El niño de 'Piratas del Caribe' que triunfó fuera de Hollywood y prepara su regreso por todo lo alto

Dominic Scott Kay también fue la estrella infantil de clásicos como 'Minority Report' junto a Tom Cruise o Steven Spielberg

El actor Dominic Scott Kay se dejó ver en películas de éxito como 'Minority Report: Sentencia previa' o la saga 'Piratas del Caribe'  (Foto de Michael Buckner/Getty Images)
El actor Dominic Scott Kay se dejó ver en películas de éxito como 'Minority Report: Sentencia previa' o la saga 'Piratas del Caribe' (Foto de Michael Buckner/Getty Images)

El nombre de Dominic Scott Kay tal vez no resulte familiar, pero muchos seguramente recordarán su rostro. Fue una de las estrellas infantiles de Hollywood de los 2000, quien a muy temprana edad ya estaba codeándose con estrellas de la talla de Tom Cruise, Steven Spielberg, Orlando Bloom o Keira Knightley en clásicos como Minority Report: Sentencia previa, Piratas del Caribe o títulos familiares como La telaraña de Charlotte o Air Buddies.

Debutó como actor con tan solo cuatro años, cuando Spielberg lo eligió para interpretar al hijo del personaje de Cruise en su película de 2002. Su papel, aunque tuvo presencia reducida, fue uno de los más esenciales de la trama, un niño secuestrado que incitaba a su padre a unirse aquella unidad policial capaz de predecir crímenes antes de que se realicen. Pudimos verlo durante uno de los puntos cumbre de Minority Report, en el flashback de la piscina donde el protagonista recuerda cómo se llevaron a su pequeño ante él.

Este trabajo lo puso en el punto de mira de la industria, que no tardó en aprovechar su carisma infantil para títulos como Loverboy, uno de los trabajos como director de Kevin Bacon. Se trataba de un drama sobre la maternidad que le dio la oportunidad de coincidir con más actrices y actores de prestigio como Marisa Tomei, Sandra Bullock, Kyra Sedgwick, Dominic Scott Kay o el propio Bacon, con quien tejió una fuerte amistad.

Disney también quiso hacer gala de su talento contratándolo para prestar su voz a los animales de su clásico animado Vida salvaje o de la comedia perruna Air Buddies. Por estos años, también se dejó caer en pequeños episodios sueltos de series de éxito como Sin rastro o NCIS: Criminología Naval y participó en en varias películas familiares para televisión como Angel in the Family, Fathers and Sons o La gran boda de Santa Claus.

Su colaboración con Disney lo catapultó a aparecer en uno de los momentos clave de Piratas del Caribe: En el fin del mundo, en la escena postcréditos que puso el punto final a la trilogía original de las aventuras de Jack Sparrow. En este instante, donde vimos la conclusión de la historia de amor entre Elizabeth Swam y Will Turner, fue el encargado de interpretar al hijo de ambos, ejemplificando el final feliz de este romance que pareció abocado a la tragedia después de la maldición que obtuvo el rol de Orlando Bloom.

En esta etapa de su carrera surgieron en él nuevas inquietudes que llevarían sus metas profesionales más allá de la interpretación. Gracias a su amistad con Kevin Bacon, se lanzó a escribir y dirigir un cortometraje con tan solo 10 años, una pequeña producción donde contó la historia de cómo encontró y crio a su mascota donde el actor de Footloose: Todos a bailar actuó como protagonista y lo ayudó a montar el proyecto. De esta forma, Dominic Scott Kay comenzó a soñar con producir y crear sus propios proyectos en el mundo del entretenimiento, lo que años más tarde se tradujo en la creación de DSK Motion Pictures & Music, Inc, su propia empresa.

Proyectos musicales y regreso a Hollywood

Como muestra en su página web, tras abandonar la interpretación en la década de 2010 se centró en estudiar producción en Nashville, aunque sus intereses pasaron del mundo del cine a la música. De hecho, según contó en una entrevista recogida en su canal de Youtube, siempre tuvo más atracción hacia la industria musical que hacia Hollywood.

“Mucha gente no sabe que entré en la música antes de dedicarme al cine y que esa siempre ha sido mi mayor pasión. Crecí escuchando soul y R&B y tocando este tipo de música, aunque lo que más me gustaba escuchar era definitivamente el country de la vieja escuela”, resaltaba sobre las razones que lo motivaron a dar este giro a su vida. “Cuando tenía 11 o 12 años, vine a Nashville y comencé a grabar mis primeros discos country. Fue entonces cuando realmente tomé la decisión de dedicarme a la música a tiempo completo”.

Además de grabar sus propios proyectos, también participó en la quinta edición de La voz en Estados Unidos, se hizo con la propiedad de unos estudios de grabación llamados DSK Studios, fue consultor de producción en American Idol y produjo programas para televisión como The Show, donde trató de rendir homenaje a algunos de sus artistas musicales favoritos. Pero no se olvidó de Hollywood, ya que en 2021 volvió a la interpretación con una pequeña película de acción titulada Red Stone. Sin embargo, este fue solo un pequeño paso de cara a un regreso por todo lo alto.

Según reportaron medios como Deadline, está trabajando en su debut como director con un drama titulado Drops Of Jupiter, que él mismo se encargará de producir. Gracias a los contactos que hizo durante sus primeros años en la meca del cine no parece que vaya a tener problemas en ofrecer un producto de calidad, y solo hay que fijarse en que el primer fichaje anunciado es Neal McDonough, el actor con el que coincidió en Minority Report y a quien hemos visto en películas de Marvel como Capitán América: El primer vengador, aclamadas series como Band of Brothers o en éxitos recientes como Sonic: La película.

El proyecto, escrito por el actor y músico durante la cuarentena de COVID-19, girará sobre la conexión entre un niño ciego llamado Lion y una niña australiana con hemofilia llamada Eloise, poniendo en el punto de mira cómo ambos viven indirectamente a través de las perspectivas del otro en un film que ha definido como una “fantasía psicológica romántica”.

Desde luego, era complicado dejar atrás la imagen de estrella infantil y renovarse, sobre todo valorando que las apariciones más importantes de Dominic Scott Kay se limitaban a unos pocos minutos de metraje. Sin embargo, el joven intérprete, que hoy tiene 27 años, acertó poniendo distancia, focalizándose en sus pasiones y desarrollando proyectos personales para volver con las pilas cargadas, ofrecer cosas nuevas a la industria y abrirse hueco en el complejo mundo de la meca del cine.

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