El arriesgado rescate que Mel Gibson siempre le agradecerá a Robert Downey Jr.

En las buenas y en las malas, pero sobre todo en las malas. Así sería la alianza mosquetera que formaron Robert Downey Jr. y Mel Gibson hace más de 20 años, transformando el poder e influencia que tuvieron en diferentes momentos de sus carreras para lanzar un salvavidas mediático que rescatara al otro. Porque ambos conocen la fortuna del éxito, pero también la desgracia del desprecio de Hollywood a raíz de polémicas, adicciones o la cancelación.

Ahora que el actor de Oppenheimer alcanzó la redención definitiva con la aprobación de la industria a través de su victoria en los Oscar, Gibson se suma a la celebración recordando el gesto “valiente” y “generoso” que tuvo su amigo cuando estaba bajo la sombra de la cancelación. Sin embargo, la ayuda fue mutua. Porque la estrella de Corazón valiente hizo lo mismo cuando era Downey Jr. quien estaba en el pozo.

“Una vez, me metí en una situación un poco complicada que de alguna manera terminó con mi carrera", dijo Mel Gibson en un reportaje especial de la revista Esquire dedicado al viaje redentor del actor de Marvel. “Estaba borracho en la parte trasera de un coche de policía y dije una estupidez y, de repente, me pusieron en la lista negra. Era el chico del póster de la cancelación”, recuerda en referencia a su arresto de 2006 cuando hizo comentarios antisemitas que lo apartaron radicalmente de Hollywood.

“Entonces, un par de años después, [Robert] me invitó a un tipo de premio que estaba recibiendo […] Yo era prácticamente inexistente en Hollywood en ese momento, pero él se puso de pie y habló por mí. Fue un gesto valiente, generoso y amable. Lo amé por eso”, sentencia el director de La pasión de Cristo.

Gibson hace referencia a la ceremonia de los premios American Cinematheque de 2011 donde Downey recibió un reconocimiento y utilizó su discurso para hablar en nombre de su amigo. Downey, que es judío, pidió a la industria que lo “perdonaran” por “sus transgresiones” mientras solicitaba que “le ofrecieran el mismo borrón y cuenta nueva que me dieron a mí, permitiéndole continuar con su gran y continua contribución a nuestro arte colectivo sin vergüenza”.

A su vez, recordaba a esa misma industria que “a menos que estés completamente libre de pecado, en cuyo caso elegiste la maldita industria equivocada”, entonces deberían considerar darle a Gibson una segunda oportunidad. Y concluía dándole un abrazo mientras Mel se quedaba con la boca abierta.

El día que Mel Gibson se arriesgó por su amigo

Como señala Mel Gibson en el reportaje de Esquire fue, sin dudas, un movimiento arriesgado. Robert Downey Jr. había recuperado el respeto de Hollywood gracias al éxito de Sherlock Holmes (2009) y las dos primeras películas de Iron Man después de haber sido él mismo una figura desterrada por sus propias transgresiones. Estaba en la cima. Era un ídolo de masas cinematográfico mientras Gibson seguía en la sombra de la cancelación. Y no solo por sus comentarios antisemitas y arresto. Aunque no lo recuerde en el reportaje mencionado, no podemos olvidar que en esa misma época, entre 2010 y 2011, también rellenó titulares debido a la batalla legal con su exnovia, Oksana Grigorieva, con órdenes de restricciones mutuas, acusaciones de violencia doméstica y audios filtrados que ampliaron la nube gris del rechazo (Whoopi Goldberg, Jodie Foster y su exesposa, Robyn, salieron en su defensa, mientras expertos forenses pusieron en duda la validez de los audios).

Por si no lo recuerdan, el asunto terminó con un acuerdo económico a favor de Oksana y la custodia legal compartida de la hija que tuvieron juntos. Sin embargo, aunque Gibson debía pagarle $750.000 en tres pagos diferentes, la Corte decidió que el actor no pagara los últimos $500.000 porque Oksana había roto el acuerdo al hablar del caso en una entrevista con Howard Stern.

Y en medio de ese panorama, Robert Downey Jr. se arriesgó. Utilizó su renovado poder en el negocio para tenderle una mano delante de todo Hollywood, porque así lo había hecho Mel Gibson.

En aquel entonces, antes del destierro de Mel Gibson, las adicciones, arrestos y polémicas habían convertido a Downey Jr. en un actor olvidado. Nadie quería contratarlo. Hollywood le había dado la espalda y sus problemas lo habían transformado en una apuesta arriesgada. Y les pongo un ejemplo: su paso como interés romántico en Ally McBeal había sido un éxito, sin embargo, su último arresto hizo que fuera despedido y eliminado de la historia. En otras palabras, nadie quería jugársela.

