este artículo tiene como finalidad ofrecer información general y educativa sobre temas relacionados con la salud y el bienestar. Sin embargo, esta información no debe ser considerada como un reemplazo del consejo de su doctor ni debe ser utilizada para realizar tratamientos sin supervisión médica. Yahoo no se hace responsable de ningún diagnóstico hecho por un usuario basándose en este contenido. Si usted está preocupado por su salud, siempre consulte a su médico de cabecera u otro profesional calificado de la salud antes de tomar cualquier acción.
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