“Mi junta directiva pensó que estaba loco por poner el futuro de la empresa en manos de un adicto”, dijo el expresidente de Marvel Studios, David Maisel, a The New Yorker al recordar la lucha por convencer a la empresa de que ficharan a Robert en el papel de Iron Man. Pero Mel Gibson optó por ir contra el temor de la industria, dándole la oportunidad de redención que tanto necesitaba.

Robert Downey Jr. y Mel Gibson se conocieron en el set de Air America en 1990 y formaron una amistad ajena a los brillos de la industria, lo suficientemente firme y segura como para que cada uno tome riesgos por el otro. De esta manera, cuando el actor y director tenía un proyecto entre manos que pensaba protagonizar él mismo, decidió ser generoso y darle el papel a su amigo.

A comienzos de los 2000s, Mel Gibson era de las estrellas más exitosas y solicitadas de Hollywood. Estaba disfrutando de un tirón positivo con películas como El patriota, Lo que ellas quieren y Señales. Downey, mientras tanto, estaba sobrio, recién salido de rehabilitación (como parte de una sentencia judicial), preparado para volver al rodeo y recuperar el tiempo perdido como artista (The Telegraph). Pero estaba al borde de la bancarrota, sin hogar y se encontró con una industria que lo veía como un riesgo y nadie se atrevía siquiera a pagar el seguro para cubrir su presencia en una producción. Fue así que Mel Gibson decidió darle esa oportunidad. No solo brindándole el papel protagónico de El detective cantante (2003), sino pagando la fianza del seguro de su propio bolsillo.

“No podía conseguir que me contrataran”, explicaba Downey en el discurso de 2011. “Así que me eligió para protagonizar una película que en realidad fue desarrollada para él. Mantuvo un techo sobre mi cabeza… y comida en la mesa”.

No obstante, Gibson no solo le brindó una oportunidad, trabajo y sustento económico, sino que también lo ayudó en su proceso de sanación personal. “Me dijo que si aceptaba la responsabilidad por mis malas acciones, y si abrazaba ese lado de mi alma que era feo (abrazar el cactus, como él lo llama), si abrazaba el cactus el tiempo suficiente, me convertiría en un hombre de cierta humildad. y que mi vida cobraría un nuevo significado”, reflexionó. Y, siguiendo este consejo, logró cambiar su vida.

Un monumento a la amistad en Hollywood

A El detective cantante no le fue bien en taquilla (recaudó menos de medio millón con un presupuesto de 8 millones de dólares) ni recibió buenas críticas, pero sirvió para recordar a la industria que había un gran actor detrás del humo de las polémicas. Las oportunidades comenzaron a despejar su camino con películas como Espíritus ocultos: En compañía del miedo (2003), Entre besos y tiros (2005), Buenas noches, y buena suerte (2005), llegando hasta Zodiac (2007) y el renacimiento definitivo con Marvel.

Años después, cuando fue Mel Gibson el que necesitaba que alguien le tendiera una mano para salir del pozo de la cancelación, Downey recordó lo que su amigo le había pedido a cambio de ayudarlo. Que “algún día” fuera él quien “ayudara al tipo de al lado, aunque fuera de manera pequeña”. Y se dio cuenta que ese tipo era su amigo Mel.

¿Sirvió aquel discurso de Robert Downey Jr. para ayudar a Mel Gibson? Personalmente creo que sí. Porque más allá de que no volviera a disfrutar del éxito que tuvo durante los ‘80s y ‘90s como actor, las palabras de Robert recordaron la importancia de las segundas oportunidades. No solo a la industria, sino al mundo en general. Los dos se arriesgaron, recurriendo al poder que tenían en momentos diferentes para ayudarse mutuamente. Para recordar sus nombres al negocio. Para abrir un nuevo camino que les permitiera seguir adelante. Mel no habrá vuelto a vivir el mismo éxito como actor de antaño, pero pudo dirigir Hasta el último hombre (2016), una película bélica que celebra la no-violencia que hizo que Hollywood lo aceptara de nuevo con seis nominaciones al Oscar, incluyendo Mejor Director y Mejor Película.

En resumen, la historia de estos dos amigos esconde mucho más que adversidades, polémicas y superación personal. Los dos optaron por abrazar la sobriedad y servir de ejemplo para valorar la importancia de las segundas oportunidades, convirtiéndose en pilares fundamentales en la vida de cada uno. Recurriendo a la posición privilegiada que tuvieron en momentos diferentes para ayudarse mutuamente.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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